Capitulo 6.

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Loren.

Heartburn - wafia.

Unos ojos verdosos están en mi mente desde anoche, esos ojos, brillantes y con una mirada intimidante. No pude dormir en toda la noche, mi mente estaba tan ocupada en pensar tanto en esos ojos que se me fue el sueño. Pero lo que más me asusta, es que no son los ojos de cualquier persona, si no del hermano de Antonella. Si, el hermano.

Ese hermano del que tanto hablaba Anto.

Era alto y grande, con unos grandes brazos que con solo tocarte parece que te romperá en mil pedazos, ese cabello color castaño oscuro, con esos leves rulos, y su boca, esa boca que de una manera me llamaba, como si estuviera pidiéndome que vaya a ella a toda costa. Todavía siento esa mirada intensa, que me miraba de arriba a abajo, la manera en la que se me acercaba lentamente quedando solo a centímetros de mi cara haciendo que sienta su perfume fuerte y varonil.

Basta.

Necesito parar de una vez, no puedo andar pensando de esa manera a alguien y menos al hermano de Anto, se enojaría conmigo y no quiero.

Miro a dirección a la cama que tengo al lado para ver si ya están despiertas, y no, no lo están. Saco las mantas de encima mío para sigilosamente acercarme a la cama, cuando estoy cerca me tiró encima de ellas haciendo que se despierten rápidamente. No sé que pasa al rato ya que siento como cuatro manos me tiran al piso fuertemente, siento como agarra mis manos y las ponen por encima de mi cabeza, el peso de alguien se pone encima de mi quedándome quieta y sin movilidad, siento como algo filoso y frío se queda a centímetros de mi cuellos haciendo que me alarmé, intento salirme de su agarre pero es en vano. Cuando veo bien la cara de Anto está en frente de la mía, ella es la del cuchillo. Mis ojos se abren al ver la cara de enfado de Anto, perece como si me quisiera quemar viva. Cuando veo bien quien soy baja la calma y sale de encima mío.

—¡¿Pero que mierda, Loren?! Casi nos matas del susto, joder—. Se toca el cabello con desesperación.

—A ti que te pasa ¡Casi me clavas un cuchillo en la garganta!—. Me safo del agarre de manos y al darme la vuelta veo que era Ivy la que me tenía inmóvil—. Están locas de verdad ¡¿De dónde mierda sacaste ese cuchillo, Anto?! Por poco y me matas.

—Eso no importa.

—No, si que importa. Al parecer no les puedo dar un susto sin que me intenten matar—. El desespero en mi voz se nota.

—Ya está, ya pasó. Nos asustamos y pensamos que era un ladrón, Loren. Por eso mismo actuamos así. Además, ¿Por qué no nos levantaste con calma en vez de tirarte encima de nosotras? Casi nos da un infarto—. Habla Ivy, se da vuelta para ver la hora y sus ojos de abren de par en par—. ¡Encima son las 09:30 de la mañana, Loren! ¡Es súper temprano!

—¡Oh vamos, Ivy!—. Anto se levanta y me tiende la mano para ayudarme a levantarme, dudo pero sedo.

—Mentira. Quiero dormir un poco más, de verdad estoy cansada—. Ivy se tira en la cama tapándose la cara con la almohada.

Están tan tranquilas como si nunca me hubieran inmovilizado en el suelo y casi clavarme un cuchillo en la garganta. Dios mío.

—Si te duermes no comerás el postre que tengo planeado hacer—. Hablo y veo como Ivy se levanta rápidamente.

—Eso nunca, ya quiero probar ese postre—. Camina afuera de la habitación perdiéndose en el pasillo.

—Loren... Sobre lo de rato, lo siento, de verdad. Es solo que nos asustamos y actuamos de inmediato pensando que nos querían asaltar—. Anto me mira con arrepentimiento.

No Es Correcto (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora