Padfoot
¿Por qué la repentina mudanza? ¿Ha pasado algo? Llevo semanas intentando contactar contigo, no sé si es mi lechuza o es que no estás disponible para responder.
Espero que estés bien.
Pumpkin
Suspiré al darle la carta a mi lechuza con un claro destinatario, "Padfoot". Esta era por lo menos la vigésima quinta carta que había mandado solo en esta semana. Ninguna respuesta, ni siquiera una nota. Estaba empezando a preocuparme. Sé que Moony se enfadaría si supiera que estoy mandándome cartas con Sirius, pero necesito saber qué ha ocurrido para que de repente haya decidido salir de Azkaban. La última vez que le fui a ver no tenía ningún plan de escape... Si a Remus le enfadaría el hecho de que le esté escribiendo cartas, ni me imagino si se enterara de que llevo visitándole desde los 14 años en Azkaban...
Pegué un puñetazo contra la mesa. Me daba tanta rabia saber la verdad, que Peter había sido el traidor, y no encontrar ninguna forma de poder sacarle de Azkaban. Volví a suspirar intentando no llorar de frustración. Miré hacia la ventana, mi lechuza ya siendo prácticamente un punto en el cielo, pensando sobre si le estarían llegando mis cartas. Debía escribirlas cifradas ya que no podía arriesgarme a que alguien las interceptara y supieran que me estaba comunicando con él, pero igualmente, creía que los mensajes estaban suficientemente claros.
Suspiré una última vez levantándome de la mesa y me dirigí hacia el salón común, en busca de alguna distracción.
...
Sirius Black había entrado a Hogwarts. Sirius había estado aquí hace apenas una hora. Pads había entrado a Hogwarts. Estaba vivo.
Mi cabeza repetía estas frases, aferrándose a ellas como si fueran una cuerda separándome del vacío. Podía finalmente respirar tranquila, Sirius estaba vivo, aunque no respondiese a mis cartas, sé que estaba vivo. Después de llegar a esa conclusión empezaron las siguientes preguntas.
¿Por qué Sirius Black había entrado en Hogwarts? Obviamente sabía que los rumores de que quería matar a Harry eran mentira, si acaso le mataría del abrazo que le diese al verle. Pero entonces, ¿Por qué estaba en Hogwarts? ¿Había venido a buscar algo? ¿A lo mejor a ver a Remus? Pero si fuera así ¿Para qué entrar en la habitación de los Gryffindor?
Todas estás preguntas rondaban por mi cabeza mientras volvía a mi habitación. Habían cancelado las clases restantes por esta intrusión, así que no tenía nada más que hacer en los pasillos. Al entrar a mi cuarto, vi algo en la mesita de noche. Una carta.
Un sobre blanco, algo manchado y con marcas de haber sido ¿mordido? Le di la vuelta cuando sentí como mi respiración paraba al leer el destinatario. "pumpkin". La abrí rápidamente con las manos algo temblorosas.
Hola Pumpkin
Perdón por no haber respondido a ninguna de las otras cartas, no tenía papel ni pluma, pero las he leído todas y cada una de ellas. Me alegro de que estéis bien.
No tengo mucho tiempo, pero, hablando sobre mi "mudanza", he visto algo, o más bien a alguien. No puedo explicártelo por aquí, te lo explicaré en la casa de Moony mañana a las 20:00h.
XOXO
Padfoot
Tuve que releerla tres veces para poder creérmelo. Por fin una respuesta, después de meses, sentía que podía ponerme a llorar de felicidad.
- La casa de Moony – murmuré para mí misma pensado a qué lugar se refería. Definitivamente la casa de Remus no, pues la compró después de que Sirius fuera a Azkaban y no creo que sepa ni dónde está. – la casa de Moony – volví a murmurar pensativa. La casa de Sirius y Remus tampoco creo que sea, porque nunca la llamaría la casa de Moony.
