La venganza es mala, es lo que todos dicen. No sabías el peso de esas palabras hasta que te diste cuenta de algo...la venganza no es mala solo trae malas consecuencias no importa si lo haces por un bien mayor
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El desayunar de esa forma tan incomoda y rígida te hacía querer regresar a la época donde tu padre estaba vivo, todas las mañanas compartían desayunos de forma animada, no había día en el que te recordara que eras su tesoro mas preciado y hermoso...
Pero ahora eras el tesoro de un desagradable ladrón, que haría de ti lo que quisiera con sus perversos deseos...
De alguna forma te hizo un nudo en la garganta, querías llorar pero no era tiempo de hacerlo, debías fingir ser una chica bonita y tonta, el desayuno era eterno gracias al silencio y ambiente pesado, querías tirarte de una maldita ventana.
Tu manera de distraerte era ver a los hermanos, que hacían o reaccionaban, Karaku y Zoha no podías decir algo interesante, Urogi se veía que batallaba con comer por su mano levemente temblorosa por el dolor.
Sekido te miraba mientras comías, parecía como si el vigilara cada movimiento tuyo y lo odiara con toda su alma, pero lo que mas te llamó la atención...fue que el que se llamaba Aizetsu también te miraba.
Porque? Quien sabe, pero a comparación de Hantengu y Sekido no era una mirada pesada, había algo que te daba tranquilidad y curiosidad al mismo tiempo.
Terminaron el desayuno, Hantengu fue el primero en levantarse, los demás bajaron sus cubiertos y comida aun si algunos no terminaron.
Me voy a trabajar, por favor no hagan ningún escandalo mientras no estoy, y no molesten a ___-dijo mirándolos con advertencia, luego te miró a ti con una gentil sonrisa y tomó tu mano-Te veré luego linda-dijo besando tu nudillo, luchabas por no hacer cara de asco.
S-Si, le deseo suerte en su trabajo-dijiste con una sonrisa dulce-trabajo? Este viejo trabaja?-te preguntaste mentalmente, intentabas recordar algo de trabajo pero nada.
Será lo que le llama "trabajo" a ir a pueblos a joder vidas?
Nos vemos en la tarde-dijo antes de retirarse, tal y como si fuesen zombies los sirvientes tomaron los platos y cubiertos para llevárselos, sin preguntar si habían acabado o no. Los hermanos se levantaron y se fueron a diferentes lugares.
Te quedaste perpleja parpadeando un par de veces-A donde voy yo?-pensaste, tal vez si te haces la que no sabes a donde vas no te molesten los hermanos, en especial ese pesado de Sekido.
Decidiste ir por los pasillos, buscando con tu mirada algo que encajase con la llave que encontraste, pero no había nada mas que adornos que valían mas que tu vida.
Eso no me sirve ahora, tal vez cuando ya todos estén muertos, pero quiero encontrar lo que sea que esconde esa llave-dijiste bufando.
Estas perdida? O quieres buscar algo que llevarte?-preguntó cierta voz...aun si era una pregunta agresiva su voz era extrañamente suave.
Miraste de quien se trataba del chico de ojos azules.
Em...llevarme algo?-preguntaste fingiendo inocencia. El se acercó y te miró curioso, tus rasgos, tu vestimenta...incluso te rodeó analizándote toda.
Podrías pensar que es un pervertido que estaba viendo tu cuerpo pero era muy alejado a eso, el revisaba que no estuvieses fingiendo o tuvieses algún bulto en tu vestido por robar algo.
Te miró de nuevo, parecía que decías la verdad-Porque no dices nada?-preguntó curioso.
