𝐓͢𝐇͢𝐄͢ 𝐎͢𝐁͢𝐒͢𝐄͢𝐒͢𝐒͢𝐄͢𝐃͢ 𝐓͢𝐄͢𝐀͢𝐂͢𝐇͢𝐄͢𝐑͢{𝐷⃪𝑒⃪𝑎⃪𝑛⃪ 𝑊⃪𝑠𝑝𝑛}

𝐶⃪𝑟⃪𝑢⃪𝑒⃪𝑙⃪ 𝑉⃪𝑒⃪𝑟⃪𝑎⃪𝑛⃪𝑜⃪

¿Junio?, junio no fué tan malo como pensaba.

Este junio fué divertido porque en ese mes incómodo y triste estuvo Damon conmigo, haciendo diversiones alocados, beber hasta no poder más y también cambiar de estilo.
Damon se hizo alguien muy especial para mí y no digo que cambié a Stefan, pero Stefan ya tenía planes y yo me quedé sola, y Damon solo tuvo que decir una estupidez para que se ganará mi confianza, fué un buen amigo conmigo.
Gracias a el ya tengo expectativas altas, me valoro, el me obligó a cortarme los puntas, ya se que no es gran cosa, pero el cabello guarda recuerdos o eso dijo Damon. Me arrastró a comprar un buen auto, porque como dijo el "No toda la vida estaré para buscarte y además con tu auto puedes hacer lo que te dé la gana", así que me compré un Mustang GT 500, así es, leyeron bien, un Mustang GT 500, mi nuevo bebé.

En parte mi mejor amiga, Car, ella venía hoy de Chicago y las dos nos íbamos a Hudson, un pueblo donde nadie nos conoce, dónde podemos ser nosotras y algunas veces fingir ser nuestros nombres y vidas. Car y yo ya habíamos comprado una casa ahí en diciembre, así que será todo nuevo, conocer personas nuevas, hombres nuevos, porque según Damon es eso lo que necesitaba, conocer a alguien que sea guapo, rico, amoroso, maduro, pintor obligadamente y claro rico, ya dije, ¿No?.

Estaba en la ventana de la casa de mis padres esperando que aparezca Caroline corriendo hacía mi casa como siempre, pero era raro que todavía no haya aparecido, igual no era problema, Hudson no era lejos, solo serían 2 horas de viaje en mi auto.

Qué lindo se siente decir eso.
Mi auto. Mi auto.

¿Quieres que te lleve en mi auto?.

-Oye, nene, ¿Quieres dar una vuelta?.

-¿Con quién hablás?.

Me doy la vuelta y veo a Katherine con un vaso de agua, su cara estaba apagada, básicamente se veía destruida.

-¿Te sientes bien?- le pregunto al verla sentar- Digo porque estar tomando agua en vez de un vino.

-El sushi de ayer me cayó pesado, desde que me levanté tengo náuseas- ella deja el vaso a su costado y pone una mano en su frente- ¿Puedes ver si tengo fiebre?.

Me acerco a ella para tocarle la frente.

-Oh, por Dios.

-¿Qué?.

- Eres fría por fuera también, ¿Acaso me saliste vampira?.

-Eres una infantil- ella me quita la mano de su frente y rueda los ojos.

-Y tú una amargada- me rió y vuelvo a mi lugar- No tienes fiebre, tal vez comer pescado crudo te hizo mal.

-Ay...no digas eso- ella pone una mano en su boca.

-¿Que cosa?, ¿Pescado crudo? ¿O pescado bien crujiente con mucha aceite?.

Katherine se levanta y me apartó pensando que me iba a pegar, pero sale corriendo hacía los pasillos y escuchó como su vida sale por su boca.
Antes que piense lo imposible alguien toca la puerta más de una vez, ya sabía quién era.

Voy rápido para abrir y veo a esa rubia que me alegraba los días, la vida y el alma.

-¡Elizabeth!- chilla ella.

-¡Caroline!- le sigo el juego y le doy un abrazo fuerte.

Ella me abraza como si hace años no nos veíamos, olía a Chicago puro, a rosas y vainilla, como siempre.

-Te extrañé tanto...- dice ella mientras me soltaba.

-Y más a tí- le sonrió- ¡¿Estás lista para ir a Hudson?!.