De repente sentí una bombilla encenderse en mi cabeza, la casa de los gritos, tenía que ser allí. Vale, mañana a las ocho de la tarde, ya no tenía clase a esa hora así que tendría que darle alguna excusa a Remus para poder irme del salón común que compartíamos. Podría decirle que iría a dar una vuelta por los terrenos, o incluso que iba a visitar a Hagrid.
...
Por fin después de una larga noche confirmando que, efectivamente, no hay ningún rastro de Sirius Black en los terrenos, y después de un largo día de clases que parecían que nunca iban a acabar llegó la hora. Preparé mi varita dentro de mi abrigo, metí la carta de Padfoot en uno de los bolsillos y me dirigí hacía la sala común, donde, como había supuesto, Remus estaba corrigiendo un trabajo sobre animagos.
- ¿Vas a salir? – me preguntó Remus sin si quiera apartar la mirada de los papeles que estaba revisando.
- Sí, voy a dar un paseo por los terrenos – improvisé, justo como había pensado que iba a decirle, decidí añadir un toque emocional para no levantar sospechas – necesito despejarme un poco la verdad – dije cambiando el peso de mis pies de forma algo incómoda. Odiaba mentirle, pero tardaría demasiado tiempo en explicarle todo, y simplemente tenía que ir a hablar con Sirius lo antes posible.
Remus levantó la mirada del papel finalmente, me miró algo preocupado, intentando ver qué estaba pensando, después de escudriñarme con la mirada, suspiró, tomo un sorbo de su taza de té y me volvió a mirar.
- Hagas lo que vayas a hacer, ten cuidado, y no dejes pruebas. – me dijo volviendo a corregir los trabajos. Sentí mi respiración entrecortarse por un momento, pero... ¿Cómo sabía...? - ¿Qué crees? ¿Que no conozco esa cara de "no te puedo decir lo que voy a hacer en verdad"? – me dijo levantando la mirada para mirarme con una sonrisa pícara – confío en ti, sé que lo que sea que vayas a hacer es por alguna buena razón, anda vete.
Siguió corrigiendo como si nada, me quedé unos instantes intentando procesar lo que acababa de pasar. Vale, no puedo mentir a Remus. Me fui hacia la puerta murmurando una simple despedida, todavía un poco sorprendida de que mis habilidades de actuación no hayan funcionado. Decidí apartar esta conversación de momento para centrarme en buscar a Sirius.
Caminando por los pasillos de la primera planta, entré en una clase vacía para convertirme en Pumpkin, mi transformación de animago, un gato de pelo largo naranja. Nació cuando tenía 13 años y Newt y yo decidimos convertirnos en animagos después de aprender sobre la existencia del hechizo.
Salí por una de las ventanas y me dirigí hasta Hogsmeade. Mientras corría sobre la nieve pensaba en cuál podría ser la razón por la cual Sirius había escapado de Azkaban, era un riesgo muy grande, ya que si le pillaban estaría condenando al beso del dementor.
Por fin divisé las paredes de la casa de los gritos, entré por una de las ventanas rotas y subí hasta la habitación superior, siguiendo las inconfundibles marcas de un perro en el suelo. Llegué hasta la habitación y me destransformé, lanzando un rápido hechizo para comprobar que no hubiese nadie más en la casa. Rápidamente le vi, en la esquina de la habitación, sentado en uno de los sillones, con un periódico en la mano, Sirius Black.
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¡Nuevo capítulo!!! Espero que os guste, iba a juntar este capítulo y el 8, pero viendo que me ha quedado un poco largo los separaré, así que pronto tendréis un nuevo capítulo desde la perspectiva de Harry.
¡Muchas gracias por leer!
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Nos volvemos a encontrar
FanfictionRemus Lupin y Emma Scamander son los profesores de defensa contra las artes oscuras de este año en Hogwarts. Todo el año parece ir bien, si ignoramos al asesino que anda suelto, la extraña conexión que siente Harry al estar con Emma y aquel mapa que...