erísimo (símb. adversidad)

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[ CAPÍTULO X ]

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[ CAPÍTULO X ]

Su llanto persistió hasta quedarse dormida, acariciaba su cabeza como si fuese la última reliquia del mundo. Su rostro tranquilo en su sueño, en su quietud encontraba consuelo, pues en esta intimidad compartida, no había palabras necesarias, solo el simple hecho de estar.

Podía decir como si un ángel durmiera en mis brazos, lucia tan serena y apacible que no recordaba el pequeño demonio que era por dentro, sin importar eso, la seguía manteniendo en mi pecho. Por comodidad hice que quedáramos acostados, no me quejaba por tener esa cercanía con ella, de alguna forma hacía que mi corazón se apaciguara, a veces latía con rapidez al recordar que tenía a Daila justamente dormida en mi.

Me moví para acomodarla mejor causando que ella se despertara.



— ¿Mmh? — murmuró aletargada buscando mi cara.


Sus ojos achinados y la acción de sus labios fruncidos me dieron un poco de ternura, se veía muy indefensa en ese estado.



— Tranquila sigue durmiendo. Ven. — susurre tomando su cabeza con cuidado para regresarla a mi tórax.



Ella se acomodó un poquito para estar más a gusto, recargue levemente mi mentón sobre su cabeza. Parecíamos dos osos cariñositos, uno pegado al otro, sentía muchas sensaciones raras dentro de mi, pero mi cuerpo no experimentaba nada, de hecho me sentía como si flotara por toda la galaxia láctea, tan confuso que pellizque mi brazo como pude para ver si no era un sueño lúcido.

Para mi suerte no fue así, la tenía conmigo, pese a lo que pasara, estaba junto a ella. La espada clavada en mi estómago no salía por completo, aún tenía mis dudas, dudas que pensaba que si no insistía jamás serían resueltas, sabía cómo era Daila, si por ella fuera inventaría un control remoto para silenciar a cualquiera que le preguntara por este estilo de situaciones. Yo seria el primero en ser silenciado.

En verdad no quería esperar más tiempo en saber, pero por otro lado quería que descansara, eran ya las 12:00am, si ella seguía dormida en mi es porque en serio esta muy cansada. Luchaba internamente en si preguntar o quedarme callado hasta que Daila decidiera hablar del tema. Opte por la segunda opción.




— Daila, —  la moví un poco. — despierta.

— ¿Ya es de día? — talló cuidadosamente sus ojos.

— No, pero hay muchas cajas de razzles esperándote abajo. — mentí. Parecía que se le iluminaron los ojos con tan solo mencionar la "r".

— Ya voy. — se despertó por completo intentando levantarse de la cama, yo la detuve.

— No irás hasta que me digas porque te encontré de esa forma en el parque. — se me quedo viendo, yo me quede viéndolos como un inepto.



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⏰ Última actualización: 18 hours ago ⏰

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