9. Hogar

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La rubia había visto a una pequeña corriendo tras una pelota, al principio no la reconoció, pero sus ojos se agrandaron cuando vio quien era la niña, su corazón se aceleró, se lleno de miedo al saber que algo le podría pasar a Lizzy, así que la ojiazul corrió lo más rápido que pudo hacia la niña.

La pequeña estaba llorando en los brazos de la mujer, Lizzy levantó la mirada y vio ese hermoso rostro.

- Mamá - dijo llorando y aferrándose a Scarlett.

Scarlett se aferraba a Lizzy, no quería soltarla, no después de sentir como su corazón se llenó de miedo al saber que por poco atropellaban a la pequeña.

La ojiverde corrió hasta donde estaba su hija, el pánico la invadió y gritaba el nombre de la niña.

- ¡Lizzy!.... ¡Lizzy! - gritaba preocupada.

Al llegar la ojiverde no podía creer quien era la persona que le había salvado la vida a su hija, era Scarlett, Wanda se acercó a ellas y las abrazo, tenía a las dos personas más importantes de su vida en ese momento. Scarlett volteo a verla y sus rostros quedaron muy cerca, la rubia reaccionó y se levantó

- ¿Estás bien? ¿Te lastime? - pregunto Scarlett a Lizzy

- Estoy bien, tu me salvaste mamá - contesto la pequeña.

Esa palabra "Mamá" creaba un torbellino en el corazón de Scarlett.

- Lizzy.... - susurro la rubia.

Wanda sabía lo que iba a decir la rubia, así que intervino antes de que hablara.

- Scarlett, gracias por salvar a mi hija - comento Wanda abrazando a Scarlett.

La rubia sintió la calidez de ese abrazo, por un momento se perdió en el, pero así mismo reaccionó.

- No hay problema

- Te gustaría comer con nosotras, es para agradecerte que hayas salvado a mi hija - dijo Wanda rápidamente

- Me encantaría - contesto Scarlett con una sonrisa

- Que tal si vamos a la cafetería que está a dos cuadras de aquí - dijo Wanda sabiendo que era la cafetería que frecuentaba Natasha.

- Me parece bien - contesto Scarlett con una leve sonrisa.

Ambas caminaron, Lizzy tomo la mano de Scarlett y ella solo sonrió ante la acción de la pequeña, el pequeño Girasol estaba feliz porque estaba con su mamá, no podía creer que sus ojitos volvían a brillar así como su sonrisa.

Llegaron a la cafetería, entraron al lugar y las acomodaron en una mesa, les entregaron los menús y comenzaron a verlos.

- ¿Ya están listas para ordenar? - pregunto el joven mesero

- Si, nos trae por favor un capuchino, unos panqueques con Nutella para la niña y un vaso de leche, para la señorita un café negro y una dona de chocolate - dijo Wanda entregando las cartas del menú

- En un momento regreso - contesto el mesero.

La rubia se le quedó mirando asombrada, Wanda se dio cuenta de que había dicho algo fuera de lugar, ya que la cara de Scarlett era de confusión.

- ¿No querías café negro? - pregunto la ojiverde

- ¿Cómo sabes que me gusta el café negro? ¿Y las donas de chocolate? - le devolvió la pregunta la rubia mirándola con los ojos entrecerrados

- Yo.... Mmm.... ¿Lo supuse? - contesto Wanda con una sonrisa, Scarlett observaba el rostro de la ojiverde

- Mami - dijo de pronto Lizzy.

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