4. ¿Te conozco?

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Slytherin, Slytherin, Slytherin... la voz del sombre seleccionador resonaba en mi cabeza mientras intentaba caminar hacia la mesa de los profesores. Los oídos me pitaban, tenía la visión borrosa, y notaba un dolor punzante en el ojo izquierdo.

Solo podía pensar en llegar hasta la silla y caminar recto para no levantar ninguna sospecha. Cuando conseguí sentarme, Remus me preguntó si estaba bien, decidí asentir sin más explicación. Necesitaba respirar, mi corazón iba a mil y todo seguía borroso. La cena pasó en un abrir y cerrar de ojos, pretendí que no estaba intentando volver a conectar con la realidad y entender qué había pasado cuando el sombrero había caído sobre mi cabeza.

Recuerdo que mantuve alguna que otra conversación en la cena, trivialidades sobre el curso. Cuando me quise dar cuenta estábamos caminando hacia las habitaciones de los profesores. Remus y yo compartiríamos un salón que daba a nuestros dos respectivos dormitorios. Llegamos al salón, parecía la sala común de alguna de las casas, o por lo menos, cómo pensaba que eran. En cuanto entramos me desplomé en el sofá, escuché a Remus cerrar la puerta y acercarse algo dubitativo, se sentó a mi lado y simplemente me rodeó el hombro con su brazo como apoyo, sentí las primeras lagrimas salir de mis ojos.

-        Necesito irme, Remus – conseguí decir entre sollozos, noté como empezaba a acariciarme el pelo para intentar consolarme, siempre funcionaba cuando era pequeña.

-        Emma respira un poco, yo pensaba que estarías en Gryffindor o en Ravenclaw, pero bueno – explicó Remus intentando calmarme – no pasa nada porque estés en Slytherin, sab..? – le corté antes de que pudiera seguir su discurso.

-        No es eso – me moví bruscamente del sofá, alejándome de Remus para poder abrazar mis piernas – no- no recuerdo que ha pasado Remus, yo- yo estaba – empecé a titubear mientras intentaba explicarme – cuando me tapó el sombrero, me fui, no estaba – mi respiración empezó a acelerarse – soy- soy un peligro Remus – intenté tragarme el nudo que se me había formado en la garganta – me tengo que ir.

Remus se quedó observándome por unos segundos, sin saber muy bien qué responder. Mientras intentaba controlar mi respiración.

-        Emma, - me agarró de las manos obligándome que le mirara a los ojos – ¿Alguna vez has hecho daño a alguien? – rápidamente miré hacia otro lado, Remus notó la sombra pasando por mis ojos – desde que puedes controlarlo – añadió debido a cómo había reaccionado.

-        No... – murmuré sin querer mirarle

-        ¿Entonces? Mira – me cogió de las manos para que le mirará otra vez – entiendo que tengas miedo, sé lo que es sentirte sin control de ti mismo, pero te has probado a ti misma que tú eres la que tiene el control, y no él – terminó mirándome seriamente, para terminar con una pequeña sonrisa. Las lágrimas empezaron a escapar otra vez.

...

-        ¿Tú crees que les parece bien que esté en Slytherin? – murmuré después de haberme calmado, Remus había traído algunas ranas de chocolate y estábamos abriéndolas en el salón, diciendo que era una tradición de la primera noche en Hogwarts o algo así.

-        Yo creo que tus padres están orgullosos estés en la casa que estés – dijo Remus mientras se terminaba una rana de chocolate – eh mira, tu novio – Remus añadió repentinamente con una mirada pícara mientras me enseñaba un cromo de las cartas de chocolate, era de Newt Scamander, famoso mago y escritor de Animales fantásticos y dónde encontrarlos.

-        ¡Que es su abuelo! – le dije mientras mi cara se convertía en un tomate y cogía un cojín para estampárselo en la cara mientras se reía.

Espero que el curso vaya bien.

...

Después de pasar una noche algo divertida finalmente, gracias a Moony y sus historias sobre sus años de Hogwarts y las tradiciones tontas, como con las ranas de chocolates. Conseguí dormir lo más tranquila posible después de los acontecimientos del día. Al día siguiente fuimos rápidamente hasta el gran comedor, tengo que destacar que nunca había visto a Moony tan entusiasmado hablando sobre comida, todo estaba riquísimo, literalmente sabía mágico...

Una vez terminamos de desayunar, Remus fue a hablar con Pomfrey, ya que al parecer tenían una relación muy cercana cuando iba a Howgarts debido a sus transformaciones mensuales. Decidí volver a la habitación para revisar el horario de clases. Estaba caminando por un pasillo algo desolado, cuando al girar en una esquina me encontré directamente con Severus, Severus Snape.

Revisó discretamente que no hubiese nadie para cogerme del brazo y meterme en una clase vacía rápidamente.

-        ¡Oye! – exclamé en el momento que Snape cerró la puerta rápidamente - ¿A qué ha venido eso? – pregunté sobándome el brazo

-        Emma no sé qué estás haciendo, pero esto no es un juego ¿vale? – Snape empezó a cuestionarme muy seriamente.

-        Perdona, pero no sé de qué está hablando – dije mostrando confusión en mi voz, además de enfado por la repentina interacción.

-        Emma no te hagas la tonta conmigo, sabes perfectamente de lo que estoy hablando – repitió seriamente mientras me apuntaba con el dedo – no sé qué estás intentando viniendo aquí, pero esto no es un juego y tienes que tener cuidado ¿me escuchas?

-        Perdona, pero es la primera vez que nos vemos – le respondí con una clara confusión en la voz

Snape siguió mirándome de forma fría, intentando escudriñarme. Suspiró y levantó las manos en señal de rendición. Mi mirada cada vez más confusa sobre el profesor.

-        Emma, a mí no me vas a engañar, ten cuidado – su mirada seguía clavada en mis ojos, sentí como un escalofrío me recorría la columna.

Giró de la misma forma repentina en la que me había metido a la habitación, levantando su túnica negra en el proceso, y se fue de la clase. Me quedé unos instantes mirando el lugar donde se encontraba hasta hace solo unos segundos, mi cara borró la confusión fingida hasta hace unos minutos. ¿Cómo sabía...?

...mierda

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¡¡¡Hola!!! Pido perdón por el suspense, pero me encanta acabar capítulos así *inserte risa malvada*

Muchísimas gracias por leer y espero que os esté gustando la historia.

Nos volvemos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora