Richard Ríos, una prometedora estrella del Palmeiras, recibe la llamada que ha estado esperando: la convocatoria para unirse a la selección colombiana de mayores. Kalena Mendoza, la fotógrafa oficial del equipo, se prepara para capturar este emocion...
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Estaba terminando mi entrenamiento matutino cuando vi a mi entrenador acercarse con una expresión seria, pero había algo en sus ojos que me intrigaba.
-Richard, necesitas venir a mi oficina. Hay algo importante que debes saber -dijo, sin más explicación.
Intrigado y un poco nervioso, lo seguí por el pasillo hacia su oficina. Al entrar, vi al director técnico del Palmeiras, al jefe de prensa y a un hombre que no reconocía, vestido con un traje elegante.
La atmósfera en la sala era tensa pero anticipatoria.
-Richard, este es el señor Gómez, el equipo técnico de la selección colombiana. Tiene algo muy importante que decirte -dijo el director técnico.
Sentí que mi corazón se aceleraba.
El señor Gómez se levantó y me extendió la mano con una sonrisa.-Hola, Richard. Es un placer conocerte en persona. Hemos estado siguiendo tu carrera y tu desempeño en el Palmeiras ha sido impresionante. Le estreché la mano, tratando de mantener la calma.-La razón por la que estoy aquí hoy es para informarte que has sido convocado para unirte al equipo de mayores de la selección colombiana. Queremos que juegues con nosotros en los próximos partidos -continuó el señor Gómez.
Una oleada de emoción y orgullo me recorrió. Abrí los ojos de par en par y una gran sonrisa apareció en mi rostro.
-¡Es un honor! He soñado con este momento toda mi vida.
-Sabemos que tienes el talento y la determinación para ayudarnos a alcanzar nuevas alturas. Tu primer entrenamiento será la próxima semana. Te enviaremos todos los detalles y logística -añadió Gómez.-Richard, esto es solo el comienzo. Estamos muy orgullosos de ti y sabemos que harás un gran trabajo representando a nuestro país -dijo el director técnico.
-Muchas gracias. No los decepcionaré -respondí, todavía asimilando la magnitud de la noticia.
El señor Gómez me entregó un documento con la información de la convocatoria y algunos detalles del itinerario.
Tomé el papel con manos temblorosas pero firmes, aún procesando lo que acababa de suceder.-Bienvenido a la selección, Richard. Estamos ansiosos de verte en acción -concluyó Gómez.
Asentí, todavía un poco aturdido, pero lleno de determinación. Salí de la oficina sintiendo que mi vida había cambiado para siempre.
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Estaba caminando hacia los vestuarios después de la reunión con el equipo técnico, con la convocatoria en mano y una sonrisa que no podía ocultar, cuando vi a Endrick, mi mejor amigo y compañero de equipo, acercarse.
-¡Hey, Richard! ¿Por qué esa sonrisa tan grande?-preguntó con curiosidad. No pude contenerme más. Lo agarré por los hombros, lleno de emoción.
-¡Endrick! ¡He sido convocado a la selección colombiana! ¡Voy a jugar con el equipo de mayores!
