Reencuentro, Catarsis y Sangre

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Flora se había adelantado hasta llegar a la puerta que daba acceso al reino selvático, Sigmund no tenía ni idea de a donde había ido parar, pero ahora él y ojito estaba abajo de las escaleras que suben hasta a la puerta, cada escalón estaba con mohoo y grietas, humedad que venía del interior del reino, la puerta abierta en el fondo pintaba el ambiente de unas tonalidades verdes debido a lo selvático y bosocoso, la humedad y el tiempo lluvioso que desentona con la rocosidad y solidez de las estrechas paredes de la mazmorra.

- Te estaba esperando.

- Ya no estoy solo.

La mira y remarca la existencia de Ojito junto a él, Flora le devuelve una mirada a Ojito, avanza lentamente Flora hasta el borde, pero es Sigmund quien toma la iniciativa de subir las escaleras

- El se llama.... Bueno... Hemos acordado en que le llamemos Ojito.

- Es un mote bonito para mí, encantado de conocerla Madame elfa demonio enana

Flora pone una cara de sorpresa

- ¿Cómo sabes que soy una elfa mitad demonio?

- La habilidad se llama análisis pasivo y lo tengo siempre activo, para tenerlo siempre en marcha y generando análisis, mi núcleo rota generando un atractor de Ether perpetuo.

Flora cierra los ojos y exhala aire con una sonrisa, le devuelve una sonrisa

- Definitivamente eres poderoso.

- Ojitos, Flora, no estamos aquí para medirnos en poder, vengo a por una reliquia que me haga más fuerte... ya sabemos cuál es la situación, necesito vuestra ayuda, tengo que hacerme más fuerte como sea.

- Por eso estoy aquí Sigmund, en este reino perdido guardan un mapa de un lugar.

- No perdamos tiempo, han inquisidores en todas las mazmorras saqueando sitios.

- No perdamos tiempo

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Cientas de hormigas estaban clavadas en largas picas, otras estaban mutiladas, otras partidas, órganos de insectos, jugos negruzcos y oscuros se mezclaban con sangre humana, clavan en el suelo escudos de oricalco más grandes que una persona humana, los huecos de los lados dejan pasar rifles que abren fuego y lanzan energía, no era tan efectivo, los cañones derriten los escudos y las armaduras de los hombres, a diferencia de los humanos, a las hormigas les resultaba fácil escalar por los costados, colarse en la nave por rendijas.

Un enorme escarabajo cae sobre una multitud de hombres aplastandolos con su mera presencia, la fortaleza de encima abre fuego contra las cañoneras, el resto de cañoneras rebotan contra la armadura reforzada del escarabajo demonio.

- ¡PRRRRRRRRSSSSSTTT!

Lanza un rugido ensordecedor, hormigas bajan de la fortaleza en su espalda, la ventaja que tenía la nave insignia era su tamaño masivo de 50 kilómetros, si bien el escarabajo era hábil volando, no lo era a pie, tomar el vuelo sería un problema una vez estacionado pues levantar sus alas podría lanzar hormigas al vacío, se estacionaba moviéndose lentamente en la cubierta siguiendo a las hormigas que pasaban por debajo de sus patas y por los lados. El imperio tampoco podía permitirse bombardear la cubierta pues sería lo mismo que golpearse y hacerse daño, dejarían boquetes de entrada para el enemigo.

Debajo de las hormigas estaban los inquisidores, extraños guerreros de reciente creación por parte del imperio, guerreros ciegos, con poderosas habilidades ígneas y cuerpos de oricalco avanzado, uno de estos guerreros podría equivaler a mil guerreros y el imperio confiaba en que podrían jugar el balance a favor de los humanoides, pero, parece que el problema es principalmente que no saben quienes dirigen a sus enemigos ni tampoco que tan poderosos e inteligentes son.

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