Mirror Complex

C3

"¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado?", me pregunta, apartándose de mí con notable vergüenza. "Tu cara se ve muy femen...". Antes de que termine la frase, le pongo mi dedo en los labios como señal de que guarde silencio.

"Te explicaré más tarde. Te enviaré un mensaje intentando darle sentido a la situación; primero deja que yo lo comprenda", le digo susurrando al acercarme a su oído mientras retiro mi mano de sus labios. Él me toma de la muñeca para alejarme de la multitud de alumnos y, hablando entre dientes, me dice en voz baja: "No te puedo dejar solo. ¿Estás entendiendo la magnitud de la situación en la que te encuentras?", dice, subiendo un poco la voz y mostrando su habitual tono preocupado. "Te acompañaré a tu casa para que podamos hablar y entender qué está pasando", añade mientras me jala de nuevo de la muñeca. Es una vista graciosa desde arriba; él, un chico más bajo, me está llevando a la fuerza. A pesar de ser más alto, siempre ha sido más fuerte que yo, y es más notable con este cuerpo que parece ser más físicamente débil. Las miradas no tardan en llegar para apreciar la escena que estamos armando. "O puede que mi pecho descubierto esté llamando la atención", pienso al darme cuenta de que he cambiado más de lo que imaginaba y de que tuve suerte de que la profesora no se diera cuenta.

El camino es más tranquilo sin gente que nos conozca. Pudimos caminar sin preocuparnos tanto, y así, sin muchas complicaciones, llegamos a mi hogar. "Cierto, tu familia está de viaje", comenta, notando lo tranquila que está mi casa.

Subimos a mi habitación, donde me señala la cama con un dedo, como ordenándome que me siente. "Ahora sí, explícame qué está pasando". Como forma de iniciar la explicación, me quito la gorra y luego la malla para el cabello que lo mantenía en su lugar. Comienzo a contarle todo.

"... y entonces, al despertar tarde para el examen, noté mi pecho inflamado", termino de contarle lo sucedido mientras bajo el cierre de la sudadera rápidamente y me quito despreocupadamente la playera, dejando ver mis pechos. Alex los mira atónito por un momento antes de voltearse. "No deberías ser tan descuidado con esos", dice, cubriéndose la cara visiblemente roja. Me pongo la playera de nuevo. "¿Eso significa que te has convertido en mujer? ¿Cómo ha pasado esto?", "No lo sé, no encuentro una explicación completa, y ni siquiera se si me he convertido completamente; no he verificado abajo". Meto mi mano en el pantalón buscando a mi 'amigo', pero no lo encuentro. Con desesperación acaricio la zona, lo que provoca un gemido que rápidamente callo con mi mano, dándome cuenta de que Alex está viendo toda la escena con cara de tonto y cada vez más rojo.

"Bueno, al parecer no tienes una explicación. Buscaré algo en internet para saber si hay casos similares. Iré a la sala un momento mientras me calmo después de esta escenita", dice mientras sale de mi cuarto.

Aprovecho el tiempo para analizar con mis manos mi nuevo cuerpo. Comienzo por mis pechos, que parecen ser más grandes que en la mañana. Los acaricio suavemente, sintiendo su firmeza y la extraña pero placentera sensación que recorre mi cuerpo con cada toque. Mis dedos exploran los contornos de mis pezones, que se endurecen al contacto, provocando un leve estremecimiento que hace que me muerda el labio inferior.

Bajo mis manos lentamente, pasando por mis caderas que ahora se sienten notablemente más anchas y curvilíneas. Me detengo un momento para apreciar cómo mis caderas se arquean de manera más pronunciada, dándome una figura más femenina y voluptuosa. Mis manos continúan su recorrido, deslizando por mis muslos suaves y tersos hasta llegar a mis glúteos. Me sorprende lo carnosos y redondos que son, mucho más llenos y firmes que antes. Aprieto ligeramente, notando la elasticidad y la nueva forma que mis curvas han adoptado.

Cada movimiento me hace consciente de lo real de la transformación. Mis manos vuelven a subir por mi cintura, notando cómo se estrecha en comparación con mis caderas. Me detengo un momento para sentir mi piel suave y la delicadeza de mi nuevo físico, tratando de asimilar la realidad de estos cambios.

Estoy inmerso en mi trance, abrumado por las nuevas sensaciones y formas, cuando Alex grita desde la sala: "¡Gabriel! Ven a ver este reportaje, rápido". Me acomodo, salgo del trance, me acomodo mi ropa y pongo de nuevo la sudadera para cubrir mis erectos pezones, salgo hacia la sala, con mi mente divagando en lo que acabo de hacer.

"...y entonces, doctor, ¿está diciendo que este nuevo virus 'Espejo' altera el género biológico de las personas? ¿Cuál es el mecanismo detrás de esto?", escucho a una reportera interrogando a un científico con bata de laboratorio. "Exactamente. Los cambios inducidos son completos y progresivos. A medida que el individuo adopta comportamientos y pensamientos acordes con el género resultante de la transformación, estos cambios se vuelven más pronunciados. El proceso se considera finalizado cuando no se observan más alteraciones fisiológicas", explica el doctor con ambas manos sobre un escritorio.

"Mencionó al inicio que esto surgió de un proyecto fallido. ¿Podría detallarnos más sobre ese origen?", solicita la reportera. "Por supuesto. El proyecto 'Mirror Complex' fue concebido con el objetivo de asistir a individuos que experimentaban disforia de género, permitiéndoles transformarse gradualmente al género deseado. Sin embargo, el experimento fue un 'fallo'", dice, haciendo comillas con las manos. "El agente químico transforma a los afectados, sí, pero no de manera controlada y no solo a quienes lo han solicitado, sino también a quienes han sido expuestos. Hace un mes, el gas diseñado para la conversión se liberó accidentalmente en el laboratorio, y debido a una falla en el sistema de ventilación, terminó dispersándose en el aire y exponiendo a la población circundante, provocando la que llamamos 'situación espejo'", explica el doctor.

"Sin embargo, hasta el momento, se han registrado menos de 100 casos de personas afectadas en la zona. Si el gas está en el aire, ¿no debería haber más personas contagiadas?", pregunta la reportera. "Es una pregunta interesante. Después de un tiempo de investigaciones, hemos determinado que las personas afectadas son aquellas que ya experimentaban dudas o conflictos internos, ya se relacionados con su identidad de género o algún otro sentimiento de inseguridad que los deje vulnerables. Estos factores psicológicos parecen predisponer a los individuos a los efectos del virus. En contraste, aquellos sin grandes inseguridades, miedo o con una fuerte convicción en su identidad biológica no muestran síntomas", explica el doctor, "Inicialmente, el proyecto estaba diseñado para inducir cambios puramente físicos, bajo el supuesto de que las personas que optaran por la transformación ya estarían completamente mentalizados y habrían desarrollado personalidades congruentes con su identidad de género deseada. Por lo tanto, en esta fase se descartaron posibles modificaciones a nivel psicológico", aclara.

"Comprendo", responde la presentadora. "¿Y existe alguna cura actualmente?", pregunta. "Actualmente no disponemos de una cura, aunque estamos trabajando intensamente en ello. Mientras tanto, recomendamos a la población afectada que mantenga una actitud resiliente para evitar que a causa de que empiecen a aceptar la transformación, consiente o inconscientemente, como adoptando conductas o vestimentas según su nuevo ser, los cambios puedan volverse permanentes", concluye el doctor.

"Nos despedimos del doctor...", dice la presentadora. "Doctora Lyra", corrige el científico, dejándome boquiabierto. "Experimenté la transformación cuando el gas se liberó en el laboratorio. Fui una de las primeras afectadas, como mencioné, al parecer tenía algún tipo de duda sobre mi identidad de género o tal vez otra debilidad interna. Ahora, tras la conversión, lo comprendo plenamente. Gracias por su atención", concluye. La transmisión se corta con una cortinilla en la televisión. Es increíble que la transformación no fuera notable. Este compuesto sí que es algo serio.

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