8- El traidor

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Sirius Black, fuera de Azkaban, parecía un sueño imposible. En cuanto me vio dejó el periódico en una mesa cercana y me sonrió. Deshice mi glamour, notando como mis rizos pelirrojos caían por mi espalda, y le di un gran abrazo. Sirius ha sido siempre como un segundo padre para mí, pasaba el mismo tiempo en mi casa que en la de Remus y él. Cuando supe que le habían encarcelado estaba dispuesta a mover fuego y tierra para sacarle de allí. No tenía ningún sentido, él nunca habría traicionado a papá. 

Apreté más el abrazo, sentía que otra vez tenía 6 años y Sirius me estaba consolando porque me había raspado la rodilla. Por fin tenía una pequeña posibilidad de liberarle de su pena en Azkaban, y no iba a defraudar a aquella niña que se pasaba las noches investigando como sacar a su tío de esa injusta pena. Apenas con 14 años, cuando ya estaba viviendo con Remus, me harté y decidí colarme en Azkaban con mi forma de animago, no sé cómo pero conseguí que no me pillaran. Desde ese momento se convirtió en una tradición para mí ir a verle por lo menos todos los meses. Estoy bastante segura de que Remus lo sabe aunque lo haya intentando mantener en secreto, al fin y al cabo, también participó en mi búsqueda incansable para sacarle de la cárcel.

- Tengo pruebas Pumpkin - Sirius deshizo el abrazo y me miró sonriendo, una sonrisa plena - tengo pruebas de que Peter fue el traidor, Emma. - Rápidamente se dirigió hacia el periódico que había dejado en la antigua mesa.

Me indicó que me acercara y me señalo la portada del periódico, era una foto de la familia Weasley en Egipto, al parecer habían ganado la lotería. Estaba algo confusa ya que no entendía qué relación tenían los Weasley con el tema en cuestión.

- Es él, Emma, está vivo y por fin tengo pruebas - Sirius exclamó, agarrando mi mano y mirándome con una sonrisa en la cara.

Volví a mirar la imagen intentando ver dónde se encontraba el susodicho, cuando Pads me señaló con el dedo a la rata que estaba sujetando Ron. De repente todo encajó. Agarré rápidamente el periódico acercándomelo a la cara, era él, indudablemente, pese a que habían pasado bastantes años, reconocería su forma de animago en cualquier sitio, y mirando más fijamente, le faltaba un dedo, lo que solo confirmaba que se trataba del asqueroso traidor.

- Es él - murmuré sin poder creerlo. Tantos años buscándolo, y estaba en frente de nuestras narices - esta es la rata de Ron, el muchacho que la está sujetando, si no me equivoco debería estar en su habitación de Hogwarts.

- Sí, bueno, tenemos un pequeño problema - dijo Sirius entre dientes - puede ser que me viera el día que entré a Hogwarts - terminó murmurando, como si no quisiera admitirlo.

- ¿¡En serio?! - le miré incrédula, e intenté respirar porque si no me iba a arrancar los pelos, o si no se los arrancaría a él - ¿Estás cien por cien seguro de que te reconoció? - le pregunté esperando un ápice de esperanza.

- A ver, no hay muchos perros negros en Hogwarts... - murmuró sin querer aceptar la situación, definitivamente no teníamos ninguna esperanza, si Peter había sido lo suficientemente listo ya estaría en el otro lado del mundo. - Pero, - continuó Sirius, volviendo el ánimo a su voz - si Remus sigue teniendo el mapa, entonces podemos ver donde está.

- Eso si sigue en Hogwarts - le repliqué con una mirada recriminante - ¿el mapa de los merodeadores dices? 

- Exacto, la última vez que supe de él lo tenía Moony - respondió mirándome - ¿Sabe que estás aquí? - preguntó algo preocupado.

- No estoy segura, pero algo se huele - dije con mis ojos todavía clavados en el periódico, intentando pensar un plan - hablaré con él y encontraremos una forma de que esa sucia rata acabe en Azkaban - cogí el periódico y lo metí en mi bolsa intentando controlar mi respiración.

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2024 ⏰

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