Licantro¿Qué?

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POV Helena

-Querida Hely, llevo casi 18 años a tu lado, o.. dentro de ti. -Empezó a contar Lía. -El caso es que yo no soy un producto de tu imaginación, no estás loca ni soy una representación de su subconsciente. Sé que nunca hemos hablado realmente sobre esto, y que siempre te he dicho que soy una amiga. Pero realmente soy tu loba. 

-Mi..¿Qué?

-Vale, tranquila. Empiezo por el principio. Tus padres, Amanda y Marc, no eran... adultos normales. Eran hombres lobo. Eso significa que forman parte de una manada, una familia. La familia Crescent. ¿Sabes lo que es un hombre lobo?

-Em, a ver, te refieres... ¿Como en las películas?¿Me estás vacilando?

-No, escucha. Un hombre lobo, también conocido como licántropo, es una criatura legendaria que puede transformarse en lobo o en una criatura similar a un lobo, originalmente durante la luna llena, con los siglos hemos aprendido a transformarnos a voluntad. Esta condición no es algo que hayamos elegido; está ligada a una maldición o una enfermedad mágica llamada licantropía. El caso es que se trata de algo hereditario, por lo que tú...

-Licantro¿Qué?¿Estás intentando decirme que soy hombre lobo? O...mujer lobo en todo caso. - Lo estaba flipando.

-Pues... sí. Es la herencia familiar. Y es por eso que yo existo, Hely. Yo soy tu loba, aún no te has transformado porque la primera vez que ocurre es en la luna llena tras haber cumplido los 18 años de edad. La mayoría de edad lobuna. 

-Pero eso es....ya.-Mi cara se tornó en una expresión de preocupación.

-Sí, mañana cumples 18 años, y la primera luna llena es dentro de dos semanas. -Mi mandíbula parecía estar desencajada. -Siento de todo corazón que te hayas enterado así. Llevo toda nuestra vida intentando guiarte, cuidando de ti. El día que mamá nos dejó en el estrecho porche de Margarita, su loba y yo pudimos hablar. A través de ella, pudo contarme toda su historia, y me hizo prometerle que te cuidaría y te traería con la familia antes de los 18 años. No he sabido muy bien cómo guiarte hasta aquí, hasta este bar que la loba de Amanda me dijo, hasta que se me ocurrió la idea del viaje. Solo quería que estuvieras con tu familia, querida Hely. Me hizo prometer que no te lo diría hasta estar aquí, ya que saber todo esto te pondría en peligro y te haría buscar respuestas dolorosas. Solo quería que fueras feliz, que tuvieras una infancia feliz. Espero que puedas perdonarme algún día.

En estado de shock, me levanté de la cama. 

-Necesito asimilar todo esto, por favor, dame tiempo.

-El que necesites, aquí estoy. Pero por favor, dales una oportunidad, es tu familia. Nuestra familia.

Sacudí la cabeza varias veces intentando en vano así ordenar mis pensamientos. Me decidí a inspeccionar la habitación en la que me encontraba. Era bastante espaciosa y bonita, decorada con adornos en colores pastel, reparé especialmente en un tocador en el lado opuesto a la cama donde pude ver una tira de fotos de fotomatón puesta encima de la pequeña mesa que lo componía. Me acerqué más. Sentí un pinchazo en el corazón. No conocía a esas personas pero me dolía mirar esas fotos. Eran una pareja, de unos 30 años, ella, con un pelo pelirroja liso y largo, que tapaba la mitad de su cara, tenía los ojos color miel. Él, de pelo castaño y ojos verdes. Algo dentro de mí dio un vuelco. Supe que eran ellos, mis padres. La tira se componía de 4 fotos, en la primera se estaban mirando a los ojos, parecían desprender amor. En la segunda, él estaba poniendo los ojos bizcos y ella se reía con una carcajada. Observé sonriendo que se le ponían los ojos achinados como a mí al reír. En la tercera foto ambos miraban a la cámara, parecía que intentaban estar serios pero estaban aguantando la risa. En la cuarta, se estaban besando. Una lágrima se deslizó involuntariamente desde mi ojo izquierdo hasta la comisura de mis labios. Al darme cuenta, me sequé con la mano.

Mamá y papá se querían. Me querían. Pero me dejaron. El corazón se me encogió.

Respiré intentando recuperar el aire que me faltaba, inútilmente. Decidí continuar con mi expedición. A la izquierda de la cama había un pequeño baño, me adentré en él y mojé un poco mi cara con las palmas de mis manos. Toda esta situación estaba siendo surrealista. Mientras miraba mi reflejo, me pregunté a mí misma si después de transformarme por primera vez en lobo, mi apariencia cambiaría. Como si fuera la picadura de Spiderman o algo parecido. ¿Seré como un super héroe? ¿Tendré superfuerza?. Sacudí la cabeza. Estaba divagando ya.

Decidí que, ya que estaba teniendo un día de locos, no perdería nada por terminar de saber quién era. Ahora necesitaba todas las respuestas. Me aventuré a salir de la habitación, y bajar las escaleras. 



No puedo ser tu LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora