Menudo viajecito

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POV Helena

Aún no podía creerme que fuésemos a cruzarnos medio país en la moto más destartalada de todo el pueblo, solo porque hemos decidido cambiar de aires. ¡Y menos mal que hace calor! Si no, ya me explicarás. 

Nunca había salido de esas 5 o 6 calles, o al menos yo no era consciente de ello. Me sabía ese lugar de memoria. La calle principal, las dos que la cruzan, la iglesia en lo alto que es donde mejor cobertura podías encontrar, el bar de señores rancios que olían a puro, y los 2 parques. Unas cuantas manzanas de casas de doble altura construidas al menos antes de que se extinguieran los dinosaurios, y la panadería donde podías comprar chuches, pan, galletas, vino, el periódico, o incluso a veces encontrabas algún juguete en la temporada de navidad. Se las apañaban para tener de todo un poco.

-Venga, termina ya de hacer la mochila, tenemos prisa. -Rechistó Lía

-¿Por qué tenemos prisa? Tenemos 5 horas de camino, y creo que solo voy a conducir yo... -Dije, burlándome.

-Míralo por el lado bueno, no tienes que cargar con mi mochila. 

Sonreí. Lo cierto es que nunca me he sentido sola porque Lía siempre ha estado ahí, conmigo. O dentro de mí. No lo sé, en cierta manera es confuso. Pero sin ella no sé qué habría sido de mí. Estos últimos días me sentía más rara de lo normal, y no sabía si era por los nervios de la primera vez que salía de ahí, por la mayoría de edad, o por la reciente pérdida de Marga. 

Sea como sea, el viaje ya está decidido, y Lía está muy insistente en ello. 

-¡Vámonos! - Sentencié, cerrando la puerta de la entrada. 

Al menos no teníamos plantas que cuidar, cerré el gas, las luces comprobadas 4 veces y las llaves del agua también. Precaución ante todo. Aunque el viaje solo estaba previsto para 2 días. Total, con 150 dólares que es lo que me sobró del último trabajo de media jornada, tampoco nos da para mucho más. 

-Hely, necesitamos este viaje, créeme. Por cierto, tenemos que hacer una parada de camino. Confía en mí. -Sentenció, como si supiera que iba a quejarme sobre esto.

Me puse el casco, arranqué la moto y suspiré. Adiós, por el momento.

POV 3 persona

El destino al que se dirigían, y para el cual iban sin ninguna previsión y con 0 planes en mente, las esperaba más a ellas que ellas a él.

Helena salió de la casa con una sensación extraña, con un pálpito de que no volverían a verse las caras dentro de dos días. Empaquetó lo justo, tres camisetas básicas, dos pantalones, unas playeras de cambio, un bikini y 3 o 4 latas de bebida energética. En el neceser solo llevaba crema hidratante, protector solar y tres o cuatro Ibuprofenos. 150€ en billetes pequeños de las propinas y tres calcetines blancos.

Se sentía como si algo dentro de ella estuviera en conflicto. Mientras iba de camino, sabía que algo estaba cambiando. Helena estaba intranquila. Lía sabía que dentro de poco llegarían a su parada, y no estaba segura de cómo reaccionaría Hely a lo que se avecinaba. 


No puedo ser tu LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora