Terra Nova 2034

Prólogo

En el ocaso de la humanidad de un huevo una serpiente bicéfala asomará sus negras escamas ante el duro sol del desierto rojo. Este su carne incinerará dejando tras de sí una estela de sangre y carne carbonizada. De la sangre el gran general emergerá y dará inicio a la gran guerra sangrienta contra los demonios descarnados del desierto, liberando así a este mundo de la peste que lo asedia mientras que de las ascuas de la carne negruzca emergerán los nuevos males que buscarán sumergir nuevamente al mundo en aquella sepultura arenosa con la promesa de una guerra incluso mayor...

De la leyenda que alguien alguna vez contó

La familia Phoenix vivía en la zona segura a las afueras del Condado del Diablo, en el centro de la zona seca de Pangea. Su casa estaba rodeada de cactus de néctar que les permitían sortear el calor extremo del punto rojo. Dada las condiciones extremas de la zona, pocos se atrevían a vivir en ese lugar, gracias a eso es que han podido sobrevivir por generaciones a base del agua que les proporcionaban los cactus y el ganado.

Cuando John Phoenix, un hombre rubio de mediana edad salía del punto rojo, lo hacía junto con su canalizador de esencia en ambas manos que obtuvo de un amigo que murió sirviendo al Imperio de la arena del gran Val'hadimir Teph'es durante un intento de golpe de estado orquestado por los condados de la zona amarilla en las cuevas del Za'hará, un cumulo de cuevas rocosas en los confines del desierto conocido. 

Al acercarse a los pueblos semi fantasma de las llanura de arena dorada que se encuentran a las afueras del Condado del Diablo, John siempre estaba preparado para la acción, puesto que en cualquier momento podría pisar una mina gravitatoria y tanto él como su caballo podrían quedar reducidos a nada por una fuerza arrasadora que los atravesaría hacia el suelo. Pero eso sería solo un juego de niños comparado con lo que puede suceder en la noche, cuando los demonios descarnados acechan, emergiendo de la arena como delfines, curiosos animales que solo aparecen en los libros de cuentos que su madre le lee al pequeño Jhonny antes de ir a dormir.

Preparado para disparar balas de plasma desde sus guantes canalizadores de esencia conectados al captador, John atraviesa el desierto en busca de almacenadores de esencia y de comida para sustentar a su familia en el punto rojo, puesto que los impuestos del imperio eran cada vez más caros y era muy difícil conseguir esencia.

Con la esperanza de poder conseguir esencia para vender en el Condado del Diablo, Jhon a menudo se enfrenta a los diversos grupos saqueadores de esencia que abundan en los condados que se encuentran cruzando las gigantescas dunas de arena negra del Desierto oscuro que queda cruzando las peligrosas llanuras a las afueras del Condado del Diablo. Mediante tiroteos bajo el calor del sol en la zona amarilla que provee cierta protección contra los descarnados en cada condado, John busca volver a su hogar con la mayor cantidad de esencia reunida y así darle una mejor vida a María, su madre, y a sus hijos Marcus y Jhonny.

Todos en el Condado del Diablo lo conocen como el mercader de la esencia y es respetado por eso, puesto que de el se sirven todos los artefactos eléctricos del condado el cual es pobre en alimentos pero rico en tecnología de punta, a diferencia de otros condados que utilizan esclavos de esencia.

El imperio actualmente teme de una posible consolidación de las bandas delictivas que surcan las arenas doradas de la zona amarilla en busca de esencia para armamento bélico. El emperador teme del creciente poder de la franja amarilla está teniendo y de la posibilidad de una nueva gran guerra por la esencia como la que presenció su abuelo, Jakob el grande, durante su adolescencia como príncipe guerrero del imperio.

Existe la creencia de que en algún lugar dentro de Pangea, reside el cadáver de dios comúnmente conocido como la Llave al nuevo mundo. Pero eso es solamente una historia que se ha contado de generación en generación hacia los confines de los árboles genealógicos familiares. Se dice que aquel que beba de la sangre de dios obtendrá poder y conocimiento absoluto que le permitirá liberar al mundo de la maldad que los descarnados desprenden sobre la arena y abrirá las puertas hacia Terra nova, un lugar dónde no existe el hambre ni la sed, con abundante vegetación y animales de los cuales servirse. La última persona en intentar buscar El cadáver de dios fue El loco Augusto, el emperador padre de Jakob el grande. Este, guiado por los habitantes de las cavernas de jade púrpura dónde en el fondo encontró un mensaje grabado en piedra, justo en la última pared del fondo de las cavernas, el cual estaba escrito en la lengua de los Apóstoles del sol rojo, que al traducirlo decía lo siguiente:

<<En el ocaso de la humanidad emergerá de la sangre reseca el dios del sol rojo, cuya divina sombra aplastará a los desterrados del jardín del edén y acogerá bajo su protección a quienes san leales a su voluntad, guiándolos a un milenio de prosperidad y abundancia en el lugar dónde habitan los dioses, la tierra santa de Terra Nova. Oh dios misericordioso, ten piedad de nosotros, de los que no nos hemos corrompido por la ambición y sed de sangre  y aplasta sin clemencia a aquellos que osan negar tu voluntad. Oh dios todo poderoso>>

Esa es la versión del grabado en piedra. Pero la versión transmitida de generación en generación entre las familias que rinden culto al Dios del sol rojo dice sin embargo que El dios del sol rojo, conocido como Duhu'batch en Lengua solar, la lengua de los nativos de las cavernas de jade púrpura. La historia que le cuentan los nativos a sus hijos cuenta sobre un dios cuya forma es incomprensible para hombre común. Este descansa resguardado dentro del candente sol y algún día emprenderá su retorno a la tierra. Pero para eso demorará tres días en recuperarse de viejas heridas de guerras anteriores, dos días para saciar su hambre y su sed, un día para despertar y reunir a sus tropas para finalmente al séptimo día tomar el mundo que le ha sido robado en la Guerra del primer impacto.