Parte4 Un nuevo amanecer lleno de promesas

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El sol se asomaba tímidamente por el horizonte, tiñendo el cielo de un naranja vibrante que anunciaba un nuevo día. Helena se despertó con una sonrisa en el rostro, aún con el recuerdo vívido del beso que había compartido con Soler la tarde anterior.

Se levantó de la cama con una energía renovada. Se sentía feliz, ilusionada. El encuentro con Soler había despertado en ella un nuevo sentimiento.

Soler también se despertó con una sensación de paz y alegría. La imagen de Helena lo acompañaba en sus pensamientos, se sentía bien al haberla conocido.

Ambos se prepararon para afrontar el día con entusiasmo. Helena tenía que ir a la universidad, mientras que Soler tenía que trabajar en la ADI. Pero a pesar de sus obligaciones, ambos sabían que encontrarían en el almuerzo, para verse y seguir construyendo su relación.

En la universidad, Helena no podía esperar por encontrarse con Soler. Sus pensamientos volaban hacia aquel chico, y no podía evitar sonreír cada vez que lo recordaba. Sus compañeras, al verla tan feliz, no pudieron evitar preguntarle qué le pasaba.

Helena les contó sobre su encuentro con Soler, y sus amigas se intrigaron mucho por el chico. Le dijeron que se veía radiante y que Soler parecía ser un chico especial. Helena se sonrojó, pero no pudo evitar sentirse feliz por sus palabras.

En la ADI, Soler también estaba distraído. No podía dejar de pensar en Helena, y se sentía ansioso por verla de nuevo. Sus compañeros de trabajo, al verlo tan pensativo, le preguntaron si estaba bien.

Soler les contó sobre su encuentro con Helena, y sus compañeros de trabajo se sorprendieron. Sabían que Soler era un chico reservado, y nunca lo habían visto tal manera. Le dijeron que se alegraban por él y que le deseaban lo mejor con Helena.

El día se hizo largo para ambos, pero finalmente llegó la hora del almuerzo y verse de nuevo. Se encontraron en el comedor del ADI, donde compartieron miradas y sentimientos.

Se miraron a los ojos, y una sonrisa se dibujó en sus rostros. No necesitaban decir nada. Se sentaron a la mesa, y comenzaron a hablar sobre sus vidas, sus sueños y sus aspiraciones.

Las horas pasaron volando, y cuando se dieron cuenta, ya era hora de despedirse. Se abrazaron con fuerza, prometiéndose que se verían al día siguiente.

Caminaron hacia sus casas con el corazón lleno de alegría. Sabían que habían encontrado algo especial.

La noche caía sobre la ciudad, y las estrellas brillaban en el cielo. Helena y Soler dormían profundamente, soñando con un futuro lleno de amor y felicidad.

Continuará... 📖✨

Entre Balas y Besos: El Vínculo RotoWhere stories live. Discover now