Cap. 1 Época actual Los Ángeles CA

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4 años después de la Cafetería...

Estoy caminado por el aeropuerto de los Ángeles, no puedo creer que me perdí y no encuentro la salida soy un desastre.

(Conciencia: Bravo Emma acabas de llegar y ya la cagaste, solo te falta perder las maletas)

– Mami tengo hambre. La vocecita chillona de mi pequeña hija me saca de mi regaño mental.

Baje a su altura – Cielo ahorita que recojamos las maletas iremos a comer recuerdas... por suerte veo a un guardia, cargo a mi pequeña y le pregunto cómo llegar a las bandas para recoger mis maletas.

Nos dirigimos hacia allá, a este momento traigo Carlita abrazada sobre mi cadera: soy mama perchero por supuesto mi pequeña trae su mochilita cargando y su osito favorito, mi bolsa, mi laptop, los abrigo... soy un gran bulto por suerte estoy acostumbra hacer malabares.

Al menos no tengo que jalar las maletas le pedí ayuda a un maletero para llegar al área donde ya me espera un coche que la empresa me asigno, salgo del aeropuerto y me dirijo al departamento donde estaremos los próximos 2 meses que dure este contrato... me encanto ver que hay un parquecito cerca así que poder traer a mi niña cuando este libre del trabajo.

– Bebe ayúdame con tu mochila si, dije entrando cargando las maletas que el chofer amablemente me ayudo a dejar afuera de mi puerta... ponla en la cama y acomodar tu ropa en lo que llega la pizza que ordene.

– Shiiiii pizza... yomi me gusta la pizza. Con su pequeña voz chillona Carla estaba regodeando con saltitos felicidad y aplaudiendo cuando sonó el timbre de la puerta.

Abrí y la sangre se me fue a los tobillos... – Mami y la pizza, la pequeña manita de Carla estaba jalando mi pantalón, me quedé congelada unos minutos.

Ahí estaba el viéndome fijamente a los ojos, cuando escucho su vocecita volteo hacia mi pequeña.

– Bebe anda al cuarto si, el señor Osi necesita conocer la habitación.

– Mami quelo pizza tengo hambre... me agache a su altura – Lo se amor no tarda en llegar, has caso si, en lo que llega tu pizza ve a jugar con el señor osi.

Ella se fue caminando moviendo sus lindos chinos en las coletas y hasta estuvo lo suficientemente lejos para no escuchar. – Y tu vete de aquí, escupí con furia mientras azotaba la puerta que de inmediato reboto abriéndose nuevamente.

Necesitamos hablar dijo señalando a mi pequeña.

– No tenemos nada que hablar, fuiste muy claro hace 4 años en aquel café y si no te vas llamare a la policía.

– No me voy a ir, sabes perfectamente que si tenemos de que hablar...

– Por supuesto que no, fuiste muy claro y egoísta al tomar TU SOLO una decisión por ambos y te dije que cuando te arrepintieras no habría vuelta atrás así que adiós y no me vuelvas a buscar.

Avente la puerta tan fuerte que logre cerrarla, me recargue en ella mi corazón latía a mil por hora casi se me salía del pecho y podía escuchar la respiración de Carlos en la puerta el muy idiota seguía ahí parado... Tenías que volver para JODERLO todo nuevamente carajo, murmure moviendo la cabeza.

Cuando llego la pizza que ordene me asegure que fuera el repartidor el que tocaba antes de abrir, valla sorpresa abrí la puerta el seguía ahí parado, tome la pizza lo más rápido que pude necesitaba cerrar solo que escuche al chico decía que ya estaba pagada y me dio las gracias por la generosa propina...

– WTF de que hablas no te pagado...

– Ese vocabulario, mi hija te va a escuchar... si el muy cínico se atrevió a recriminarme mi lenguaje mientras se abría paso para entrar en el apartamento. El chico se retiró de inmediato.

– Vete de aquí o llamo a la policía.

En un tono muy suave y calmado me dijo – No me voy a ir tenemos que hablar y no le llamaras a la policía por que no quieres hacer un escándalo con la niña en el cuarto...Por favor hablemos tranquilos no hay necesidad de crearle un trauma innecesario a nuestra hija.

– Nuestra hija? De que chingados hablas es MI HIJA solamente. Estaba ahí parada con la pizza en la mano cuando la vocecita chillona revoloteo.

– Shiiiii pizza... yomi.

Ambos volteamos a verla, la pequeña estaba parada en la puerta de la habitación aplaudiendo con sus manitas. 

¿Te quedarías conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora