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Después de la colaboración inesperadamente exitosa, Fede no podía dejar de pensar en lo bien que había salido todo. A pesar de sus diferencias y la rivalidad casi palpable, había algo en trabajar con Val que lo había sorprendido gratamente. Decidió enviarle un mensaje para hablar sobre la posibilidad de una nueva colaboración.

Hola Val, ¿cómo estás? Quería decirte que la campaña que hicimos fue un éxito. Nunca pensé que diría esto, pero me gustó trabajar contigo. ¿Qué te parece si la próxima semana vienes a mi departamento y grabamos el vídeo de cocina que habíamos mencionado?

— ¡Hola Fede! Estoy bien, gracias. También me pareció raro decirlo, pero disfruté trabajar contigo. Claro, me parece bien lo del vídeo de cocina. ¿Te parece el martes a las 3 PM?

— ¡Perfecto! Nos vemos el martes entonces. ¡Que tengas un buen día!

— Igualmente, Fede. Hasta luego

Val sonrió ante la pantalla de su móvil. La conversación había sido sorprendentemente agradable, considerando su historia de constantes desacuerdos. Justo cuando estaba a punto de cerrar la aplicación, su teléfono vibró con otro mensaje.

— ¡Hola Valeria! ¿Cómo has estado? Estaba pensando en ti y me preguntaba si te gustaría salir a cenar esta noche. ¿Te parece bien?

— ¡Hola Leo! He estado bien, gracias. Claro, me encantaría salir a cenar. ¿A qué hora te parece bien?

— ¿Te parece a las 8 PM? Puedo pasar a recogerte

— Sí, suena bien. Nos vemos a las 8 entonces. ¡Gracias por invitarme!

— Genial. ¡Nos vemos más tarde! Cuídate

Val cerró la aplicación y dejó el teléfono a un lado. La noche prometía ser interesante con la cena con Leo. En ese momento, entró Marcos, su asistente, en el estudio donde se encontraba Valeria.

— ¡Hola, Vale! ¿Cómo estás? Oye, ¿cómo te fue en la colaboración con Fede? — dijo Marcos entrando al estudio y dejando unos documentos sobre la mesa

— Hola, Marcos. La verdad, me fue bien. Federico no es tan inmaduro y tan malo como yo pensaba. La verdad, siento que hasta me agrada — contestó Val con una sonrisa, recordando los chistes de Fede mientras organizaba unos libros en una estantería

Marcos se recostó contra el borde de la mesa, cruzando los brazos y observándola con curiosidad.

— ¡Vaya! Eso sí que es un cambio. ¿Te imaginas que terminen siendo amigos después de todo?

Val se rió y se giró para mirarlo.

— Sonriendo — No lo sé, Marcos. Pero la verdad es que me sorprendió lo fácil que fue trabajar con él. Creo que ambos teníamos ideas equivocadas el uno del otro

Marcos asintió, pensativo — Eso suena muy bien, Val. A veces, trabajar con alguien te hace ver las cosas desde una perspectiva diferente — dijo mientras jugaba con un bolígrafo entre sus dedos

Val se sentó en su escritorio y revisó unos correos en su computadora.

— Sí, tienes razón. Bueno, ya veremos cómo va la próxima colaboración. Por ahora, me voy a preparar para la cena con Leo esta noche — dijo, mirando a Marcos con una sonrisa

— ¡Ah, Leo! Eso suena emocionante. ¿Cita, eh? — Marcos se acercó y se sentó en el borde del escritorio, mirándola con una sonrisa pícara

— Riendo — No es una cita, Marcos. Solo una cena entre amigos — respondió Val, sintiendo un leve rubor en sus mejillas

Detrás de la cámara - Fede Vigevani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora