Gracias por todo

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Gracias por todo lo que has hecho por mí, por todo lo que no vi en su momento. Gracias por elegirme, por quererme, cuidarme y protegerme. Gracias por ser la mejor, por no rendirte y luchar por nosotros, simplemente gracias.

Y te pido perdón por haber pensado que era menos importante para ti, para tu familia. Por pensar que si me pasaba algo no te preocuparía. Lo siento por haber pensado en querer desaparecer, por pensar que si me escapaba tú no te preocuparías, que no te molestarías en buscarme. Lo siento. Lo siento mucho...

Una pregunta que tenía de pequeña es: "¿Fueron cosas mías o has tenido favoritismo hacia mi hermana?". Te quiero, pero me ha costado ver que lo hacía, han sido casi 17 años creyendo que sobro en esta familia. No te culpo, porque estás dando todo por nosotras, sin embargo, llegué a pensar que luchabas por mí porque de mí dependía que vosotras estuvierais juntas.

Supongo que haber crecido cerca de él me afectó más de lo que creía, porque de alguna u otra forma consiguió que dudase de todos. Lo siento por haber tardado tanto en abrir los ojos, perdóname. Perdón por haber deseado no existir, por haber querido crecer en otra familia. Perdón por todo.

Pero quiero que sepas que fuiste, eres y serás mi modelo, mi referencia; quiero que sepas que mis ambiciones son gracias a ti, porque aunque todo será para mí, lo compartiré contigo, todos tus sueños que no has cumplido - por habernos elegido y cuidado - y los que tendrás podré cumplírtelos. Por eso, gracias por todo.

¿Te acuerdas cuando me castigabas a mi cuarto? Casi siempre era porque no contestaba -y muchas veces porque me expresaba mal o no sabía como expresarme -, así que te escribía cartas para disculparme y contestar lo que no dije, es cierto que a veces tardaba mucho (me daba vergüenza dártela). La leías y después me dabas un abrazo.

¿Sabes una cosa? Contigo nunca me he sentido incómoda a la hora de abrazar y eso es algo de lo que no me di cuenta hasta que empecé a escribir esto. Porque cuando me abrazas me siento de nuevo como esa niña pequeña que demostraba mucho.

Tuve que hartarme de no quererme para empezar a tener consciencia de todo lo que has hecho, fue como sanar mi pequeña yo para comenzar a veros tal y como sois y no como mi subconsciente creó. A veces la mente es el gran enemigo de uno mismo y conmigo jugó durante mucho tiempo porque se lo permití.

Tiempo después, me mude lejos de ti y tuve más reparo en el trabajo que has hecho por nosotras. Entendí porque estabas más cansada, no digo que antes no lo sabía porque sé que trabajabas mucho, lo que no tenía tan en mente era lo agotador que podía llegar a ser.

Te quiero más de lo que creo, más de lo que soy consciente y más de lo que he querido a alguien. Gracias por elegirme, enseñarme, quererme. Gracias por todo.

Déjame expresarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora