SH. Harrington's

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La visita a una vieja amiga
Despierta deseos encontrados
En la chica de Steve Harrington.

La visita a una vieja amigaDespierta deseos encontradosEn la chica de Steve Harrington

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-¿Qué tal me veo? —La morena entró en la habitación con un nuevo vestido puesto. Con ese, era el quinto que se probaba.

-Linda, te ves hermosa en ese, en el azul, en el de cuadros y en los mil que te has probado, ¿Por qué la insistencia de verte tan elegante? Es Ashley, tu mejor amiga. —Puso sus manos sobre los hombros de su novia quien se miraba dudosa en el espejo.

-Si, pero... No la veo desde la preparatoria, y... Además, hoy conoceré a su hija... —Tn miró a Steve por el espejo dándole una mirada algo preocupada.

-No me dijiste que Ashley tenía una hija.

-No, porque... No era importante.

-Claro, no era importante y ahora no te decides con qué vestido ir a conocerla... Te ves radiante, Tn. Este vestido resalta tus... Ya sabes... Tus pechugas. —Steve señaló su pecho causando risas en su pareja.

-Blossom street #56... Aquí es. —Steve señaló la linda casa púrpura frente a ellos mientras intentaba abrir la puerta de su auto.

-Steve... —Tn detuvo sus movimientos girando su rostro hacia su dirección. —Ashley es muy importante para mi, ¿Si? Es la primera vez que conozco a su familia...

-¿Crees que voy a arruinar todo? —La miró ofendido.

-Sólo no... Hables de demorgogones y niñas calvas. —Rieron.

-No arruinaré esto, amor. Te ves hermosa. —Harrington tomó la barbilla de la rizada y dejo un casto beso sobre sus labios rosados.

La pareja bajó finalmente del auto y con los nervios apoderandose del cuerpo de la chica, tocaron el timbre de la casa esperando ser recibido por la, ahora, familia Marshall.

-Tn! —Una rubia abrió la puerta y rápidamente recibió a la mencionada con un acogedor abrazo.

-Ashley, hola! —Tn la miró sin saber cómo continuar la conversación. Se limitó a mirarla sonriente mientras sostenía aún sus manos.

-¿Qué pasa?, ¿8 años te bastaron para olvidarme?

-No, claro que no, es que... Estas muy cambiada. Recuerdo que usabas frenos —Tn confesó con una sonrisa llena de nostalgia.

-Y tu risa solía oirse a un millón de kilómetros. —Rieron nuevamente. —¿Segura que no me cambiaste a mi Tn, Harrington? —Se giró finalmente hacia el chico que no había hecho nada más que oir callado la conversación entre las viejas amigas.

𝑆𝐻. 𝐸𝑀. 𝐵𝐻. 𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora