Seúl, Corea del Sur
Abril de 2019
T/N
A veces debes aceptar las cosas como son y no como quieres que sean...
Estaba en un pequeño parque con mi mejor amigo, Soobin; ambos caminábamos en dirección a la escuela. Hace poco iniciamos el ciclo escolar, así que falta mucho para que empiecen las vacaciones. Este es mi último año en el bachillerato antes de pasar a la educación superior.
"Soobin, ¿ya decidiste a qué universidad quieres ir?" le pregunté mientras miraba las hojas verdes de los árboles que bordeaban el camino.
"Creo que me inclino por la Universidad de Seúl," respondió Soobin, encogiéndose de hombros. "Mi hermano mayor fue allí y le fue bastante bien. ¿Y tú, T/N?"
"Me gustaría ir a una que tenga un buen programa de música," respondí, mirando hacia el horizonte. "Pero aún no estoy seguro. Tal vez Hanyang o Yonsei."
Mientras hablábamos, empecé a sentir una extraña debilidad en mis piernas. La sensación fue tan repentina y fuerte que tuve que apoyarme en una pared cercana para no caer.
"T/N, ¿Estás bien?" Soobin se acercó a mí, su rostro lleno de preocupación.
"Me sentí muy débil de repente, como si mis piernas no me pudieran sostener," dije, notando cómo la debilidad se extendía por todo mi cuerpo.
"Ven conmigo, te llevaré a un consultorio médico cercano," dijo Soobin con determinación, tomándome por el hombro para ayudarme a caminar.
Cada paso se volvía más difícil. Empecé a ver borroso y finalmente caí inconsciente; lo último que vi fue a Soobin tratando de reanimarme.
[...]
Me desperté en una habitación de hospital. Estaba acostado en una camilla y, en el sofá de la habitación, estaba una de mis hermanas. tenía una expresión preocupada.
"¿Chaewon?" Apenas pude pronunciar una palabra, mi voz apenas era un susurro.
"T/N, ¿cómo te sientes?" Preguntó preocupada, acercando su mano a mi frente y tocándola suavemente. "Cuando Soobin te trajo, tu cuerpo tenía una temperatura muy alta," dijo, su voz temblando ligeramente.
"Ya no siento dolor, pero me siento muy débil," comenté, tratando de moverme pero encontrando que mis músculos apenas respondían.
Apenas tenía las fuerzas suficientes para poder formular palabras.
"En un momento el doctor vendrá con tu diagnóstico médico," dijo mi hermana, acariciándome el cabello para calmarme.
Revisé mi cuerpo y noté algunas manchas rojas en mi piel, como si fuera una irritación.
Después de un rato de estar esperando, el doctor llegó y su expresión no presagiaba nada bueno.
"Doctor, ¿qué es lo que tiene mi T/N? ¿Se pondrá bien?" preguntó preocupada mi hermana, levantándose de su asiento.
"Señorita Kim, la situación es bastante grave. Su hermano padece del Síndrome de Degeneración Muscular Progresiva o SDMP," comentó el doctor, mirándome con seriedad. "Básicamente, su sistema muscular está degenerando progresivamente, causando debilidad y pérdida de masa muscular."
Dio un suspiro antes de dar un último comentario.
"Y lamentablemente no existe cura para esta enfermedad," dijo en el tono más gélido posible. "Por lo menos no ahora, solo hay tratamiento para retrasar su avance."