El pasado

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POV 3 persona

La sala donde se encontraban Rob y Helena era pequeña, entraba justo el escritorio, y dos sillas. Nada más. La estantería de detrás de Rob estaba repleta de libros, abarcaba desde el suelo al techo, y no entraba ni un alfiler más. Se podía observar que los libros estaban colocados de más antiguos a más nuevos. Rob era la persona encargada de custodiar toda la historia de la familia Crescent. 

El ambiente en este pequeño despacho estaba cargado, con Rob respondiendo a las preguntas de Helena, y la pequeña más y más angustiada según proseguía la historia. Había conseguido pegar un par de sorbos al vaso con agua que tenía, pero pronto se le quitaría la sed.

POV Helena

-Helena, pequeña, Amanda no está. Al igual que a ti no podíamos rastrearte porque no tienes olor aún, el olor de tu madre me lo conozco de sobra. Al principio, cuando se alejaron, pensé que podrían estar tranquilos y no insistí en su búsqueda, pero la noche que te abandonó, sentí que la perdía. Imagínate cómo de desesperados tenían que estar tus padres para hacer eso... Eras un bebé muy deseado, todos estábamos contentos, todos te esperábamos con ansias, y el embarazo de tu madre le dio un brillo especial. Al principio del mismo, no dejaba de mirar cosas, comprarte ropa, juguetes, peluches,... 

Rob se sirvió otro poco de agua en el vaso restante, bebió un sorbo y me miró fijamente. Creo recordar que yo respiraba entrecortadamente; todo esto estaba siendo demasiado. Mi cerebro estaba al límite de su capacidad.

-No entiendo... ¿Cómo que mi madre no está?. -Dije, con un hilo de voz ronco.

-No pude encontrarla. -Su voz se quebró de nuevo. -No llevé la cuenta de los kilómetros que rastreamos y no conseguimos ninguna respuesta. Cuando lográbamos encontrar algún rastro, al poco se desvanecía. Nunca llegamos a encontrar el cuerpo, querida Helena, pero tampoco a mi hermana con vida. Lo mismo nos pasó con Marc. Ni siquiera pude volver a sentir nuestro vínculo.

-Hely, intenta respirar, por favor. -Escuché en la lejanía a Lía.

-Yo,...

La respiración entrecortada se aceleró. Sentí un hormigueo en los pies y las manos, empecé a hiperventilar, noté un leve mareo y después, todo se volvió negro. 

POV 3 persona

Cuando Rob sentenció esas palabras, cuando dio a entender a Helena que sus padres ya no estaban vivos, se vio superada por el revoltijo de sentimientos que la estaban abrumando, y se desmayó. No llegó a caerse al suelo gracias a los reflejos del hombre mayor, pero la faltaron solo un par de centímetros para golpearse la cabeza con el frío suelo. 

-¡Noah, entra! ¡Ayúdame!. -Gritó, desde dentro del despacho.

Noah, que custodiaba detrás de la puerta, entró apresuradamente en cuanto pudo. Al abrir, encontró a Robert sujetando la cabeza de Helena, la misma a medio caer de la silla. Decidió ayudar a Rob a tumbarla bien en el suelo. Noah retiró con delicadeza el pelo de Helena, que tapaba su cara. 

-Vamos a llevarla arriba, a la habitación... Creo que necesita descansar. -Dijo Rob.

Noah asintió, cogió a Helena en brazos, con cuidado de sujetar su cuello y sus piernas, y subió las escaleras. Entró en la habitación del fondo del pasillo, que anteriormente perteneció a Amanda. La tumbó con delicadeza encima de la cama y comprobó que el resto de signos vitales estuvieran bien. Llegó Rob, que se movía más lento que su compañero, y mojó un pequeño trozo de tela para posarlo sobre la frente de la niña que ahora yacía inconsciente. 

-Vete, me quedo yo con ella hasta que despierte. Ah, y calma un poco los ánimos por ahí abajo, por favor. No queremos que el resto se asuste. - Noah asintió, y salió de la habitación sin hacer ruido. 

Se quedaron sobrina y tío. Él tenía los ojos llenos de lágrimas, y la daba la mano con cariño. 

POV Helena

-Hely, por favor, despierta, te necesito. Perdóname.

De repente, desperté. Fue una sensación extraña, es como si acabase de tener un sueño muy vívido y en una fase muy profunda, y de repente, volví en mi. Recordaba haber escuchado a Lía pero todo lo demás me parecía muy difuso. 

Abrí los ojos de golpe y me vi sentada en una cama, en una habitación que no conocía. El lugar parecía bastante acogedor, pero no recordaba cómo había llegado hasta ahí. Miré a mi lado, estaba Rob, el que ahora era mi tío, que me observaba impaciente. Intenté incorporarme, él me ayudó y me ofreció un vaso de agua, del que bebí un sorbo. No sabía qué decir, las palabras no salían de mi boca. 

-Querida Helena, siento haberte causado todo esto, solo quería que supieras toda la historia. Voy a dejarte sola y cuando te sientas cómoda, baja de nuevo o llámame. -Me miró. -Llámame si necesitas cualquier cosa, de verdad. -Suspiró. Rob salió de la habitación en silencio y le oí bajar las escaleras.

Yo asentí, aún sin ser capaz de pronunciar palabra. Mi cabeza parecía dar vueltas. ¿Cuánto de lo que recordaba era real?.

-Me has pegado un susto horrible, Hely.

-Ah, Lía, necesito respuestas. Me lo prometiste.

-Cierto, ¿Estás dispuesta a conocer más sobre ti, sobre tu familia? Si no puedes con esto, te ruego que me lo digas antes de volver a desmayarte. Porfa. 

-Dispara. No puede ser peor. - Sentencié. Lía soltó una pequeña risa irónica.



No puedo ser tu LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora