doce

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Taehyung cerró la puerta del cuarto para que Jungkook no pudiera salir. Ahora golpeaba con insistencia la puerta mientras gritaba.

— ¡Taehyung! ¡No les hagas nada!— Rogaba Jungkook entre gritos, pero era tarde.

— Sal de nuestra casa, ahora— Habló el señor Jeong con su mujer detrás, sin embargo, Taehyung solo rió mientras negaba.

— Los que se van a ir son ustedes.

Con eso dicho, atrapó al hombre del cuello y lo lanzó hacia el otro extremo del pasillo. El hombre se golpeó la cabeza haciendo que cayera un hilo de sangre por su frente.

— ¡Soojoon!— Chilló la mujer mientras corría para socorrer a su esposo.

Taehyung los miró con diversión. La madera del balcón que conducía a las escaleras soltó un crujido chirriante al ser desgarrada por la mano del vampiro.
Caminó lento, esperando a que llamaran a la policía siquiera para más diversión, pero solo lo miraban aterrados por haber roto el balcón sin mayor esfuerzo. Como un Monstruo.

Taehyung se acercó a la señora y se agachó.

— Dió a luz a un hijo bonito— Dijo antes de atravesar su cabeza con la madera. El señor señor Jeong abrió su boca en un grito ahogado al ver todo lo que sucedía y se levantó, tratando de huir mientras su esposa convulcionaba y terminaba de morir.
El inmortal rió, los humanos eran tan desleales que le daba asco. Caminó en la dirección del hombre sin apuro, esperó a que bajara las escaleras y estuviera a punto de abrir la puerta para aparecer a su lado.
Lo agarró del cabello y estampó  su cabeza contra la pared. Una... dos... tres...
Golpeó le golpeó la cabeza hasta perder la cuenta y tiró su cuerpo lejos.

Subió las escaleras para desencajar la tabla de la cabeza de la mamá de Jungkook, pensando en que debería haber dejado viva para torturar su cuerpo, pero ya era tarde, la señora yacía con los ojos en blanco, demostrando una expresión aterrada, tal vez por el dolor que le había provocado la perforación.

.

Jungkook había escuchado todo, permanecía con la frente pegada en la puerta, mientras con mirada desorbitada miraba el piso. Sudor caía por su frente hasta llegar a su camiseta de dormir y emparpar la prenda, su mente estaba en blanco, sin ni siquiera procesar del todo lo que había ocurrido; solo gritos, golpes.

Habían muerto sus padres... No, tal vez Taehyung había tenido compasión y los había dejado vivir— Si... si... Tiene que ser eso— Se decía mientras golpeaba levemente su cabeza contra la madera. Hasta que la puerta fue abierta, haciendo que Jungkook se apartara, aún con los ojos en el piso.

Cuando Taehyung se agachó, el chico lo miró con los ojos llorosos, temblando. El vampiro le limpió las lágrimas y ordenó su cabello, aún si Jungkook se alejaba de su toque como con asco, y claro que tenía derecho a tener asco de un ser malditamente loco, quien a parte de acosarlo, amenzarlo y maltratarlo también irrumpía en su casa y asustaba a sus padres, quienes le habían dado la vida, cariño; su familia.

— Dime que no lo hiciste...—Rogó con la voz rota, acercándose esta vez con desesperación, tratando de sacar una verdad que no existía.

Taehyung negó— Nos iban a separar — Susurró, queriendo juntar sus frentes, pero Jungkook lo apartó de un manotazo y de pronto, en un movimiento que el vampiro no vino venir, el chico se abalanzó hacia él, gritando y para golpear su pecho, maldiciendo su existencia y cuanto más. Taehyung atrapó sus manotazos, para inmovilizar sus brazos detrás de su espalda, mientras seguía gritando.

— ¡Sueltame maldito bastardo! ¡Sueltame!— Y empezaba dar patadas al aire, queriendo correr a los brazos de su madre, ver que estaba bien, restregarle en la cara al vampiro que sus padres no habían muerto, pero la realidad era cruel y lo que se encontraba afuera de esa habitación eran dos cadáveres con muecas atormentadas y un charco de sangre debajo de ellos.
Ya no habrían más desayunos con ellos, más regaños ni risas ni abrazos, ya no estarían. Jungkook se volteó, encarando con el rostro rojo a Taehyung una vez aceptó que no podría escapar.
Ambos chocaron miradas, Jungkook con la respiración agitada, Taehyung tan sereno como el silencio que se acababa de formar. Y entonces el vampiro lo abrazó, pues había oído y visto durante decadas que eso tranquilizaba a los humanos, les hacia sentir un pobre y misero consuelo, quien no paraba de moverse, rehusarse a abrazar a ese maldito pero sin opciones de escapar.

Jungkook sentía su respiración y corazón cada vez más alterados, sus cuerpo se sacudía de un lado a otro sobre el pecho de Taehyung mientras lloraba, rogando a Dios que todo fuese una maldita pesadilla, mirando hacia todos lados, en busca de alguna salida, de alguna señal que le dijese que todo se lo había imaginaba. Rogaba a Dios que fuese así porque un extraño ardor en su pecho no lo dejaba pensar con claridad y que lentamente se esparcía por todo su cuerpo, en un ademán para desahogarse, pero no podía, porque la manera en que quería botar todo aquel dolor era matando a ese desgraciado y no podía porque antes de siquiera intentarlo su cabeza volaría primero.

No supo cómo pero la fuerza del agarre fue disminuyendo y aprovechando eso, Jungkook salió disparado a ver a sus padres; se encontró a su madre con una hendidura en su cabeza, pero no le importó, estaba lo suficientemente ido y en shock como para huir de ese detalle. Cayó de rodillas al lado de su cuerpo, viendo la expresión de terror con la que se había despedido de esta vida. Y lloró más fuerte.

— ¡Mamá!— Gritó, aferrándose a ella, tratando de revivir un cadaver con el suave toque de sus brazos. Se aferró a aquella silueta, que ya empezaba a ponerse rígida— P-Por favor despierta, despierta por favor... Voy a matar a ese desgraciado pero despierta por favor...

El vampiro era espectador de todo el espectáculo y se le antojó deprimente. Ladeó la cabeza, preguntándose por qué la vida era tan importante para los humanos cuando esta era tan efímera. Sonrió, sin gracia. Si los humanos podían morir ¿por qué el no moría? Antes, décadas antes, cuando no comprendía mucho su existencia, había intentado morir de diversas formas y solo había logrado desesperarse, sentirse un monstruo al ser su principal alimento la sangre. En aquellos tiempos observaba a los humanos de lejos, temiendo que lo vieran diferente y se asustarán, pero también queriendo ser uno de ellos. Cuando comprendió que su existencia era la definición de monstruo, grotesco, sintió una deliberada libertad y convirtió el mundo que tanto lo rechazaba en su juguete ¿Por qué intentar pertenecer?

Guardó silencio mientras Jungkook lloraba era lo menos que podía hacer un maldito como él.

Jungkook, lloró hasta que sus ojos hirviesen, desgarró su garganta hasta quedar afónico y agotó su energía hasta quedarse sin mover ningún musculoso sobre el torso de su madre. Estaba empapado en sangre junto a ella y no quería marcharse.
Cuando vió a Taehyung acercarse se aferró al cuerpo, mirándolo con ojos llameantes en odio.

— Déjame con ella— Exigió— No pienses que me voy a mover de aquí.

Taehyung negó mientras sonreía, se agachó y lo abrazó, esta vez sin dejarle escapatoria. Jungkook sintió su sangre hervir, ese monstruo lo abrazaba y consolaba después de matar a sus padres, que ironía del destino.

MALDITO DESTINO.

— Dejame...— Pidió al no poder liberarse de aquellos fuertes brazos y sin energías para siquiera moverse.

Taehyung le acarició el cabello, el cual tenía un poco de sangre seca, le ordenó el flequillo como acostumbraba y se quedaron allí; con un Jungkook a penas golpeando los brazos del asesino para que lo dejase ir y un Taehyung absorto en el llanto del contrario. Le gustaba escucharlo llorar, le gustaba verlo con los ojos rojos y los labios hinchados por un beso o su espalda marcada en azotes, pero eso sentía diferente, íntimo.
El vampiro se preguntó si debería matar más personas delante de Jungkook para sentir aquella calida sensación. Sabía que Jungkook lo iba a aborrecer, por más que le jodiera la cabeza, lo volviera loco y lo enamorara de esa forma tan loca en la que él podía amar, una parte del chico lo iba aborrecer pero no le importó. porque lo que había hecho era necesario, necesario para llevarlo lejos.

Jungkook, ya rendido, suspiró sobre el pecho de Taehyung, cansado y con la mente en blanco y casi somnoliento se dejó llevar a quien sabe dónde, sin fuerzas, esperando recuperarlas para poder escapar de Taehyung porque estaba más que seguro que aquel maldito lo encerraria en algún lugar.

— Tengo frio...

Susurró antes de cerrar los ojos y que Taehyung lo cubriera con la primera manta que vió en la casa.

;)

Monster /Vkook/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora