ʕ⁠'⁠•⁠ᴥ⁠•⁠'⁠ʔ || CAPÍTULO 01

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«¿Era aquello real?»

Negué mentalmente; no podía ser cierto. No, no podía, pero al verlo todo parecía indicar lo contrario. Me giré hacia el hombre frente a mí, ansiando una respuesta que desmintiera lo que habíamos escuchado, pero en su mirada pude notarlo: era la verdad.

—Caesar... —murmuró con voz apesadumbrada—. Lamento profundamente haberlo ocultado, pero...

—No sigas, Zakhar —interrumpí con absoluto enojo. Luego, dirigí mi mirada al hombre que permanecía de pie frente a nosotros y pregunté:— ¿Cuándo? —Él se sorprendió al igual que Zakhar.

—Será dentro de dos días —indicó, y traté de mantenerme sereno; no podía perder la calma—. Así lo ha decidido su padre.

«Otra vez él.»

—Pero si deseas, podemos retrasarlo —intervino Zakhar, quien había sido mi protector desde que tengo memoria.

—¿Crees que mi padre lo aceptaría? —inquirí con un bufido sarcástico. Zakhar frunció el ceño, sabiendo que aquello no era una opción; si mi padre lo había decidido, así sería, y no había nada que se pudiera hacer para que se retractara, mucho menos cuando se trataba de mí.

—De verdad...

—No te preocupes, no está en tus manos lo que mi padre decida. Aquí él tiene la última palabra, ¿no? —Zakhar bajó la mirada, y no dije nada más. Sabía que a veces se ponía sensible con todo esto, así que me dirigí al otro hombre, que parecía querer salir de la oficina lo más rápido posible—. Tú, ¿cómo te llamas?

Él abrió los ojos con sorpresa y simplemente respondió:

—Igor.

—Mmm, Igor. Dile a mi padre que seguiré las órdenes al pie de la letra. Sin embargo —caminé hasta él, enfrentándolo; parecía un hombre bien entrenado. Bueno, todos los que rodean a Sascha deben tener una gran habilidad física y mental, y, principalmente, no temer a incrustar una bala en la cabeza de otra persona—, dile que este será mi último trabajo.

El tal Igor asintió y salió rápidamente, como si su vida dependiera de ello.

—Caesar... ¿Realmente lo harás? —preguntó, con una expresión de duda que reflejaba su deseo de obtener una respuesta clara—. Dijiste que ya no lo harías.

«Lo sé, maldita sea.»

—Es una orden. Además, es tal como lo escuchaste, Zakhar —dije mientras rodeaba el escritorio para observar el retrato de mi madre. Sentí una profunda culpa, pero si ella deseaba que yo escapara de las garras de mi padre, así sería. Sin embargo, no era una tarea fácil, y si este trabajo me otorgaba la libertad que tanto anhelaba, lo haría—. Después de esta misión, no lo haré más.

—Pero, es peligroso —respondió Zakhar con preocupación. Reí con desdén; a pesar de haber pasado tanto tiempo conmigo y conocer mis capacidades, seguía preocupado por mí.

—No soy yo quien debería preocuparte, Zakhar, sino mi próxima víctima.

—A quién le importa él o ella, solo quiero que no salgas herido. Tu madre me mataría si algo te pasara.

Sonreí amargamente ante su comentario. Él se detuvo al darse cuenta de su mención.

—Ah, diablos. No quería...

—Tranquilo, hombre. No soy tan débil, ¿sabes? —Claro que lo soy, especialmente cuando se trata de la persona más importante para mí: mi madre.

—Nunca insinué que lo fueras. Solo soy un viejo amargado que se preocupa en exceso por el hijo de una amiga muy querida, solo eso.

DULCE VENENO || CAESAR X ZHENYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora