—Era Domingo por la mañana y Yeon aún se encontraba placidamente dormido, Beomgyu por el contrario preparaba su famoso homelette de huevos con tocino y café. Este último fue el que despertó al mayor quién olfaltió el delicioso olor y se removió entre las sabanas hasta quedar de pie y caminar hasta la cocina, una vez así posando sus manos en la diminuta cintura de su mejor amigo.
—Buenos días bello durmiente— Carcajeo al ver los ojos cerrados de su mayor en su hombro.
—Umm, huele delicioso— Suspiró fuertemente chocando su aliento con el del bajo.
—Ayudame con la mesa— Acarició los cabellos negros.
—Esta bien— Dijo aún con el agarre puesto en el.
—Debes soltarme primero— Carcajeó.
—No quiero— Se quejó.
—Y sí, a veces agradecía tener esa faceta de niño mimado para el solo porqué Yeon era complatamente un menor frente a sus orbes.
—Agh lo haré— Musitó Yendo a acatar las órdenes del chico.
—Minutos después con la mesa lista el bajo llevó los platos y tomó asiento al lado de su amigo.
—Gyu— Llamó captando su atención —Si sales, ¿Podías traerme galletas?— Pidió amablemente.
—Claro— Sonrió.
—Ayer me regalaron unas pero estoy seguro de qué no fuiste tú— Señaló metiendo un pedazo de tocino en su boca.
—Eso... ¿Porqué?— Preguntó.
—La bolsa era blanca, el listón estaba mal amarrado y ni hablar del sabor— Hizo una mueca de asco contagiando al menor de risa.
—En definitiva no fuí yo— Carcajeó dando un sorbo a su café.
—Se nota— Siguió comiendo.
—Su mañana transcurrió normal viendo alguna qué otra pelicula hasta que un mensaje en el télefono de Beomgyu sonó.
—"Beomgyu hola, dijiste qué hay diez maneras para que Yeonjun se fije en mí"— Leyó en su pantalla y se apresuró a contestar.
—"La segunda es... qué le encanta el Americano, solo lo toma a las 4;00 PM y si no hay en casa sale por el"— Contestó apartando su movil alcanzando a leer un gracias.
—¿Quién molesta un domingo?— Señaló el alto.
—No tengo la menor idea— Puso nuevamente su atención a la cinta de su tv.
—Horas más tarde la puerta del lugar resonó dandolés la indicación de una visita inesperada así que Beom se apresuró a abrir con Yeonjun tras el picando sus costillas.
—Ho— La chica en cuestión se sorprendió al ver a la persona "Equivocada".
—Hola Yeji— Sonrió amplio.
—¿Está..Yeonjun?— Preguntó timida y el alto salió detrás del chico.
—Hola— Sonrió también.
—Bueno, los dejo— Dijo sin dejar de sonreír —Un placer haberte visto Yeji— Se despidió y la menor también lo hizo quedando solo con el chico que le gustaba.
—Verás, yo pasaba... yo pasaba popr aquí y bueno— Suspiró pues no podría estar más jodida mientras qué Yeonjun miraba la situación con diversión. —Te traje esto, espero no te moleste— Extendió el café.
—Gracias, es muy lindo el gesto— Sonrió amplio y le proporcionó un abrazo.
—Bueno, me voy por allá— Señaló con nerviosismo.
—Es por allá— Señaló hacía el otro lado con una risilla.
—Al cerrar la puerta se dirigió a la habitación de su menor para seguir en lo suyo.
—Al parecer solo quería darme esto— Soltó tomando asiento a su lado.
—Americanooo— Musitó canturreón.
—Yeon se llevó el café a la boca una vez así probando su sabor, y en cuestión de minutos lo escupió.
—Uy— Soltó para después reír.
—El mayor extendió el vaso al menor y este lo agarró.
—No puede estar tan mal— Probó sintiendo la mucha azúcar qué permanecía ahora en sus papilas tragando así con una cara de desagrado.
—Carajo, Willy Wonka lo hizo o porqué demonios tiene tanta azúcar. Por algo es américano, por lo amargo— Se quejó.
—El menor rió levemente por las ocurrencias del alto y se levantó.
—¿A dónde vas?— Preguntó el alto.
—Es obvio, a preparar tú café— Sonrió.
—Beomgyu— Llamó.
—¿Sí?— Voltió.
—Casemonos— Pidió con diversión.
—Ya estámos casados— Sonrió siguiendo la broma
— Después se dirigió a la amplia cocina ahora con Yeon detrás cual perrito faldero para ver cómo preparaba su café