Capítulo 69

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Parecía que había pasado un tiempo desde que Se-hyun estuvo en la casa de Shin Tae-oh

"Me daré una ducha, así que deja la computadora portátil a un lado".

En respuesta a las instrucciones de Shin Tae-oh, Se-hyun respondió: "Entiendo". Y colocó los documentos y la computadora portátil en sus brazos sobre la mesa frente al sofá. Todas estas eran cosas a considerar antes de ofertar.

Después de clasificar los documentos para que Shin Tae-oh pudiera reconocerlos fácilmente, Se-hyun se levantó. Esperó, con la intención de despedirse de Shin Tae-oh cuando saliera.

Como siempre, Se-hyun estaba mirando alrededor de la casa cuando algo llamó su atención y lo hizo detenerse.

Una caja que parecía del tamaño justo para contener una pluma estilográfica.

La caja que estaba colocada no lejos de la entrada todavía estaba en el mismo lugar donde Se-hyun la había dejado antes, sin siquiera abrir el paquete.

"Ese sinvergüenza, Taenyang-i".

Pase lo que pase, era un regalo, así que al menos debería haberlo puesto en un lugar adecuado. Parecía completamente intacto. Aunque sabía lo que se sentía al ser rechazado...

Se-hyun estaba a punto de alcanzar la caja cuando dudó.

'¿Está bien que toque esto?'

Lo había traído aquí a petición de Yoo Jin-ha, pero ahora dudaba en recogerlo.

Había estado observando a Shin Tae-oh todo este tiempo. Sabía cuáles eran los sentimientos de Shin Tae-oh por Yoo Jin-ha. Y él había sido el encargado de realizar las entregas entre ellos.

Era un regalo que le había dado Yoo Jin-ha, diciendo que estaba agradecido por todo lo que había recibido a diario. Se-hyun no sabía cuáles eran sus intenciones cuando él, que sólo había rechazado los regalos de Shin Tae-oh, hizo esto.

'¿Hubo algún cambio en el corazón de Yoo Jin-ha ese día...?'

Ahora que lo pienso, había algunas pistas. Debe haber habido una conversación privada entre los dos que Se-hyun no sabía...

"Me alegra que lo hayas pensado mejor".

Se-hyun se estremeció ante la voz desde atrás y rápidamente se levantó de su lugar.

Shin Tae-oh se había puesto ropa informal y estaba de pie con los brazos cruzados, mirando a Se-hyun.

"Si lo hubieras tocado, me habría puesto triste".

Su expresión era fría, pero sus palabras transmitían una emoción sorprendentemente tierna.

"Iba a guardarlo para ti".

“¿Qué te detuvo?”

Se-hyun ni siquiera pudo inventar la mentira de que Shin Tae-oh lo había llamado. Desde el principio había dudado en alcanzar la caja.

Sinceramente, todavía estaba confundido. Lo sabía todo, pero ¿debería fingir ignorancia o responder con indiferencia?

"Ven aquí”.

Los dedos de Shin Tae-oh se entrelazaron con los de Se-hyun que colgaban torpemente. No fue solo tomarse de la mano, sino entrelazar sus dedos, sorprendiendo a Se-hyun. Cuando se volvió para mirarlo, Shin Tae-oh ya se había dado la vuelta.

Se-hyun no tuvo más remedio que seguir a donde iba y vio la caja todavía allí.

"Lo devolveré".

"He estado ocupado últimamente, así que no he tenido tiempo. Parecía que no debería tocarlo".

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