Al entrar viste tus alrededores, era como entrar a un castillo pequeño, todo era elegante, hermoso y caro, sin duda algo que no tuviste nunca y no lo tendrás.
Hermoso no lo crees?-El te sacó de tus pensamientos, tu asentiste con una gentil sonrisa-Todo esto es tuyo ahora-abriste los ojos por aquel comentario.
Bienvenido señor Hantengu-hicieron una reverencia dos hombres que por su uniforme sabías que eran sirvientes.
Lleven a la señorita a uno de los cuartos de invitado y curen sus heridas, no se pasen de listos-esto ultimo lo dijo con una seriedad que hasta a ti te erizó la piel.
Si señor-aun si se escuchaban serios se notaba un pequeño tono de miedo o nervios, estos te guiaron con cuidado a una larga escalera de espiral para después llevarte a uno de los tantos cuartos vacíos.
Te prepararon un baño y te dejaron ropa limpia, tenían obviamente prohibido bañarte así que hicieron guarda fuera del baño mientras tu te quitabas la suciedad del cuerpo. Una vez limpia y vestida con una blusa y falda te ayudaron con las heridas vendándote.
El aura era tensa, ellos te curaban en silencio y con movimientos sin vacilar, como si de robots se trataran-como se llaman?-preguntaste para querer quitar el ambiente tenso pero ellos no te respondieron, ni te miraron a los ojos, solo siguieron con su trabajo. Fue suficiente para saber que no los dejaban hablar contigo.
Por los nervios de antes y la advertencia de ese viejo supusiste que algo había pasado antes con una invitada, si tu padre murió de una forma grotesca no quieres imaginar de lo que hizo ese hombre para que estos pobres chicos actúen como robots, de hecho ni te imaginas lo que es trabajar para el y tal vez para sus hijos.
Al terminar solo se fueron a la puerta, pero se detuvieron para hablar al mismo tiempo-no seas curiosa y no vallas entre los pasillos, en especial los del otro lado de la escalera-se fueron cerrando la puerta, aquello te dio escalofríos, realmente eran como robots.
Aun si estabas herida y no comiste desde hace días no te sentías tan cansada, así que comenzaste a mirar por tu habitación, si ibas a estar de infiltrada te podía ayudar el conocer bien el lugar o al menos donde pasarías la mayoría de tiempo o eso supones.
Todo se veía tan limpio y ordenado, al ser cuarto sin dueño no había realmente nada, estaban los muebles como el armario y algunos cajones pero vacíos, lo único que estaba con algo era la cama con almohadas y sabanas. Frustrada te acostaste en la cama, debías ahora revisar el interior pero de manera cautelosa, no sabías si esos hombres te lo decían como orden o consejo pero aun así debías tomar riesgos y precauciones.
En eso alguien toca la puerta-pase-dices tranquila...era el con esa asquerosa sonrisa falsa.
Hola pequeña, como te sientes?-dijo entrando a tu cuarto.
Mejor, los chicos me curaron las heridas-dijiste mostrándole las vendas de tus brazos. El se acercó a ti y sin previo aviso subió tu blusa, según el para revisar tus vendas pero se te podía ver tus senos cubiertos por tu bra.
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La mansion de la muerte (Hantengu Clones x Reader)
Fiksi PenggemarLa venganza es mala, es lo que todos dicen. No sabías el peso de esas palabras hasta que te diste cuenta de algo...la venganza no es mala solo trae malas consecuencias no importa si lo haces por un bien mayor