Primeriza en el alcohol

8 3 0
                                    

POV Helena

El calor del fuego me recordó a los inviernos en nuestra casa del pueblo. Marga siempre me decía que el frío solo significaba que tendríamos que abrazarnos más. Era tan cariñosa. Recuerdo un invierno cuando casi nos quedamos sin leña, tuvimos que hacer una excursión hasta el parque del final del pueblo, ambas vestidas como si fuéramos dos esquimales, porque sabíamos que había leña en esa parte, y podríamos cogerla. Lo cierto es que aunque no teníamos muchos recursos económicos, el ingenio siempre estaba de nuestro lado. Es invierno recuerdo acercar más el sofá a la chimenea, para que nos llegase lo suficiente el calor. 

-¿Quieres más? - Me pregunta Eric, sacándome de mis pensamientos. Creo recordar que estaba sonriendo. 

-E..esto..no sé si es buena idea. Pero... ponme solo un vaso más, porfa. ¡Está tan dulce! -Dije, con una amplia sonrisa. Me percaté en ese instante que estábamos algo más cerca de lo que yo recordaba. El caso es que no estaba nerviosa, simplemente algo mareada. Creo que este es el efecto del alcohol. 

-¡Claro! 

Eric me sirvió otro vaso de la mezcla que tanto me estaba gustando. Yo siempre había pensado que el alcohol sabría mal, muy fuerte, que picase en la garganta al tragar. Pero este mejunje no sabía nada mal. Y eso, era un peligro. 

Los chicos estaban contando historias del verano pasado, y yo me reía con la mayoría de ellas aunque no conocía los hechos correctamente, creo que eso es lo que las hacía más divertidas. 

Por un momento me quedé observando a Eric, creo que lo notó. 

-Eric, esto... muchas gracias por lo de hoy. Es decir, no me conoces y has decidido celebrar mi cumpleaños con tus amigos,.. Sois muy amables. Más de lo que probablemente no haya sido nadie conmigo... -Tragué, pensando en mis palabras. 

-Escucha Helena, no tienes por qué darme las gracias, solo preocúpate de organizar mi cumpleaños y así me devuelves el favor, ¿Vale?-Ambos reímos. -No, enserio, no creo que nadie deba pasar un día especial solo. Además, nosotros somos... una familia. -Dijo, se frotó la cabeza y presentí que no sabía muy bien cómo explicármelo. No quise incomodarle.

-Está bien. Solo... te estoy muy agradecida. Has convertido probablemente el peor día de mi vida, en uno de los mejores. -Miré hacia la arena, y pegué un par de sorbos más a la mezcla. 

-Dame tu móvil. -Dijo, ofreciendo su mano para que lo dejara encima de la misma. Extrañada, posé mi móvil ahí. Él lo cogió, y al minuto me lo devolvió. -Listo, ya tienes mi número. 

Miré mi móvil de vuelta. Vaya, con este chico todo es tan fácil...Al ver su contacto guardado, me fijo de reojo en la hora. La 1 y media de la mañana. Creo que se ha pasado el tiempo demasiado volando esta noche, y debería volver a 'Casa'. Sonreí al pensar en aquella expresión. 

'Rob, voy a salir dentro de poco hacia allí, no te preocupes, estoy bien.' ✓

'Helena, ven con cuidado por favor.' ✓

Parece que mi tío se estaba metiendo en el papel de familiar de un adolescente preocupado por que llegue a salvo a casa.

-Perdonad chicos, creo que tengo que irme, mi tío me espera. -Dije en alto.

-Jooooo, ¡pero aún es muy pronto! -Gritó Anna, que estaba bastante perjudicada por el alcohol.

-Lo siento, pero me gustaría veros otro día. -Sonreí amablemente. 

-Pues claro pequeñaja, vete con cuidado. -Respondió Derek, parecía ser el más mayor del grupo, por tanto el que tenía el Rol de 'cuidador', y a la vez, 'animador'.

Me despedí de todo el grupo. Anna y Carol las primeras, luego Derek, Marcos, Jacob y por último de Eric.

-¿Quieres que te acompañe? No me importa, está bastante oscuro. -Dijo al despedirme de este último. 

-No pasa nada, no te procup.. -Dije, mientras me intentaba sostener completamente recta, sin éxito. Pues al parecer, está haciendo efecto el Amaretto. Caí a la arena y me levanté de una manera poco elegante.

Eric se rio al verme. Parecía Bambi intentando patinar en el hielo, solo que era una chica de unos 18 años recién cumplidos intentando salir de la playa. En cualquier otro momento, me hubiera muerto de vergüenza, pero hoy me sentía un poco más libre. 

-Déjame acompañarte, creo que dos vasos son mucho para ti. -Dijo, riéndose.

-Está bien... -No me negué más. En el fondo quería pasar más tiempo con él. 

En el camino de vuelta, le conté como 5 veces un chiste malísimo que había oído el otro día en la radio. La primera vez se rio, el resto parecía mirarme como con ternura, y solo sonreía y me daba la razón.

Nos estábamos acercando ya al Pub. 

Una de las veces que iba contándole cosas sin sentido y sin mirar al suelo, tropecé con un bordillo. Sentí que me iba a caer, cerré los ojos y me preparé para el golpe. Golpe que nunca llegó. 

-¿Será que estando borracha no siento el dolor? -Pregunté al aire, aún con los ojos cerrados. Escuché unas carcajadas de Eric. 

Abrí los ojos. Me tenía agarrada por la cintura, y había evitado que me cayera de una forma ridícula y además, dolorosa. Le miré.

-Tendré que beber más a menudo, si así acabo en tus brazos. -Susurré con un hilo de voz. Juraría que era imposible que me oyese, ya que fue básicamente un movimiento de labios. 

Eric mostró una sonrisa de lado. ¿Me habrá oído? ¿En qué estaba pensando? Tierra llamando a Helena, ya te vale. 

Seguimos andando. Llegamos rápido a las inmediaciones del New Roses, y vi que Rob me estaba esperando en la puerta. 

-Ahora creo que entiendo un poco más todo. -Dijo Eric, aproximándose a Rob. 

-Buenas noches, Rob. ¿Qué relación guardas con Helena? -Me quedé observando callada. No solo conoce el Pub y a mi tío, si no que además le pide explicaciones. 

-Buenas noches, señor. -El cuerpo de Rob se tensó. ¿Señor? ¿Qué demonios estaba pasando aquí? -Helena es mi sobrina, la acabo de recuperar, ¿Han estado juntos hoy? -Rob me miró. 

-Sí, hemos estado juntos esta tarde, pero desconocía que ella.. era de la familia. En fin, nos vemos Rob, un placer. -Se despidió de él, volviéndose hacia mí. Mi tío se limitó a asentir.

-Helena, un placer igualmente, y... bienvenida a la familia. -Me guiñó un ojo. 

Al darnos un abrazo de despedida, pegó su boca a mi oído.

-Por cierto, si quieres estar en mis brazos solo tienes que pedirlo. -Y se separó. Yo me quedé más roja que la puesta de sol de esta tarde. 

Di un par de pasos más encontrándome con mi tío. Él me sonreía. 

-Veo que has estado con los cachorros. Y puedo oler que de unos más cerca que de otros. -Me miró, sonriendo y moviendo las cejas de arriba a abajo. Creo que ya no era posible ruborizarse más. Yo le miraba, atónita.

-Rob, ¿Quién es Eric?.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No puedo ser tu LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora