La boda real no era lo que el Rey Viserys I quería para su primogénita, siquiera se acercaba a los deseos que él y Aemma habían tenido para ese día tan especial. No hubo largas preparaciones ni invitaciones diplomáticas, no hubo grandes banquetes ni celebraciones al aire libre. Rhaenyra había aceptado su propuesta, pero el costo había sido demasiado alto. No podía evitar sentirse desmotivado y triste, su hija no iba a disfrutar el evento, lo que hacía que él tampoco.
Alicent era otra persona que no estaba pasándolo bien, había pasado las últimas semanas llorando y rezando para que todo acabará pronto. La vergüenza en su rostro apenas podía ser disimulada y agradecía que su familia de Antigua no hubiese podido venir, no sabría cómo explicarles la situación.
Aegon estaba en brazos de Otto Hightower, ya que no había forma de que se mantuviese de pie y tranquilo, y ella misma no podría mantener la calma si no fuese porque estaba acunando a la recién nacida Helaena, buscando mantenerse serena aún sintiendo los ojos de la Corte sobre su espalda.
Ve a Rhaenyra frente a ella, su traje era de un precioso color marfil, estando finamente bordado con dragones danzando en finas hebras doradas, su capa era larga y destacaba por sus tonos oscuros, contrastaba muy bien con el resto del atuendo y gritaba Targaryen por todos lados. Una tiara decoraba su cabello trenzado en un elaborado peinado recogido, la reconoció y le retorció el estómago. La tiara favorita de la reina Aemma era un firme recordatorio de su sangre Arryn y ella la llevaba con el porte orgulloso que merecía.
Aegon tenía ropajes similares, por todos lados destacaba el blasón de su familia real en negro y rojo. No podía negar que se veía muy apuesto, pero le hubiese gustado verlo así vestido para otra ocasión.
El Gran Septo de Baelor estaba vallado y la multitud había intentado entrar por la fuerza, algunos desembarqueños con la idea de impedir la boda del infante, bajo el término de que era una aberración, otros, la mayoría, quería presenciar el acto por curiosidad y el morbo que les causaba.
Rhaenyra había llegado en un carruaje saludando a la multitud y lanzando monedas que recibieron más que contentos, Alicent había viajado llorando escondida entre sus hijos mientras escuchaba el sermón de su padre.
La ceremonia había sido escueta, lo justo y necesario se había dicho bajo la Fe de los Siete aunque todos los presentes sabían que la religión no aceptaba la unión. Pero era la realeza y poco se podía hacer contra lo que el Rey ordenara. Rhaenyra estuvo sería durante todo lo que duró, apenas respondiendo y solo le sonrió una vez a Aegon, quien no dejaba de buscar su atención.
Al niño le extrañaba que la persona que más le jugaba en los últimos días, de repente lo ignoraba, causando que llorara durante casi toda la ceremonia. Y Alicent también lloraba, los presentes dirían más tarde que lo había hecho de emoción al saber que su hijo se sentaría en el Trono de Hierro aunque no lo nombraran heredero. Pero en el fondo la reina sabía que su padre no solo la había arrastrado a ella a un matrimonio por conveniencia y sin amor, sino que ahora hacía lo mismo con su primogénito.
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OPORTUNIDAD ||Rhaegon|| +18
FantasyUna diosa Valyria le da una segunda oportunidad a Rhaenyra para mover los hilos del destino y salvar su linaje. Ahora queda en ella hacer lo necesario para lograrlo. Rhaenyra Targaryen x Aegon II Targaryen -age gap-