cuatro

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Después de lo que había ocurrido con el vampiro aquel día en la habitación, Jungkook no había podido respirar con tranquilidad durante todo el transcurso de la semana. Cada vez que caminaba por los pasillos de la escuela miraba hacia todos lados, estudiando a cada persona que pasaba por su lado temiendo encontrar a Kim Taehyung.

- Jungkook ¿Me estás escuchando?- La voz de Jimin hizo crispar al chico, quién lo miró, tratando de dispersar sus pensamientos hacia otro lado de su cabecita y finalmente prestarle atención a su amigo.

- Muhm... Si- Mintió mientras miraba las imperfecciones de la acera por donde ambos caminaban- Ibas tranquilo por el recreo y...

- No, kook, ese fue el comienzo. Iba en la parte donde un chico random me...

Jungkook escuchó como su amigo suspiraba y enseguida sintió un pequeño empujón en el hombro. Despegó la vista del camino y lo miró; Jimin lo miraba con una mueca.

- ¿Que sucede? Has estado todo el día así, callado y pensativo- Preguntó Jimin.

El chico sonrió, en un vago intento por desviar la atención pero cuando Jimin se plantó allí con los brazos cruzados, Jungkook supo que de verdad estaba preocupado. Se maldijo así mismo por no poder disimular.

- No es nada, creo que solo me siento mal- Esperaba convencerlo con eso, pero Jimin lo jaloneó para acercarlo y le puso la mano sobre su frente - No tienes fiebre ¿Te duele el estomago? O ¿Tal vez sea gripe?

Jungkook soltó una risita, Jimin era de lo que no había; cada vez que se enfermaba, su amigo corria para ver si estaba bien o encontrar algo lo hiciera sentir mejor. Entonces, eso fue justo lo que hizo; Jimin lo tomó de la mano y prácticamente lo obligó a caminar.

- Vamos a una tienda de conveniencia, tal vez un ramyeon caliente te haga sentir mejor- Habló con seguridad.

Jungkook trató de negarse- ¿Pero no querías ir a una sala de karaoke?

Jimin negó con una sonrisa.

- Acabo de darme cuenta que la tienda conveniencia suena mejor. La sala de karaoke es demasiado ruidosa y oscura, no me apetece ir.

Jungkook rodó los ojos.

Al llegar a la tienda, el par de amigos compró cada uno el ramyeon que más les apetecía en ese momento, después se sentaron en las mesas que el local proporcionaba para los clientes. Jungkook miró los fideos con hambre, en la mañana había salido de casa sin desayunar debido a todas las preocupaciones que el vampiro había plantado en su cabeza. Recordó las amenazas y un escolifrio lo hizo estremecer. Supiró, recordando que ahora se encontraba frente a Jimin y eso lo hizo sentir un poco más tranquilo. Esperó lo suficiente para que el ramyeon estuviera ya cocinado y comenzó a comer.

Jimin lo miró con una sonrisa, calculando en su cabeza como Jungkook tal vez solo había estado hambriento durante toda la jornada de clases y por eso había estado así de raro.

- Come más despacio- Soltó Jimin al ver como casi se atragantaba con la comida, también le pasó una de la tantas servilletas que se habían agarrado de local antes de salir.

Si bien, hubiesen podido quedarse dentro de la tienda, calentitos junto al aire acondicionado, Jungkook había optado por salir a las mesitas de afuera con el pretexto de que sería gratificante sentir la brisa de invierno, sin embargo, la verdadera razón detrás de aquel pretexto había sido nada más y nada menos que Taehyung, de esa manera el chico podría salir corriendo más facil si se lo llegaba a topar.

Finalmente, Jungkook se distrajo con todo el parloteo de Jimin. Ambos hablaron durante un rato sobre un nuevo grupo de kpop que estaba siendo furor tanto en adultos como en adolescentes.

- Bt... ¿Qué?- Preguntó Jungkook.

- Bts, bobo - Habló el pelirubio con una sonrisita pícara- Algo me dice que yo también debería estar en ese grupo.

El castaño rodó los ojos.

Soguieron conversando y como siempre Jungkook sintió una calida sensación en su interior. Ya hace un rato habían terminado de comer, pero ambos seguían entretenidos, Jimin hablaba sobre como su hermana menor lo fastidiaba cada que podía, cuando Jungkook sintió caer una gota en su nariz. Miró el cielo gris y supuso que en cuamquier momento se largaría a llover.

- Vamos que va a llover- Advirtió a Jimin, quien elevó la mirada.

- Si... Sería divertido correr bajo la lluvia- Dijo con una pequeña sonrisa traviesa.

Ambos entraron al local para tirar a la basura los vasos de ramyeon. Jungkook compró algunas chucherías más para comer en el camino mientras Jimin miraba por el cristal de la tienda como las gotas empezaban a aumentar y caer con un poco más de fuerza. Ninguno de los dos llevaba paraguas así que tendrían que irse ya, antes de que la lluvia aumentara.

Cuando jungkook llegó al lado de su amigo lo miró con diversión. Jimin había empezado a comodarle la bufanda.

- Pareces mi mamá, Jimin- El aludido soltó una risita y terminó de acomodar la prenda.

- Dijiste que te sentías mal, no quiero que enfermes.

Jungkook decidió hacer lo mismo, se quitó los guantes y se los puso a su amigo.
Jimin solía salir sin guantes con frecuencia.

Ya preparados, salieron de la tienda de conveniencia. jungkook, cubrió su mochila para que sus cuadernos no se empaparan. Prefería mojarse él antes que sus apuntes y libros escolares. De pronto sintió como Jimin lo cubría con su mochila.

- Tus cuadernos... - Susurró el castaño.

El rubio se encogió de hombros.

- Después me pasas los apuntes.

Entonces ambos corrieron bajo la lluvia, esperando llegar a sus casas lo antes posible, sin embargo, aunque toda esa situación era algo tediosa para Jungkook, no pudo evitar contagiarse con la alegria de Jimin, quien sonreía en grande al sentir la gotas de agua caer sobre su rostro.
Jungkook lo observó durante un rato y se dió cuenta de lo bonito que se veía su amigo así de alegre, observó también su nariz respingada, la cual se encontraba de un leve tono rosa debido al frio, se fijó también en sus mejillas sonrojadas.
Sacudió la cabeza pero también se preguntó por qué nunca antes se había fijado en esos detalles.

Monster /Vkook/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora