¿Quién eres tú?

10 5 0
                                    

POV 3 persona

En una sala cerrada a la que podríamos llamar despacho, estaba Rob dándole vueltas a una montaña de papeles y resoplando una y otra vez, como si haciendo eso fuera a resolver lo que quiera que tuvieran escrito. 

Noah, el camarero que estaba de turno esta tarde en el Pub, entró en el despacho. 

-Rob, creo que ha aparecido. Ha entrado una chica en el Pub, tiene el pelo rojo. Ha preguntado por ti, y dice que viene de parte de Amanda. Parece bastante asustada. -Noah siempre había sido un chico poco expresivo con palabras, pero leal y de buen corazón.

-Sabía que vendría. Que Amanda encontraría la manera de guiarla hasta aquí. Vamos, No perdamos tiempo. 

Noah asintió con una sonrisa esperanzado. Rob dejó todos los papeles encima de la mesa, como si hubiesen dejado de tener importancia de repente. Se levantó apresuradamente de su silla desgastada de madera y se dirigió hacia la puerta del despacho. Antes de abrir la puerta, tomó una bocanada de aire, como si lo fuese a necesitar a continuación. 

Ambos se dirigieron a la zona de la barra. 

Al acercarse un poco más, ya que Rob tenía un par de miopías que se negaba a reconocer, la vió. Era Helena. Era la única hija de su hermana Amanda, a quien no veía hacía más de 18 años. Tenía a su sobrina delante, por la que había removido cielo y tierra por encontrar, sin respuesta. Y ahora no sabía qué decir. 

POV Helena

Tenía delante a un señor que supongo sería Rob, que sabía mi nombre y al parecer quién era yo, y al que no conozco de nada. Y ahora, ¿Qué se suponía que tenía que hacer?.

-Lía, por favor, dime algo. Esto ha sido idea tuya. ¿Quién es este señor y por qué parece que me conoce?.

-Hely, yo... no sé bien quién es. Pero sé que tu madre quería que viniéramos aquí y preguntáramos por él. Necesitas respuestas. Por favor, mantente con la mente abierta.

-¿Quéeeeee? ¿Perdón? ¿Mi...madre? Lía, necesito que me expliques primero esto, por favor. -Mi cabeza en estos instantes estaba ardiendo, a punto de explotar ante tal información. 

-Hagamos un trato: deja que estas personas nos ayuden y te contaré todo lo que sé, te lo prometo. 

-Más te vale. 

Volví a la escena que tenía delante de mí. Rob me acababa de llamar por mi nombre. Empecemos por lo básico, se acabó la verguenza. Eso sí, no iba a hacer el ridículo delante de un barucho lleno de gente. 

-Sí, soy... Helena. Encantada. Y tú eres Rob, entiendo. - Dije, con una templanza que ni yo me creía. 

El hombre sonrió de oreja a oreja. Me tendió la mano. Correspondí el saludo, Marga me había educado bien. 

-Exacto, soy Rob. Tengo tantas cosas que contarte.. 

-Por favor, ¿podemos hablar en otro lado? - Le corté, hice una pequeña mueca con los ojos indicando que el lugar estaba lleno de gente. 

-Sígueme. -Dijo, simplemente. 

Rob caminó de nuevo hacia la sala en donde le encontraron. Yo lo seguí. No me parecía que estuviera en peligro, pero ahora mismo solo me interesaba saber quién era, de qué me conocía, y de qué me había hablado Lía antes. Mi cerebro daba vueltas dentro de la cabeza. Entramos en la sala. Me sorprendió el desastre que se presentaba ante mis ojos. Un escritorio lleno de papeles sin ningún control, detrás de la silla había una estantería enorme llena de libros con cubiertas muy diferentes y raras, tanto que de hecho algunos libros parecían tener siglos. 

Rob cerró la puerta detrás de si, pasó a mi lado y tomó asiento en la silla grande que estaba detrás del escritorio. Me indicó que hiciera lo mismo en la silla delante de él. Lo hice, tomé asiento en silencio, quedando frente a él de nuevo, pero esta vez separados por el escritorio. 

-Helena, es un placer conocerte, oficialmente. -Sonrió amablemente.

-S..sí. Lo mismo digo. Perdona si soy muy directa pero, ¿Quién eres tú?.

Rob soltó una carcajada. Le miré extrañada. No entendía nada.

-Creo que tengo mucho que contarte. 







No puedo ser tu LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora