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Pensar en mí en una situación amorosa, y que está situación fuera linda, se me hacía meramente imposible, en mi cabeza no existía la posibilidad de que yo saliera con alguien que me correspondiera de la manera en la que yo amaba.

Porque esas cosas no me pasaban.

Cosas lindas no me pasaban a mí.

El año pasado simplemente me había resignado a quedarme soltera para toda la vida, con un montón de gatos, libros y café. Porque el café no podía faltar en mi vida.

Así que ahora el hecho de pensar en Matthew Helmont, hace que todos mis pensamientos anteriores estén cayendo, en contra de mi voluntad, cabe aclarar. Aparte de qué sería demasiado rápido pensar en él de una forma no platónica.

Como lectora de romance, sé bien que no hay reglas acerca del tiempo en el que una persona puede sentirse atraída por otra, en el que puede empezar a sentir algo más que atracción, y mucho menos en el tiempo en el que uno debe enamorarse.

Pero también por eso mismo, y como romántica empedernida, quisiera que en mi vida este tipo de situaciones pasaran de una forma lenta, que uno se de tiempo para que las cosas fluyan.

También dejando en claro que no sólo puedes lanzarte a sentir algo por alguien y no saber cómo es está persona en realidad.

No sale bien, lo sé de primera mano.

Ni siquiera sé porque me encuentro pensando en estas cosas, me estoy acelerando con toda esta situación. Matt tal vez me ve como una futura amiga y sus pensamientos no van más allá.

Yo soy una tonta haciéndome ideas en la cabeza.

¿Y sí en algún momento llega a sentir atracción por mí? Es una posibilidad.

¿Y cómo te das cuenta que sientes algo por alguien?

Desde mi punto de vista esta realización llega en un momento, ni siquiera te das cuenta que estabas empezando a sentir algo, hasta que ya está ahí. Existen dos caminos a partir de ahí: ser correspondido o ser rechazado.

Evidentemente cuando es correspondido, pueden intentar algo si las dos partes así lo desean.

Pero si es unilateral, entonces lo único que te queda es superar a esta persona, al menos en su mayoría, porque siempre habrá algo de ella en tu corazón, aunque no lo quieras así. O también puedes esperar a que sea correspondido, pero no recomiendo eso, no sabes si lo lograrás.

En mi época universitaria no tuve ninguna relación, ni antes ni durante. Lo que hacía aparte de leer sobre romances para saber cómo se siente, era preguntarle a mis amigas, y saber cómo se sentían sólo hacía reafirmar mis ganas de sentir algo así.

Y entonces me enamoré.

Los libros te meten altas expectativas, pero realmente nadie en el mundo real puede cumplirlas, al menos no a mí.

Por ejemplo, yo estoy segura que a alguna persona en el mundo le pasó la típica y envidiable historia de que su cantante o artista favorito se enamoró a primera vista. Seguramente a más personas les pasará, pero no a mí.

Aprendí a no ilusionarme con cosas imposibles, eso no me prohíbe hacerlo, pero al menos sé que todo está en mi trastornada cabeza.

De hecho, suelo hacerme demasiados escenarios ficticios, con el chico que veo en el parque, el que veo en una librería, con el chico que me cruzo en la calle y que me casi me mata para luego enterrarme viva...

Pero siempre hay que tener cuidado en quién te fijas...

Me quedo pensando un rato en eso hasta que alguien truena sus dedos frente a mi cara para llamar mi atención.

¿Cliché?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora