EM. The Witch & The Metalhead

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La "bruja" y el "metalero" de Hawkings
Al fin se conocen.

La "bruja" y el "metalero" de HawkingsAl fin se conocen

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-Queríamos saber si... Podíamos aplazar la campaña, sólo unos días.

-¿Aplazar la campaña? Eso es una locura. —Gareth rió ante la incredulidad de sus compañeros de juego.

-Las fuerzas del otro lado no aplazaran sus planes de destruirnos, ¿No, Eddie?... ¿Eddie? —Todos digirieron su mirada hacia el líder de Hellfire Club. Era raro que desperdiciara una oportunidad de atribuirle importancia vital a D&D.

-Amigo. —Jeff puso una mano en el hombro del rizado al verlo aún sin reaccionar.

-A-ah... ¿Qué, qué? —Volteó de inmediato a ver a sus colegas con una sonrisa tratando de hacerlos olvidar que hace un momento se encontraba en quién sabe dónde.

-¿A quién veías tanto? —Interrogó Mike.

-A nadie. —Frunció el ceño.

-Aja, ¿A quién más? A Tn Sallow.

-¿A la bruja? —Rió Dustin.

-Cierra la boca, Henderson. —Regañó Eddie dándole una mirada que le hizo arrepentirse de su comentario de inmediato.

-¿Te gusta la bruja?

-No es que me guste, es sólo que... Por amor de Dios, no puedo quedarme mirando como maldito retrasado. —Dejó a sus amigos pasmados al ponerse de pie y caminar hacia la mesa de "la bruja".

Por otro lado, minutos antes, Tn Sallow se encontraba sola leyendo uno de sus libros de Herbologia; por esto la llamaban bruja, porque creían que no se informaba sobre las propiedades medicinales de las plantas, sino más bien de su uso en posiones y encantamientos.

-¿Podrías volver sapo a mi ex novio? —Una voz irritante interrumpió la lectura de Tn. Hanna y Stefany, parte del equipo de porristas cumplían su rutina diaria de molestarla.

-¿Estas bromeando? —La miró con rareza.

-Oh, qué egoísta. No comparte sus dones de rara. —Tn rodó los ojos antes de regresarlos a su lectura y tratar de ignorarlas.

-Ya basta de tus estupideces. —La rubia trató de quitarle el libro de las manos.

-Quítame tus putas manos de encima. —Tn se puso de pie empujando a la chica lejos de ella.

-¿Cuál es tu problema, "Esther Elwell"?

-Déjenme en paz. —Sin más ganas de seguir el conflicto, Tn se dio la vuelta y comenzó a caminar hasta que sintió su espalda ponerse repentinamente fría. Hanna le había tirado una botella de agua encima.

Las risas del resto de estudiantes que miraban la escena con atención se hizo presente. Tn estaba harta de aguantar las actitudes inmaduras de ese par de chicas, pero, cuando estaba a punto de girarse para confrontar físicamente a las mencionadas Tn sintió algo cubrir su espalda.

-Listo, dieron su show. ¿Por qué la próxima vez no se desnudan y bailan en un tubo para llamar más la atención? Digo, eso si va muy acorde. —Eddie Munson confrontaba a las chicas. Al girarse, Tn notó que al chico le faltaba su característico chaleco de mezclilla.

-¿Vienes a defender a tu rarita, rarito?

-Si, ¿Por qué no?

-Honestamente, no eres nuestro problema. Jason se encargará de ti, después, Friki.

-Por cierto, chicas. Si vuelven a molestar a Tn me harán un gran favor porque justo necesito el alma de dos chicas para nada vírgenes para un ritual satánico que haré al rato... —Por más idiota que eso sonara, fue suficiente para que Hanna y Stefany salieran corriendo despavoridas del lugar. —¿Tienes frío? —Eddie comenzó a frotar la espalda de Tn cuando terminó de pelear.

-¿Qué fue eso? —Tn lo miró extrañada.

-No te lo tomes personal. Odio a esos idiotas verdes.

-Bien. Gracias, Eddie, pero no necesito tu chaleco y mucho menos que vengas a rescatarme. —La chica quitó la prenda de sus hombros y comenzó a caminar lejos del metalero.

-Espera! —Sin pensar antes, el de cabello largo puso sus manos a cada lado de la cadera de la morena quien lo miró a pinto de explotar. —Lo siento, no quería tocarte así... No me alejes... Tú no. —Pidió.

-Es que no me gusta... La gente cerca de mi.

-Oye, pero, ¿No crees que nos entenderíamos muy bien? Digo, somos raros, a los dos nos creen representantes del diablo, tenemos un estilo increíble y único aquí, y además... Sé que te gusta el metal.

-¿Ah, si? ¿Por qué?

-Cielo, esas botas no las usan cualquiera. —Tn sonrió levemente. —Déjame invitarte un toque.

-Qué idiota. —Rió negando.

-Okey, no. Pie izquierdo... Podríamos comenzar almorzando juntos, ahora... En mi mesa con esos raros. —Señaló la mesa en donde el hellfire club miraba al par de chicos.

-Eddie contigo es suficiente martirio.

-No, no, no. Son buen ambiente. Te lo juro.

-¿Y ya?, ¿Comeremos juntos y ya?

-A-ah... No creo que quieras venir a mi casa rodante. —Rió.

-¿Por qué no querría?

-Porque es muy sucio... No creo que sea un ambiente para una chica.

-Creo que ya sabes que no soy cualquier chica. —Sonrió. —¿Vienes por mi a las... 6?

-... A las 6, s-sí, claro.

-Ahí te veré entonces. Espero enserio que no seas líder de una secta porque el fin de semana se estrena una canción de mi cantante favorito y no quiero morir... No hoy.

-Podrías convertirme en sapo si lo intentara. Y Tn, quédate con el chaleco y me lo das al rato... Cuando tu ropa ya esté seca—Tn le sonrió al chico mientras este le ponía la prenda sobre sus hombros. Habían conectado más rápido de lo que creían.

𝑆𝐻. 𝐸𝑀. 𝐵𝐻. 𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora