6. tómalo por los talones

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Pipe recuerda vagamente haber comido una granada hace mucho tiempo.

Recuerda tocarla, la piel blanda entre sus dedos y lo rara que se veía, recuerda a su madre a su lado, parloteando sobre poemas con su padre, recuerda verla, la piel rompiendose debajo de sus dedos.

La granada se abrió y se deshizo entre sus dedos, riachuelos de jugo bajando por sus nudillos, articulaciones manchadas de color rojo, semillas atoradas en fibras de carne.

La granada es como la carne.

La carne tierna y masticable, la que se deshace en la boca como mantequilla, la que se mezcla con la saliva, la que gotea sangre, la del punto perfecto.

Pipe es la carne.

Y la carne no es más que los dientes de un alfa en su cuello, las manos en sus caderas, las pastillas debajo de la lengua, los olores demasiado lejos, el rechazo en la punta de la lengua.

Dejo la granada ese día en el plato, abierta de par en par como un corazón, las semillas atoradas en sus dedos, sus labios manchados de rojo.

Sabía mal.

Sabía mal. Nunca olvidaría el sabor.

Porque la granada era carne, la carne era él y él no era nada.

No es nada sin su alfa.

Tiene un mal sabor sin él.

Se lo habían inculcado desde cachorro, un omega no es un buen omega sin su alfa, sin su familia delante de él, sin las manos de un alfa en su cuello, sin un mordisco goteando en su clavícula.

Sin un alfa un omega no es nada, sin un alfa, Pipe es como la granada que abandono en su plato, sangrando a la vista de todos, pero sin que nadie lo vea en realidad.

Es aterrador.

"Vos sos un buen omega ¿No es cierto?" Le había dicho su madre un par de noches atrás, sentada a su lado en su habitación después de cenar, preocupada por él.

Pipe tragada saliva, mirando a su alrededor, a su espejo en la esquina de su habitación, a su armario, los carteles de las paredes que se están empezando a caer lentamente.

Son carteles tontos, varios de futbolistas que le gustaban, de bandas, algunas fotos con sus amigos, baratijas que debería de quitar cuando tuviera su cachorro.

Pone una mano sobre su estómago, que está oculto bajo una enorme camiseta que le robó a su padre, la pequeña curva debajo de su palma, la piel tibia debajo.

Debía cambiar cuando tuviera a su cachorro, debía ser más maduro para el, más inteligente y menos emocional, debía cambiar para adaptarse y al final el cambio era lo más difícil.

Pipe no quería cambiar, quería seguir siendo él, no el omega de Blas, no el omega imprudente, quería ser él.

Muy interiormente, Pipe odiaba un poco a su cachorro, muy por fuera quería tenerlo y verlo entre sus brazos para que Blas estuviera con él solo un momento.

"Si mamá" Susurra, arrugando un pedazo de su camisa en su dedo, la tela estirándose sobre su abdomen, ella no sabe de su cachorro, ni de las náuseas, ni de nada, pero sabe que sospecha.

Su madre siempre había sido más inteligente que él. Tal vez alguna vez podría aspirar a ser como ella.

"Espero que te quedes con un buen alfa" Ella había dicho, su suave olor a flores calmando su mente inquieta, ella lo abrazo, hasta que cabeza quedó en su regazo y sus manos en su cabello.

Blas es un buen alfa pensó esa noche, y un buen omega elegia a buenos alfas.

Es un buen omega, se repite en su mente como un bucle, con la mano de Juani apretando su cintura.

niño hermoso | pipe x juani (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora