Directo

517 58 38
                                    

Riley

Cuando Paula irrumpió en la habitación entre en pánico. ¿Había estado a punto de besar a Val o mi imaginación me estaba jugando una mala pasada? Mis ojos dolían un poco de la repentina luz que cubría el salón, llevábamos mucho tiempo a oscuras.

—Nada —dije rápidamente para luego soltar una risa nerviosa —ya nos íbamos. Buenas noches.

Después de soltar esas palabras subí corriendo a mi habitación, intentando no cerrar la puerta de un portazo. Mi corazón latía a una velocidad demasiado rápida, no me extrañaría morir en este instante de un paro cardíaco.

¿Había cruzado una línea que no debía cruzar? La verdad, es que bailar no había sido mi idea más brillante, pero no pude evitarlo. Hiciera lo que hiciese, Val siempre acababa protagonizando mis pensamientos y hoy había que multiplicarlo por cien. Todavía podía notar sus manos en mi cintura después de que cantase con Jake, sus palabras susurradas en mi oído.

Cuando dije que quería bailar, era verdad, no había sido ningún truco para tenerla cerca ni mucho menos. Me apetecía escuchar música y despejarme, hacer algo que no necesitase mucho esfuerzo y que me relajase. Además, no era ningún misterio que Val siempre me ayudaba a relajarme, solo con tenerla cerca la tensión que siempre existía en mis hombros desaparecía.

La canción la elegí casi sin pensar, estaba en modo automático, estaba consciente pero a la vez no, como un acto reflejo. Lo único que había hecho con plena consciencia era bailar con Val, estaba en mis cabales cuando junte su cuerpo contra el mío y estaba en mis cabales cuando le canté la canción al oído.

Me había poseído una seguridad que ni siquiera sabía que tenía. Y es que en el momento se había sentido bien, como si fuese justo lo que estaba destinada a hacer. Había sido mágico, mi cuerpo se sentía como flotando en la oscuridad del salón.

De lo que no estaba segura era de como había interpretado Val la situación. Tal vez le había parecido algo normal y para ella solo estábamos bailando aunque eso me resultaría casi ofensivo, para mí había sido un momento muy íntimo. Puede que se hubiese sentido incómoda, había notado su cuerpo tensarse en un par de ocasiones mientras le cantaba desde palabras dulces hasta las más sugerentes. Puede que si que hubiese cruzado la línea.

Cuando la canción terminó continuamos bailando, no nos hizo falta hablar, es como si ambas necesitasemos tiempo para pensar, para interiorizar lo que acababa de pasar. Y aún así no sentí vergüenza, ni angustia, no me arrepentía. Si lo había hecho había sido porque sentía que era lo correcto.

Tras un rato más bailando, Val me miro. Nos miramos. Y estaba deslumbrante. Los ojos de Val siempre me habían gustado. Aún así, creo que nunca había sentido la mirada de Val como en ese momento. Era muy posible que todo fuese cosa de mi imaginación, pero por un momento me sentí como algo preciado. La forma en la que me había mirado se sentía como si yo fuese lo único importante para ella en el mundo.

Y había sido por eso que me había decidido a besarla, se sentía como el momento ideal. Comencé a inclinarme para besarla, lo necesitaba, llevaba demasiado tiempo esperando este momento, años, y hasta ahora nunca me había sentido capaz. Pero iba a ponerle fin a la espera, era ahora o nunca.

Y fue nunca. ¿Por qué, si todas estaban durmiendo, había tenido que levantarse Paula y, por si fuera poco, interrumpir nuestro momento? Había tardado años en reunir el coraje para besarla y cuando estaba a un suspiro de rozar sus labios tenía que aparecer alguien y estropearlo.

Aún así, su interrupción me hizo darme cuenta de toda la situación. Había estado a punto de besar a Val. Mi mejor amiga. ¿Existía la posibilidad de que no se hubiese dado cuenta? Era tarde, las dos estábamos cansadas, a lo mejor ella no había procesado toda la situación, o al menos eso esperaba.

I know places | Riley x ValDonde viven las historias. Descúbrelo ahora