Rhaenyra observa el panorama con hastío, no es que se quejara de las celebraciones, puesto que su familia parecía bastante entretenida, sino que todavía podía oír los murmullos de los invitados más atrevidos. Los comentarios sobre su desaparición el día anterior no parecían cesar, nobles y sirvientes se notaban al tanto sobre los rumores que rondaban en la Fortaleza Roja. Rumores que debía aclarar lo más rápido posible.
Busca a la reina entre la multitud, no le cuesta encontrarla justo al lado de la persona que quería más lejos de ella. Puede notar la expresión de desdén en el rostro de Alicent, mientras Alya Breston parecía molesta, se acerca al séquito de la reina, llamando su atención.
Su madrastra se encontraba sentada entre sus doncellas, algunas parecían hablar con la nueva incorporación, otras tenían la misma expresión de molestia, podía reconocer que no solo ella sentía rechazo por la peli negra. Ve a Talya, la dama principal, clavar sus ojos en su figura antes de palpar el hombro de Alicent.
—Rhaenyra —dice dejando su asiento y a Alya con las palabras en su boca, se acerca como si la hubiese sacado de un momento incómodo.
—Majestad, ¿Podríamos hablar un momento?
Alicent asiente, y cuando pasa por su lado engancha su brazo en el suyo, alejándose de los ojos oscuros de su doncella. Caminan a la par como viejas amigas, casi como madre e hija, buscan alejarse de las carpas principales.
—¿Estás molesta, verdad? —habla cuando ya están lo suficientemente lejos. Su mirada castaña mostraba preocupación, lo último que quería era ponerse a la princesa en su contra
—No precisamente, más bien desconcertada.
—Comprendo…debes saber que tenía una razón para hacerlo.
Rhaenyra la enfrenta, la ve fijamente, pero su rostro no demostraba ningún sentimiento, con ojos aburridos y una línea apretada en sus labios le hace un gesto para que continúe.
—Necesitaba que entendiera su lugar —Recibe una mirada llena de confusión— No quiero que pienses que estoy de su lado.
—¿Por eso la enviaste a mis aposentos?
—Ella debía saber que lo que tiene con Aegon no significa nada, que tu eres su esposa.
—¿No crees que eso ya lo sabía cuando aceptó ser su amante?
Alicent bufa ante esa palabra.
—¿Tu también crees que lo sea? —Voltea su rostro para verla, frunce el ceño cuando ve a su hijo mayor acercarse a ella.
Ambas ven la interacción con detenimiento. Solo hablaban, pero eso es suficiente para hacer hervir la sangre de Rhaenyra. Alya no parece reacia a él, y Aegon se inclina sobre ella hablándole con una intimidad que le puso los pelos de punta a su madre.
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OPORTUNIDAD ||Rhaegon|| +18
FantasiaUna diosa Valyria le da una segunda oportunidad a Rhaenyra para mover los hilos del destino y salvar su linaje. Ahora queda en ella hacer lo necesario para lograrlo. Rhaenyra Targaryen x Aegon II Targaryen -age gap-