Conspiración

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En esta parte de la historia haré una breve presentación. La cual olvidé y me disculpo. Me llamo jen soy colombiana tengo 25 años se que mi historia no puede tener nada de interesante ni de llamativo pero en mi corazón y en lo poco que había que escrito he notado que me siento viva al hacerlo, un sentimiento de por fin haces algo, sin embargo no puedo esperar que mi primer escrito sea una maravilla incluso si es un asco fue algo que hice desde lo mas profundo y con amor y eso para mi es mucho. Siempre me ha gustado escribir pero hasta ahora había decidido empezar, se que soy mala en muchas cosas como redactar pero con el tiempo mejorare. ¡GRACIAS POR LEERME!

Me sentía tan perseguida que sentía que en cualquier momento podría morir, sentía que me matarían de mil formas que no mencionare, es un estado tan deprimente y aterrador que te conviertes en enemigo autonombrado de los demás pero sobre todo de ti mismo por qué la mente engaña bastante bien cuando deja de ser coherente y sana. aterra el sentirte en peligro  en pensar constantemente en que acabaran contigo, es un sentimiento que encapsulo y absorbió mis energías por tratar de sobrevivir e incluso en esos momentos,  siempre luche por no dejarme morir   o  permitir que me  mataran  según lo que yo creía. A veces me siento rara, y loca en extremo puesto que cuando estoy bien no tengo miedo a la muerte pero cuándo las cosas se ponen mal lucho por sobrevivir. 

La conspiración a la que yo pensaba que estaba expuesta me dejó bastante solitaria y con demasiados miedos por que nadie de aquel lugar me entendió, no buscaron ayuda con un centro médico ni siquiera hicieron un esfuerzo por entender que era lo que tenia aunque estoy segura lo suponían o lo sabían (loca)por lo mismo buscaron alejarme, quizás no sabían de la enfermedad como tal pero si el hecho de que mi mente en ese momento no funcionaba bien.

La incomprensión por la cual pasan las personas con enfermedades mentales por parte de las personas que aún tiene prejuicios es bastante notoria en la actualidad lo que ocasiona que muchos de los que padecemos enfermedades similares nos hemos sentido en muchas ocasiones solos, invalidados, alejados y rechazados por muchas personas como si tuviéramos la culpa por algo que se sale de nuestras manos.

Yo me sentía totalmente aterrorizada , sentía miedo constante era como si una nube negra hubiera decidido ponerse sobre mi, nube la cual estaba hiriéndome de manera cruel y despiadada o eso creía yo por qué sentir miedo y estar en un lugar solo, sencillamente no sé describirlo a parte de que sentía que me odiaban.

En el momento en que me encontraron me montaron al carro en realidad estaba muy mal, decía incoherencias religiosas hablaba de cosas que ni siquiera yo era consiente que decía y que ahora no recuerdo, mi razón estaba nublada por una mente totalmente alejada de la realidad. Pero agradezco en parte lo que la vida me quiso mostrar al alejarme de aquel lugar. Simplemente fue el lugar, las personas y el momento en el cual yo debía de pasar por esa situación para darme cuenta de que aunque fuera feliz allí no era mi sitio. Y si que me costo entender aquello, quizás fue una de las cosas que más me costo a lo largo de mi enfermedad.

El momento en que mi vida empezó a cambiar fue cuando ellos se comunicaron con mi familia, familia la cual me esperaba pero no sabrían la sorpresa que se llevarían al verme de frente.

Hablaré del viaje hacia mi ciudad natal que eran por lo menos 8 horas, horas en las cuales ya se imaginarán lo difícil y duro que fue estar encerrada en un auto con por lo menos 5 personas más, imaginando toda clase de ocurrencias. Unas de ellas era que el mundo se acabaría, que me llevarían lejos y acabarían conmigo no se por que en ese primer episodio con tantos pensamientos así no me puse violenta.

Creo que en el fondo sentía estima por esas personas pero odio lo que hice después con mi propia familia en especial mi madre.
Al llegar a Medellín y mirar los ojos de mi madre y mi tía no pude más que ver dos personas extrañas. Me da un dolor reconocer aquello pero no tenía sentimientos nada gratos por ellas.

Los sentimientos gratos que en algún momento experimenté por ellos habían desaparecido con la llegada de la enfermedad, enfermedad que me hizo olvidar el amor a mi propia familia, pero que más tarde vendría con mucha más intensidad.

Las personas también minimizan el dolor ajeno y es muy notoria la falta de empatía, pero no puedo negar que habrán personas que me apoyarán. Sin embargo, también debo reconocer que yo no tuve ni una pisca de empatía por mi familia. Quienes fueron los que con más dedicación me cuidaron, quienes comprendieron mi dolor en medio de todo aquello y no dijeron frases como: ̈mi hija también pasó por algo duro ̈, eso es mental ̈, hay cosas peores ̈, entre otras. Al ver a mi familia cómo sufrían, era tan consciente de ello que ahora eso desgarra mi pecho. Ver sus miradas tristes, su miedo por qué no sabían qué había pasado, qué estaba pasando, su impotencia al no poder ayudarme, pero también reconozco que no podía hacer nada porque yo no me movía por cuenta propia, si no debido a lo que pensaba y sentía... Mi cerebro no funcionaba bien.

En aquel entonces empecé a generar un sentimiento negativo por mi madre y me duele ahora lo mucho que la hice sufrir.

Diario  De una Bipolar EN EDICION COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora