5. mentiras sobre mentiras

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Pipe olfatea en la camisa de Enzo, aspirando su olor a naranja con los ojos fuertemente cerrados, vulnerable mientras llora frente a todos, siendo abrazado como si todavía fuera un cachorro.

Pipe ya no lo era, lo había dejado de ser cuando se había presentado, cuando dejo que Blas lo tocará, cuando dejo que lo tomará, sus olores entrelazados en uno solo, dedos marcados en su piel.

Llora con un poco más de fuerza, sus sollozos rasgando su garganta.

Enzo acaricia su espalda y susurra algo cerca de su oreja, no entiende lo que dice sus oídos llenos de algodón, la culpa devorandolo de adentro hacia afuera.

No podía ser un cachorro si estaba a punto de tener otro.

Solloza, de frustración o de mero miedo, ahogando sus lágrimas en la camisa de Enzo, que huele a angustia, empapado por su propio olor a limón, la ansiedad en la boca de su estómago.

Escucha cosas moverse a su alrededor, y el cachorro de Enzo gimotear, siente como Enzo sigue pasando su mano por espalda, en un intento de calmarlo, y huele a su alrededor.

La casa de Enzo huele a pan de naranja, a hierbas y al tenue olor de la leche de su cachorro, huele a hogar y a familia.

Huele a la comodidad de un hogar, huele al cariño familiar, huele a todo lo que Pipe quiere, al apoyo incondicional de una manada, a una familia que lo apoye cuando se rinda.

Cierra los ojos con más fuerza, sus uñas enterradas profundamente en la palma de su mano, el dolor lo mantiene concentrado en la neblina de su mente, permitiéndole relajarse.

Había olvidado el olor de su alfa pero puede imaginar por unos segundos a lo que olería su casa, a la combinación de sus aromas, el limón recién cosechado, su alfa, al olor de los cachorros, el hogar.

Pipe quería eso y para tenerlo necesitaba decirlo.

Debe de decirlo.

Enzo lo separa lentamente del hueco de su camisa, limpiando sus lágrimas con sus pulgares suavemente, su olor maternal volando a su alrededor "¿Estás bien Pipe?"

No, no lo está, no ha estado bien desde que se acostó con Blas, no ha estado bien en ningún momento, la náuseas en el fondo de su garganta, mareado, su cabeza martillando.

"Si" Susurra en un hilo de voz, levantándose del muslo de Enzo y sentándose a su lado en el sillón, su olor agrio por el arrepentimiento "Perdón"

Enzo entrela su mano con la suya, dándole un apretón antes de hablar en voz baja, el bullicioso de la cocina siendo callado por la voz del omega "No me importa Pipe, pero necesitas decirle a tus padres, y al chico que lo hizo"

Lo hará, pero hoy no, hoy no puede hacerlo. La vergüenza y la humillacion debe de calar en sus huesos primero, introducirse entre el espacio de sus costillas, debajo de la piel.

Necesita pensar antes de decirlo, prepararse para lo que pasará.

Asiente suavemente, reconfortado por la calidez de la mano de Enzo en sus manos heladas "Si mis padre no me quieren después, ¿Me puedo quedar con vos y Mati?"

Enzo frunce el ceño, y desentrelaza su mano, poniendo un mechón de cabello detrás de su oreja, su olor suave a su alrededor "Vos sabes que si Pipe"

El sabe que se quedará, pero no que lo esperarán.

Pasa el resto del día pensando en como acercarse a Blas, ausente de su vida por un rato, perdido entre su imaginación, porque si se esfuerza lo suficiente puede pensar en un futuro con él.

No ama a Blas, pero le gusta, puede imaginarselo como su alfa, como el padre de su cachorro, puede imaginarlo a su lado, acostarse sobre su pecho, oler su cuello, empaparse en Blas.

niño hermoso | pipe x juani (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora