ʕ⁠'⁠•⁠ᴥ⁠•⁠'⁠ʔ || CAPÍTULO 03

376 51 6
                                    

Me dirigí al baño, sintiendo el peso de las tensiones acumuladas durante el día. No solo había lidiado con la inoportuna visita de Olga, cuya imprudencia resultaba exasperante, sino que también enfrentaba una anticipación que me resultaba casi electrizante. La espera por esa persona que osara dar el primer paso me mantenía inquieto. Hace tanto tiempo que nadie se atrevía a desafiarme, y esa expectativa me resultaba estimulante.

Ansiaba encontrar a alguien que no se desplomara en cuestión de minutos, sino que me ofreciera esa diversión tan escasa en estos días. Últimamente, solo débiles se cruzan mi camino, lo que empieza a afectarme el ánimo de manera considerable.

Pongo toda mi fe en la persona que se encuentra a escasos metros de mí. Mientras tanto, le concederé el tiempo necesario para que realice su primer movimiento.

«¿De parte de quién vendrá?» me pregunté, intrigado.

Dejé a un lado la ropa y permití que el agua fría recorriera mi cuerpo, relajando mis músculos y brindándome el alivio que tanto necesitaba en ese momento.

Abrí los ojos y sonreí.

—¿Y qué tal la vista? —pregunté sin mirar hacia atrás.

—Si me lo preguntas, diría que es buena, pero he visto mejores —respondió con calma. Su tono de voz revelaba mucho sobre él: probablemente era más alto y robusto que yo, rondando los treinta años, un experto y, sin duda, muy atractivo.

Continué como si no estuviera allí, a solo unos metros de distancia. Me resulta más divertido cuando no me temen, sino que me enfrentan.

—¿Mejores? Lo dudo.

—Aunque, si me permites dar mi valiosa opinión, mostrar tu tatuaje mejoraría considerablemente la vista.

Abrí los ojos, intrigado. Interesante.

—¿Lo crees? Muchos me han dicho que no me favorecen tanto. ¿Debería creerte?

—Es tu decisión si me crees o no, solo expresé mi opinión —dijo mientras se acercaba. Sabía que debía ser cauteloso, pero la emoción del momento era irresistible. ¿Cuál sería su próximo movimiento? ¿Qué me diría? ¿Alargaría este encuentro? ¿O simplemente intentaría dispararme? La curiosidad me consumía.

Cuando menos lo esperaba, él ya se encontraba detrás de mí. Lo sabía, era más alto y su cuerpo superaba en tamaño al mío. Cerré los ojos para disfrutar del aroma exquisito que emanaba de él.

—¿Vienes a matarme? —pregunté con una mezcla de burla y seriedad.

—¿Qué crees tú? —respondió su voz, ronca, potente y penetrante, tan cerca.

—Me temo que sí. Últimamente, sólo me buscan para eso; es decepcionante.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir el cañón del arma en mi nuca. ¿De verdad era tan aburrido? Esperaba más acción de su parte, pero mi decepción se desvaneció al sentir el cañón descender lentamente por mi espalda, de manera tortuosa.

—¿Es esta tu forma de torturar a quienes vas a matar? —pregunté con curiosidad.

—Usualmente no.

—¿Debería sentirme honrado?

El cañón se detuvo en la curvatura de mi espalda baja y en mi trasero. Abrí los ojos con asombro. Rara vez me siento ansioso frente a mis enemigos y adversarios, casi nunca.

—¿Fue un descuido tuyo o dejaste la ventana abierta a propósito? —preguntó cerca de mí, tan cerca que su aliento recorrió mi oído y me hizo temblar.

DULCE VENENO || CAESAR X ZHENYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora