𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | "Ni siquiera la muerte puede impedirme amarte".
Taehyung estaba triste, deprimido y herido. El castaño era un desastre, un monstruo que lentamente se estaba desvaneciendo en su mundo oscuro y solitario hasta que él apareció. Como un...
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San corrió a la sala de estudio donde su madre estaba con Jungkook, al abrir la puerta pudo verla sentada en el suelo con lágrimas en el rostro.
"¡Mamá!" la llamó mientras iba en su dirección. Agachándose junto a ella en el suelo, usó su pulgar para limpiarle las lágrimas. "¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien?"
La Señora Choi sacudió la cabeza mientras se inclinaba totalmente avergonzada. Después de que se supo la verdad, se sintió completamente abochornada al punto de no poder ver a su hijo a los ojos.
Todo lo que ella hizo fue por él. Ver a su hijo tan destrozado ese día le rompió el corazón, así que hizo lo que haría cualquier madre:
Anteponer la felicidad de su hijo.
Flashback
San tragó la ¿sexta u octava? botella de cerveza que tenía en las manos y dejó escapar una serie de toses bruscas mientras el sabor amargo se extendía hasta el fondo de su garganta. Siempre ha odiado el sabor amargo de la cerveza pero hoy quería beber sus penas.
Nadie entenderá lo que se siente el amar a alguien tan profundamente, pero esa persona ni siquiera sabe lo que sientes por ella. Y es mucho peor la sensación de ver a la persona que amas en los brazos de tu mejor amigo. Tener que darles tus bendiciones y sonreír brillantemente como si tu corazón no se estuviera resquebrajando en un millón de pedazos filosos que corta todo tu interior.
Su expresión cambió a una sonrisa de tristeza cuando por su cabeza pasó una imagen de Taehyung sonriendo de esa manera única de él con los ojos achinados.
Era tan hermoso cuando sonreía. La forma en que sus ojos se iluminaban cada vez que hablaba de arte hacía que su corazón se acelerara y su estómago se llenara de violentas mariposas.
En cuestión de minutos, su cabeza daba vueltas y hermosas ilusiones, sueños de estar junto a Taehyung asaltaban su mente.
Estaban caminando juntos, de la mano por la playa. Mirando la puesta de sol. Una suave sonrisa nostálgica se derramó de sus labios ante la hermosa imagen.
Escuchó que la puerta de su habitación se abría, haciendo que un ceño fruncido apareciera en su rostro porque toda la hermosa ilusión se desvaneció ante el ruido molesto.
"¡San!" la señora Choi gritó de pánico cuando vio a su hijo sentado en el suelo de su dormitorio con la espalda apoyada en la cama, con los codos sobre las rodillas flexionadas mientras miraba fijamente la pared. Varias botellas de cerveza desparramadas a su alrededor.
Ella sabía cuánto odiaba su hijo el alcohol, entonces ¿Por qué estaba bebiendo?
