T/N
348 Días
Desperté y me di cuenta de que el sol ya bañaba la habitación con su luz suave. El mundo continuaba su curso, ajeno al reloj invisible que marcaba mi tiempo. Me puse mi uniforme escolar como cualquier otro día, como si las cosas fueran normales, como si no hubiera una cuenta regresiva constante que acompañara cada respiración.
Bajé a la cocina para prepararme un desayuno ligero, algo rápido que me permitiera seguir con la rutina que me había impuesto. Las tostadas crujían bajo mis dientes, pero no sentía sabor. Últimamente, todo parecía insípido, como si la comida, el aire, la vida misma, se hubieran vuelto algo que simplemente pasaba por mí sin dejar huella. Solo existía una tarea: estudiar. Era lo único que podía controlar, lo único que me mantenía sintiéndome útil, aunque fuera una distracción vacía.
Terminé de comer, limpié el plato y me alisté para salir de casa. Ya estaba mentalmente en la escuela, en las clases, en los libros, pero justo cuando me disponía a cruzar la puerta, una voz me detuvo.
"T/N," escuché a Chaewon decir desde el pasillo.
Me giré para verla, apoyada contra el marco de la puerta,un poco adormecida por la hora, con los brazos cruzados y una mirada suave, pero intensa. Sabía que algo estaba en su mente, algo que no iba a ser fácil de escuchar.
"¿Sí?" respondí, tratando de sonar despreocupado, aunque por dentro me inquietaba la seriedad de su expresión.
"No sé si sea correcto de mi parte decírtelo..." comenzó, y su tono ya me avisaba de que lo que venía no sería una conversación superficial. "Pero... ¿No crees que deberías disfrutar lo que te queda de vida?"
Me quedé inmóvil, el aire se sintió más denso de repente. Sabía a dónde iba con esto, y aunque intentaba evitar el tema, era imposible esquivar la verdad. El dolor en su voz era evidente.
"Estos últimos meses lo único que has hecho es estudiar, encerrarte en tus libros como si pudieras borrar lo que está pasando... Pero T/N, te queda menos de un año de vida, y lo estás gastando solo en estudiar y estudiar, como si no tuvieras nada más por vivir."
La dureza de sus palabras me golpeó, pero sabía que estaba diciendo lo que realmente pensaba. Sabía que lo hacía desde el amor, desde la desesperación de ver cómo intentaba controlar lo incontrolable.
"Chaewon, yo... solo quiero mantenerme ocupado. No quiero pensar en lo que se avecina..." respondí, mi voz era débil, como si cada palabra fuera una batalla.
Chaewon dio un paso adelante, acercándose más a mí, y suavizó su expresión, aunque el peso de su preocupación seguía presente.
"Lo entiendo, T/N. Entiendo que estudiar te da un sentido de normalidad, una rutina que te hace sentir que aún tienes el control de algo. Pero no puedes esconderte detrás de los libros para siempre."
No pude decir nada. Todo lo que decía era cierto, pero enfrentar esa realidad me aterrorizaba.
"Escucha, no estoy diciendo que dejes de estudiar del todo. Pero... también tienes que vivir. Aprovecha tus últimos días para hacer lo que realmente importa. Estar con las personas que amas, con quienes te quieren. Con Yujin..." Hizo una pausa, observando mi reacción ante el nombre de Yujin. "Pero... por lo que veo, aún no le has dicho de tu enfermedad."
Mis pensamientos se volvieron caóticos al escuchar su nombre. Yujin, el único refugio que aún me quedaba, la única que no sabía la verdad. Sabía que debía contarle, pero las palabras se me atascaban cada vez que intentaba imaginarlas. ¿Cómo le dices a la persona que amas que pronto la dejarás?