Ella defenderá a su novio
Mientras él no está.
-5 o 6... O 7. —Me miró con una sonrisa ladina.-Basta, hablo enserio! —Reí golpeandolo.
-Yo también, linda Tn...
-¿7 hijos, Eddie Munson? —Lo vi con los ojos bien abiertos.
-¿Qué tiene?, ¿Me vas a juzgar porque no quiero puros gatos como tú?
-Claro que no! —Reímos a la par. —Es sólo que... Creí que no quería hijos... O al menos no tantos.
-Antes no quería, pero... Cuando te conocí siento que todo en mi cambió... Pienso más en mi y en lo que viví. Mi padre no fue el mejor y eso, aunque suene gracioso, me hace querer tener hijos... Quiero ser un buen padre, porque... Sé que tú serías la mamá más linda y buena de este jodido pueblo. —Decía cada palabra mientras me envolvía entre sus brazos tatuados dándome calor con su cuerpo y también con sus palabras.
…
Las memorias con Eddie golpeaban mi cabeza fuertemente a cada minuto que pasaba.
Miraba ese horroroso agujero en el techo de la caravana de Eddie mientras mis dedos jugaban impacientemente con un anillo que se le había caído en el proceso de toda esta mierda que aún no terminaba de creer.
Insistí, les juro que insistí en acompañarlos... Nunca lo habría dejado solo, pero... Él me obligó a quedarme y me prometió que regresaría sano y salvo... Y lo hará, ¿Verdad?
Un fuerte sonido proveniente de afuera de la casa rodante me hizo ponerme de pie a paso lento. Me azome por una de las ventanas y, ¿Qué demonios? ¿Nieve en pleno marzo?
Salí mirando de cerca aquellas partículas que caían del cielo... No era nieve... Era una especie de ceniza. A lo lejos podía ver algo naranja, como fuego extendiendose muy lejos de aquí.
Cuando estaba a punto de regresar, sentí la tierra moverse bajo mis pies. Estaba temblando, pero muy malditamente fuerte, mis pies no aguantaron y caí al suelo.
Mientras miraba mis rodilla sagradas y trataba de entender qué estaba pasando, la puerta de la caravana se abrió... Era Dustin.
-Eddie! —Sonreí acercándome tratando de buscar a mi novio detrás del chico rizado frente a mi... No había nadie... Sólo él y yo. —¿D-Dustin? —Lo miré sin palabras.
El chico con un llanto incontrolable levantó su puño frente a mi y yo puse mi palma abierta bajo este, la abrió lentamente dejando caer el collar de Eddie, aquel que traía su plumilla...
Y entendí todo... No había cumplido su promesa porque no estaba aquí... No había regresado.
Mis ojos se llenaron de lágrimas de inmediato y sostuve ese collar fuertemente contra mi pecho.
-Fuiste... Fuiste la última persona que mencionó... Me pidió que te pidiera perdón por arruinar sus planes tan pronto... Tn, él te amaba con todo su corazón. Nos salvó... Es un héroe y te amaba con todo su corazón. —Hablaba con dificultad.
Abracé al ojiazul tratando de consolarnos mutuamente. Llorabamos en el hombro del otro. Eddie era un gran hombre, el mejor de mi vida. Dustin y yo éramos de los pocos que sabíamos eso.
…
-¿Tn? —La voz de Vicky diciendo mi nombre me trajo de vuelta.
-Perdón, perdón, ¿Qué?
-Ya van cuatro panes a los que les pones mayonesa de los dos lados... —Tomó la comida de mis manos.
-Lo siento, no quería...
-Tranquila, Tn... Tomate un descanso, yo lo haré. —Me sonrió sobando mis hombros.
-Gracias, Vicky. —Sonreí levemente mientras dejaba el cuchillo sobre la mesa y caminaba a paso lento al rededor de todo este desorden.
Hawkings se iba cada vez más a la mierda. Los ilusos creían que todo se había tratado de un temblor masivo que al parecer había rotó al pueblo, y eso... Explicaría los muertos y desaparecidos.
Así que estamos aquí, ayudando como podemos.
-Wayne! —Me acerqué al señor que ingresaba al gimnasio con una cara larga, similar a la mía.
-Tn, qué lindo verte. —Me dio su mejor sonrisa mientras me daba un abrazo.
-¿Cómo ha estado? —Comencé a caminar junto a él.
-Lo mejor que puedo estar solo... —Asentí entendiendolo completamente. —Estos chicos... —Negó mirando a un grupo de idiotas dibujando en el cartel de desaparecido de Eddie. Detuve a Wayne quien intentó acercarse y me acerqué yo en su lugar.
-Vayan a estorbar a otro lado. —Tomé la muñeca del chico que rayaba la cara de mi novio y la sostuve con todas las fuerzas que el coraje de ver como le faltaban al respeto a mi chico me causaba
-No estamos estorbando. Estamos advirtiendo. Dejen de buscar a ese maldito satánico, háganle un bien a Hawkings. —Dieron la vuelta creyendo que habían reído al final.
-Ustedes no tiene la menor idea de lo que Eddie hizo por ustedes... Nadie la tiene! —Alce la voz ganándome la atención de todos los presentes. —El no tener respuestas no les da el derecho de inventar la excusa más estúpida para sentirse útiles en este pueblo de mierda... Todos perdimos algo... O a alguien, todos estamos hundiendonos en el mismo barco. Y en lugar de unirnos y apreciar lo poco que nos queda, deciden culpar a lo mucho que dejaron... Eddie era el mejor hombre... De toda mi vida... Jamás podré amar a alguien como a él y sé que jamás me amarán tanto como él lo hacía. Ojalá hubieran podido hablar aunque sea una vez con él para que me entendieran ahora... Pero ya es tarde y qué pena me dan enserio, porque... No saben lo maravilloso que era... No les estoy pidiendo que lo amen como yo... Simplemente les pido respeto porque él no es diferente a ninguna de las personas en esos carteles...
Mi voz se entrecorto y mi mano apretó el collar que rodeaba mi cuello. Todos me veían raro y otros molestos... Obvio, no iba a cambiar nada con mi discurso, pero sé que puse en duda a muchos...
Sentí los brazos del señor Wayne rodearme en un abrazo realmente necesario... Extrañabamos a nuestro chico.
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𝑆𝐻. 𝐸𝑀. 𝐵𝐻. 𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠
Fanfiction-Relatos de la que sería tu vida siendo novia de los galanes de Stranger Things.