Parte6 Un Encuentro Inesperado

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Los días transcurrían con normalidad para Helena y Soler, entre sus deberes militares, marchas y convocatorias. A pesar de todo, encontraban momentos para compartir caricias y complicidad. Sin embargo, un día todo cambió.

Después del almuerzo, Soler tomó por sorpresa a Helena. "No quiero seguir con esta relación", le dijo, añadiendo que necesitaba tiempo. Helena, dispuesta a respetar su decisión, asintió. Pero entonces, Soler mencionó algo que la dejó atónita: "Si quieres, cuadra con mi Cabo Anyel".

Un nudo se formó en la garganta de Helena, y un dolor punzante se apoderó de su pecho. Aguantó las lágrimas y murmuró un débil "vale, tranquilo". Se alejó, buscando refugio en el comedor del ADI, que siempre estaba vacío.

Helena se sentía como si el mundo se hubiera desmoronado a su alrededor. Las palabras de Soler resonaban en su mente una y otra vez: "No quiero tener una relación. Necesito tiempo". El dolor en su pecho era insoportable, pero se obligó a mantener la compostura mientras se alejaba en dirección al comedor del ADI.

Helena se dejó caer en una silla, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con escapar. No entendía por qué Soler había cambiado de opinión tan repentinamente. ¿Qué había salido mal? ¿Por qué ahora mencionaba al Cabo Anyel?

Justo cuando pensaba que no podía soportarlo más, escuchó una voz a su lado. "¿Estás bien?", preguntó alguien. Helena levantó la mirada y se encontró con el Cabo Anyel. Su rostro era serio, pero sus ojos reflejaban comprensión. Siempre llevaba audífonos puestos, y rara vez se los quitaba. Helena lo conocía de vista, pero nunca había tenido la oportunidad de hablar con él.

Ella asintió, sin saber qué decir. "Sí, estoy bien. Solo... fue una sorpresa."

Anyel se sentó frente a ella, quitándose los audífonos. "Sé lo que se siente. Mi novia también me montó los cachos con otro chico. Es duro."

Helena se sorprendió por su sinceridad. "¿También te sientes así?"

Él asintió. "A veces, las cosas no salen como esperamos. Pero hay que seguir adelante. ¿Quieres hablar al respecto?"

Y así comenzó una conversación inesperada entre dos almas heridas. Hablaron de sus decepciones, de las expectativas rotas y de cómo el dolor podía ser abrumador. Helena se sintió aliviada al compartir sus sentimientos con alguien que la entendía.

Anyel sonrió. "A veces, las sorpresas nos llevan a lugares inesperados. ¿Sabes? No todos los encuentros son malos." Se inclinó un poco más cerca. "A veces, pueden ser... reconfortantes."

Helena lo miró, confundida. Pero antes de que pudiera decir algo, Anyel se acercó y la besó suavemente. Fue un beso tierno, lleno de comprensión y empatía. Helena se dejó llevar por el momento, olvidando por un instante su corazón roto.

Cuando se separaron, Anyel acarició su mejilla. "No sé qué pasará entre nosotros, Helena. Pero por ahora, déjame estar aquí para ti."

Ella asintió, sintiéndose vulnerable pero también reconfortada. "Gracias, Anyel."

Así, en medio de la soledad del comedor del ADI, Helena y Anyel encontraron un consuelo inesperado. Quizás, en ese momento, el destino les estaba dando una segunda oportunidad.

Continuará... 📖✨.

Entre Balas y Besos: El Vínculo RotoWhere stories live. Discover now