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Junio 2022

Valeria ajustaba la luz de su anillo LED, asegurándose de que resaltara perfectamente sus facciones. Era una mañana más en su ajetreada vida de influencer. Con más de 10 millones de seguidores en Instagram y una creciente base de fans en TikTok, Valeria se había convertido en un ícono de estilo de vida. Sus publicaciones diarias de moda, belleza y bienestar eran devoradas por miles de jóvenes que anhelaban replicar su impecable estilo. Sin embargo, detrás de las cámaras, su vida no era tan perfecta como parecía.

Mientras preparaba su set, escuchó un golpe en la puerta de su estudio. Era Marcos, su asistente y amigo de confianza, quien entraba con una expresión de preocupación.

— Val, tenemos un problema — dijo Marcos, cerrando la puerta detrás de él.

— ¿Qué pasa ahora? — preguntó ella, sin apartar la vista del espejo.

— Es Federico, publico otro video y te volvió a mencionar, estan subiendo rápidamente las visualizaciones.

Valeria resopló irritada. Federico Vigevani, un YouTuber inmaduro y carente de carisma que constantemente se rodea de jóvenes para grabar sus videos de "la vecibanda", tiene la costumbre de mencionarme en sus videos para criticarme "en broma", aunque estas críticas parecen personales. Esto solo porque en una ocasión mencioné que no me agradaba ni a él ni su contenido.

— No puedo creer que ese idiota siga mencionandome — dijo Valeria, frunciendo el ceño — ¿De verdad no tiene nada mejor que hacer?

Marcos suspiró.

— Ahora, ¿qué haremos? — preguntó preocupado.

— Nada.

— ¿Nada? ¿Cómo que nada? — estaba confundido — ¿Solo dejaremos que siga hablando mierda de ti?

— Pues sí, al menos por ahora.

— Bueno, ahora levántate y ve a prepararte para la entrevista que tienes en dos horas.

— ¡Mierda, es cierto! Hoy es la entrevista, lo olvidé por completo.

— Sí, así que prepárate, porque te bombardearán con preguntas sobre Federico y sus videos mencionándote — dijo Marcos mientras salía del estudio de grabación, y yo lo seguí.

Salí directo a mi habitación para cambiarme y maquillarme para la entrevista. Me sentía muy nerviosa; las entrevistas siempre me ponen así. Me da una ansiedad horrible no saber qué contestar o decir algo que pueda malinterpretarse, como lo que dije sobre Federico en una entrevista hace casi un año y que aún no superan. Y probablemente nunca lo superen.

[...]

— Buenas tardes, Valeria. Es un placer tenerte aquí hoy.

— Hola, gracias por invitarme.

— Con más de 10 millones de seguidores en Instagram y TikTok, has logrado un éxito impresionante como influencer. ¿Cómo empezaste en el mundo de las redes sociales?

— Comencé compartiendo mi pasión por la moda y la belleza, y creció desde ahí.

— ¿Cuál ha sido tu mayor desafío como influencer?

— Mantener la autenticidad y manejar la presión de estar siempre "en tendencia".

— ¿Cómo manejas las críticas y momentos difíciles en las redes sociales?

— Aprendo de las críticas constructivas y me enfoco en lo positivo.

— ¿Qué consejo darías a quienes quieren ser influencers como tú?

— Sean auténticos y apasionados. Las redes pueden ser poderosas si se usan bien.

— ¿Cuáles son tus planes futuros?

— Explorar más colaboraciones y tal vez lanzar mi propia línea de productos.

— ¡Suena emocionante! Gracias por compartirlo, Valeria.

— Gracias a ti, por la oportunidad

— Bueno, Valeria, aparte de ser una gran influencer tambien sé que has sido muy franca sobre tus opiniones en redes sociales. ¿Qué piensas de Federico Vigevani y su última serie de videos?

— Ah, Federico... Es interesante cómo se las arregla para mantenerse relevante. Aunque debo admitir que no siempre estoy de acuerdo con su enfoque.

— ¿Podrías expandir un poco más sobre eso?

— Claro. Creo que hay maneras más constructivas de ganarse la atención del público. Sus bromas a veces rozan lo personal, y eso no es algo que apoye.

— ¿Te sientes incómoda con las menciones que hace de ti en sus videos?

— Sinceramente, sí. Parece que le divierte provocar reacciones, pero yo prefiero concentrarme en mi trabajo y en conectar de manera positiva con mis seguidores.

— ¿Crees que estas interacciones podrían seguir afectando tu imagen pública?

— En cierta medida, sí. Pero también sé que es parte del juego de las redes sociales. Mi enfoque siempre será mantener una actitud profesional y centrarme en lo que realmente importa para mí y mis seguidores.

— ¿Alguna vez considerarías colaborar con él en algún proyecto?

— Ríe — Esa es una pregunta interesante. No lo descartaría completamente, pero definitivamente tendríamos que aclarar algunas cosas primero.

— Entiendo. Gracias por tu honestidad y por tu tiempo Valeria.

— Gracias a ti, compermiso

Por fin, la entrevista terminó. No salió tan mal como pensaba, aunque mencionaron el tema de Vigevani, el cual me sigue sacando canas verdes. Era obvio que lo tocarían; es el tema del momento y lo ha sido por casi un año.

[...]

Estaba acostada en mi cama, reflexionando sobre la vida y cómo me he visto envuelta cada vez más en un tema del que parece que no hay salida. Nunca he sido una persona problemática y tengo entendido que Vigevani tampoco lo es. No entiendo por qué un comentario sin mala intención desató tantas cosas. Seguía sumida en mis pensamientos cuando escuché un portazo; era Marcos entrando a mi habitación.

— ¡Oye! Ten cuidado con la puerta.

— Shh, ¿qué estás haciendo aquí acostada y deprimida un sábado por la noche? — preguntó él, visiblemente indignado.

— No tengo nada mejor que hacer — respondí sin ganas.

— Claro que sí. Aparte de ser tu asistente, también soy tu mejor amigo, al parecer, el único.

— Wow, gracias por animarme — respondí sarcásticamente — ¿Qué haces aquí, Marcos?

— Vengo a invitarte a una fiesta — hizo un baile mientras sonreía.

— Basta, deja de hacer eso, se ve raro y horrible — empecé a reír — Pero volviendo al tema, no gracias, no quiero salir. No tengo ganas y además tengo que terminar de editar unos videos. Mañana tengo que levantarme temprano porque tengo que grabar varios videos planeados míos y otros de patrocinadores. Así que no, mi respuesta es no. Ve tú solo, diviértete, vuela mariposita — moví mis brazos como si estuviera volando.

— Bueno, está bien, pero esa excusa no siempre te funcionará, Val.

— Lo sé, solo... Shh, ya vete, ve, ve — hice señas para que se fuera.

Marcos me mandó un beso antes de salir de mi habitación y se fue haciendo su baile extraño, a lo que yo simplemente reí.

Bueno espero que hayan disfrutado de este primer capítulo tanto como yo disfruté escribiéndolo. ¡Nos vemos en el siguiente!

Bai.

Detrás de la cámara - Fede Vigevani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora