16. 𝕰𝖑 𝖒𝖊𝖓𝖘𝖆𝖏𝖊𝖗𝖔

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Aegon la observa en silencio, la muchacha es atractiva, joven y energética, viene de una familia noble de bajo rango según le habían comentado, pero eso no importaba

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Aegon la observa en silencio, la muchacha es atractiva, joven y energética, viene de una familia noble de bajo rango según le habían comentado, pero eso no importaba. Alya había llegado justo cuando más la necesitaba. No había sido complicado llamar su atención, al fin ser el hijo del Rey le traía algún beneficio. Mientras la ve hablando con otras damas de compañía de su madre, siente como Aemond toma lugar a su lado, mira hacia el mismo sitio que él y frunce el ceño.

-¿Entonces es cierto?-Cuestiona y no es difícil reconocer el enojo en su voz, su hermano mayor no responde- ¿De verdad esa mujer es tu amante?

Ve a Helaena posarse del otro lado, sus ojos la miraban aburridos, como si no fuese interesante la vista que obtenían.

-No es bueno molestar a un dragón -Murmura más para ella que para los presentes.

-¿Qué les importa? -Suelta el mayor.

-Creí que esperarías a nuestra hermana -Pregunta mirándolo, pero Aegon no quita los ojos de Alya.

-¿No te parece que ya esperé lo suficiente?

La doncella alza la vista y los ve, dirigiéndoles una sonrisa tímida y alzando la mano, una mano que solo Aegon responde, puesto que sus hermanos solo parecen clavarle una mirada casi fulminante, ante eso, Alya solo agacha la cabeza y se aleja con rapidez.

-No es tan hermosa como Rhaenyra-dice Helaena y su hermano asiente.

-¿Te parece correcto? -Aemond sabe que le está hablando a un muro, así había sido los últimos días.- Si Rhaenyra se entera...

-No hará nada -Susurra Aegon mientras pone los ojos en blanco- no tiene derecho, no cuando ella ha estado haciendo lo mismo.

-Sigue siendo tu esposa, tu futura reina, sin contar que has estado enamorado de ella toda tu vida.

El príncipe suspira con pesadez y se pone de pie, se estira y le da una sonrisa sarcástica a su hermano.

-Tal vez las cosas están cambiando.

Tanto Aemond como Helaena lo ven partir, ninguno está feliz ni cómodo con el nuevo Aegon, desde que la heredera se había ido habían notado un cambio en él. Ya no pasaba tiempo con ellos, se saltaba las clases y ni siquiera visitaba a Sunfyre, pero lo que si hacía era pasar tiempo con esa doncella de largos cabellos y ojos oscuros como la noche. No la conocían, nunca habían hablado pero a ambos les caía mal debido al rumor que sobrevolaba la Fortaleza Roja.

Aegon conoció a una mujer, decían. El príncipe pasa las noches con Alya Breston, comentaban. Y el peor de todos, Aegon busca anular su unión con la princesa Rhaenyra.

La realidad es que él estaba cansado, siempre pasaba lo mismo, ya no quería seguir siendo abandonado, olvidado por su hermana hasta que ella tuviese ganas de él. Porque cada vez que ella estaba frente a él, lograba derretirlo por completo, iluminaba sus días y calentaba sus noches, la amaba, si, eso no lo podía negar. Pero también tenía necesidades que ella no estaba dispuesta a satisfacer a pesar de ser su esposa. Llegó a entenderla por un momento, ella era una adulta que no hacía más que verlo como un niño, y él era un joven que lo que más deseaba era estar con ella en todo sentido.

OPORTUNIDAD ||Rhaegon|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora