ʕ⁠'⁠•⁠ᴥ⁠•⁠'⁠ʔ || CAPÍTULO 06

257 49 0
                                    

«¡Maldita sea! En verdad, esos ineptos no pueden hacer nada correctamente.»

Mi cuerpo experimentaba un dolor excruciante como consecuencia de la caída tras la explosión de la granada cerca de nosotros. Pero que el Zar me hubiera cubierto con su cuerpo fue una sorpresa increíble; pensé que me dejaría morir allí o que simplemente ignoraría mi presencia, llevándome en el estado en que me encontrara tras el impacto. Sin embargo, no fue así. Esto me llevó a cuestionarme cuáles eran sus verdaderas intenciones conmigo. ¿Los planos? ¿Desea poseer un arma tan poderosa para él mismo? ¿Usarla de la misma manera que aquellos que la desean? ¿O tendrá otros motivos? ¿Pero cuáles? Quiero saber qué piensa, qué hay detrás de cada uno de sus gestos; esa curiosidad me consume.

—¡Auch!—exclamé cuando el alcohol cayó sin cuidado sobre mi herida en el rostro—. Ten más cuidado, idiota.

Sentí cómo él apretaba aún más sobre la herida.

—Agradece que estoy curándote esto, imbécil—respondió el Zar.

—Lo haría yo mismo si me desataras, ¿no lo crees?

Rodó los ojos y continuó, su mirada fija en mi rostro. Mis ojos siguieron sus movimientos; su mano llena de cicatrices me indicaba que no era un simple novato. Al parecer, su entrenamiento había sido riguroso; el toque de sus manos era duro y descuidado.

«¿Será porque se trata de mí que es agresivo?» me pregunté elevando una ceja.

—Entonces... ¿No sabes nada de James o te haces el desentendido, Zhenya?—preguntó, pasando el algodón sobre la herida cerca de mis labios, que ardía terriblemente.

—No lo sé, ¿sabes cuántos enemigos tengo de los cuales ni siquiera conozco su apellido?—no dijo nada—. Duele, hazlo más despacio.

—No seas quisquilloso.

—Ah... De verdad eres poco atento.

—Eres solo un...

—Rehén, lo sé—completé burlonamente —, pero aunque no lo quieras, estamos trabajando juntos.

—El golpe te hizo delirar, ¿no es así?

Esta vez fui yo quien rodó los ojos. Él se apartó de mí y levanté la mirada, una idea pasó por mi cabeza. Quizás la acepte o quizás no, pero si quiere información o lo que sea, seguramente cederá.

—Oye... ¿Quieres información, no?—me miró fijamente y sonreí—. Te daré algo de información sobre lo que quieras a cambio de...

—¿Qué?

—Un baño.

—...¿Un baño?

—Así es. Sabes, llevo tres días sin hacerlo. Ustedes hacen lo que les da la gana, y está bien, puedo ser muy paciente con todo, pero vamos, un poco de limpieza a sus rehenes no estaría mal, ¿no lo crees?—dije, y realmente necesitaba de un baño urgente. Me siento asqueroso de esta manera, además de que ahora cargo con sangre que no es mía. Seguramente, mañana si me ponen frente a unos cuervos, se lanzarán sobre mí sin piedad por el olor.

—¿Me darás la información que quiera? Ja—soltó una risa burlona—. ¿Piensas que te creeré?—se cruzó de brazos.

—Vamos, una ducha en el estado en que estoy vale la pena. Además, estoy seguro de que no tengo la información que realmente quieres, así que solo te daré lo que sé.

Se detuvo un momento y pareció pensarlo al verme tan repugnante. Él ya se había bañado y cambiado de ropa, al igual que los otros dos, pero allí estaba yo, emitiendo aquel aroma a muerto.

DULCE VENENO || CAESAR X ZHENYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora