Vida normal

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Para cuándo los medicamentos hicieron efecto mi corazón no podía más por qué aunque yo no era consciente de nada el corazón si veía todo, las miradas, los miedos e incertidumbres. Mi propia incapacidad para comer con una cuchara o el hecho de por miedo no ir en la noche al baño y terminar orinando en la cama.  Si yo hubiera sabido que al irme a aquel lugar me pasaría eso quizás nunca lo hubiera hecho pero también está claro que sí no hubiera hido a aquel lugar entonces no sería la Jen de hoy.

Le pregunte hace poco a mi madre y hermana que sentían cuando me veían así y me respondieron:
Mi hermana.
-miedo pero no de ti si no de lo que estaba pasando y tristeza.

Pensé para mis adentros, también yo vivía aterrada sin saber quien era o que era y a dónde pertenecía.  Mi lugar seguro siempre fueron ellos y después de aquello por lo que tuvieron que pasar mucho más y ojalá hubiera podido evitarles el dolor.

Mi madre.
- angustia, tristeza, desesperación por no poder ayudar mucho.

Y como podría ayudar ella si yo siempre la atacaba, siempre la miraba con desprecio y mucho miedo.

Mi familia fiel timón que me sostuvo de pie. No sé rindieron conmigo si no que me cuidaban  como si su vida dependiera de ello.  Por eso se que hay muchas más personas en el mundo sufriendo con muchas más desgracias que la mía pero solo es un claro ejemplo de que quizás no siempre estás solo en tu enfermedad hay muchos más en el mundo que cada minuto u o hora pierden el control de su mente de lo que piensan y de lo que hacen. Pero en realidad son personas brillantes vistas con prejuicios por la gente pero en mi punto de vista son guerreros en proceso.

Empecé a sentirme bien pero con una culpa que no se me quitaba para nada. Sentía que todo había sido culpa mía, que era una persona horrible y que por qué había hecho lo que hice tanto renunciar a mi antigua vida en aquel lugar , como el daño que le cause a mi familia.

El sentimiento de culpa que me invadió no me dejó descansar por mucho tiempo ni en el día ni en la noche y me quería reventar el cerebro por tanto pensar y desear lo mismo.

Se repetían y repetían en mi interior las frases, los recuerdos, las circunstancias y todo lo que había pasado y siempre había una sola frase:  todo es tu culpa. Pensaba y pensaba en querer:

-Empezar
-Volver
-Comenzar
 
Hoy agradezco al tiempo por qué fue muy paciente conmigo, me trató con delicadeza y paso suavemente acariciando las heridas de mi vida.

Dicen que el tiempo lo cura todo y aún no estoy segura de que sea cierto, al menos no del todo, de lo que si estoy segura es de que borra lo que se experimento en determinadas ocasiones. Por qué aunque yo recuerde mucho de este primer episodio no quiere decir que también recuerde como me sentía exactamente. Es difícil describir solo puedo decir que no era muy consciente.

Para finalizar esta parte, quiero terminar con esta frase.

No es más quien más cuerdo sea  es más quien con más locura vea la vida.

Y aunque nadie pueda llegar a leerme yo soy feliz por qué escribir me hace libre, me apasiona y cautiva. Que más amor puedo anhelar  que el mío propio escrito en el papel.

Diario  De una Bipolar EN EDICION COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora