Cap. 34 - Señora Carvajal... es toda mía!

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Salimos del restaurant en mi coche, tengo hasbag para mí y mi hija era suficiente, pero es gracioso ver manejar a Carlos está acostumbrado a las Trocas como les dice el muy grandes por su tamaño tampoco y su trabajo ... cuando lo conocí tenía una Silverado que fue la que me dejo en Hermosillo y es la que use mientras estaba en Phoenix, ahora tiene una Ford Raptor...pega en el techo me muero de risa de verlo.

Luca nos consiguió una cabaña preciosa no supe en que momento Carlos hizo una maleta con ropa para ambos pero tampoco quiero averiguar ahorita me importa un comino el mundo después de saber que mi bebe estaría segura con mis papas y Alicia en el departamento.

– Señora Carvajal... es toda mía. Puso cerrojo en la puerta y literal tiro la llave.

(Conciencia: ¡joder Emma sus ojos dicen que mañana no podemos caminar!)

– Enserio... me reí, fue estúpido lo sé, pero estaba siendo secuestrada por 48 horas de sexo con mi esposo que me miraba completamente lleno de lujuria pasando su mano por su boca casi babeando.

Me apretó de las caderas y me giro levantando mis manos contra la pared, sentía su respiración en mi oído cuando subió mi vestido hasta la cintura– No te he tocado y ya estas mojada preciosa, dijo mientras olía cachondamente la tanga que acaba de quitarme.

Lentamente bajo el cierre del vestido dejándome completamente desnuda – No necesitas nada de esto hasta el sábado, dijo dejándome completamente desnuda a su vista mientras pasaba sus dedos por mi interior masajeando.

Un beso en mi cuello mientras introducía más sus dedos en mí y un gemido suave salió de mi boca... estaba tan mojada que sentía que escurrían líquidos por mis piernas.

Se agacho y empecé a sentir su lengua rozar mis labios vaginales, lo tomé del cabello y lo clave un poco más mientras movía mi pelvis refregándome sobre su cara. Me volvió a girar para meterse entre mis nalgas lamiéndome por ese apretado agujero que estaba ya palpitándome mientras sus dedos se encargaban de darme placer a mi desesperada vagina

 – Casi estas lista mi amor, el placer que sentí cuando introdujo su dedo.

– Haaaa haaaaa... Mas amor necesito más... Movía mi pelvis de necesidad con cada movimiento recibía placer en cualquier frente de mi cuerpo, su mano derecha entraba y salía de mi ano mientras su mano derecha atendía mi vagina.

Me inclino un poco frotando la punta preparándose para entrar – Haaaaaaaaaa grite fue el doloroso placer más exquisito de mi vida... entro un poco, pero se detuvo y me estimulo más antes de entrar por completo.

Fui del dolor al placer y con movimientos lentos sacando gruñidos guturales de mi hombre en cada que me empalaba en su pene tan duro y grueso que estaba matando de placer llegando mi primer orgasmo anal dios es una de las sensaciones más increíbles... me apretó fuertemente de la cadera para moverse muy rápido, se tensó pude sentir como encajaba las uñas en mis nalgas atrayéndolas más hacia él, mas gruñidos de su boca mientras su leche me llenaba el culo – Te vez deliciosa chorreando mi semen,  dijo mientras me besaba el cuello saliéndose de mí.

Sentí sus brazos levantarme para llevarme a la cama, estaba temblando las piernas no me respondían y un poco adolorida era la primera vez que teníamos ese maravillosamente doloroso sexo anal.

– Que fue eso amor, estábamos sobre la cama yo en su pecho, su brazo  izquierdo en mi espalda acariciando suavemente l y  el derecho bajo su cabeza... – ¿Te lastime?... – No, no amor... pero ya lo habías hecho con ... Fui interrumpida por un beso.

–Nunca con nadie, solo contigo Emma... todo de ti mujer me vuelve loco desde el primer día que te vi... quiero estar dentro tuyo sin importar donde sea... ¿te gusto?

– Si me gusto... mucho! Una risita picara se me escapo me acababa de desvirgar nuevamente por donde nunca imagine.

No hubo rincón de esa cabaña donde no hiciéramos el amor, si estuve realmente desnuda hasta el sábado... tal parecía que mi amor realmente quería acostumbrar a mi adolorido culito a tenerlo dentro y eso aunque estoy sumamente adolorida me encanta.

Carlos únicamente se ponía un pijama los minutos que salía a recibir la comida que ordenaba por aplicación, estuvo desnudo todo el tiempo también me encanto ver cada minuto del día su cuerpo, no solo cuando estaba excitado estoy loca, pero amo ver sus bolsas moverse cuando camina.

Tan solo el sábado por la mañana hicimos el amor 3 veces en el baño, perdí la cuenta de cuantas veces fueron... este hombre tiene 40 años y no se agota mientras que yo a mis casi 26 estoy muerta casi no he dormido y no sé cómo voy hacer para disimular mi caminar cuando regrese ahora mismo siento las piernas como gelatina.

– Te puedo cargar... – Como dices, su pregunta me saco de mis pensamientos.

– No puedes caminar Emma te puedo cargar... estaba sonriendo recargado en la puerta de la habitación esperándome porque ya nos íbamos a Guadalajara... – y de quien es la culpa que no pueda ni caminar... – Por eso te voy a cargar no quiero que nuestra hija te vea así.

¿Te quedarías conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora