𝐥𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚𝐣𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬

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[ CAPÍTULO V ]

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[ CAPÍTULO V ]

Mi rutina ya se había vuelto en siempre al
final de clases recoger a Daila de su escuela, había veces en donde yo en las mañanas pasaba por ella para irnos juntos y así yo dejarla en su escuela y yo irme a la mía.
Había veces donde también pasaba el rato en la tarde en la casa de su abuelo y platicábamos un rato.

Comenzaba a soltarme un poco más con ella, poco a poco claro, aun se me dificultaba, pero no tanto como antes.

Ahora mismo me encontraba yendo por ella para irnos a la casa de su abuelo, como era viernes íbamos a estar toda la tarde ahí.

Mis amigos, Emma y Norman, me hostigaban siempre con preguntas de con quien salía o porque ya no salía tanto con ellos, aun lo hacía, pero no quería ser mal tercio.

Vi a lo lejos a Daila sentada en una de las jardineras de la entrada de la escuela, tenía su mochila sobre sus piernas mientras estas las movía para delante y hacia atrás, parecía que estaba mirando el suelo hasta que un chico se le acercó.

Vi como ella se levantó y la llevo a otro lado. Yo entre a la escuela, la curiosidad se estaba apoderando de mi, y como bien dicen, la curiosidad mato al gato, pero como yo no soy ningún gato fui a investigar lo que estaba pasando.

No la encontraba por ni un lado, hasta que deduje que estaban en un salón porque estaban las luces encendidas.
Maldije cuando vi que la pequeña ventana que tenía la puerta estaba tapada por un papel negro, y para mi suerte, todas las ventanas cerradas.

No pude escuchar nada, solo unas mesas que se movían de manera extraña, dude en abrir la puerta o no, hasta que escuche unos pasos cercas de esta y salí lo mas rápido posible hasta el otro extremo del edificio.

Pude ver cómo salía ella junto con el chico de hace rato, acompañados de otro, uno muy familiar que no lograba divisar bien.

Los sujetos se fueron caminando derecho y Daila iba hacia mi dirección, así que corrí hasta la entrada para que no viera que estaba espiando, aunque bueno, ¡Claro que no lo estaba haciendo!

No se porque, pero venía caminando un tanto extraño, y sus rodillas estaban raspadas mientras venía con ojos acuosos, ¿Qué mierda pasó allá adentro?

— Daila — Me acerque a ella, ella se asustó al verme. — ¿Estas bien? — Me agache un poco a su estatura para poder verla bien.

— Si, no es nada, me caí adentro del salón — Me miro y desvió su mirada rápidamente.

— Vi que un sujeto te llevo a otro lado. — Volví a mi compostura de antes, ella pareció asustarse un poco más por mi comentario. — ¿Qué pasó?

— Me pidió que lo ayudara a acomodar unas cosas en el salón porque estamos en equipo de trabajo, igual iba uno de sus amigos que están en el equipo también.— Limpio un poco sus ojos por el residuo de lágrimas. —. Y bueno, esto fue porque me resbalé al pisar un pegamento que dejaron en el piso.

lirios, rayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora