Capitulo 4

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Después de un rato largo en la enfermería, volví a clase, donde se me acercaron dos compañeras las cuales me habían mirado mal antes:

-Emm…¿Young?- me llamó una de las chicas, su voz sonaba arrepentida- lo sentimos mucho por mirarte mal antes, es que como vimos eso en twitter… pues…- dijo jugueteando con sus dedos mientras evitaba mi mirada.

-¡Lo sentimos mucho, de verdad! -dijo la otra, inclinándose, y le puso la mano en la espalda a la otra chica, para que también se inclinase, en modo de disculpa.

-No pasa nada, no os inclinéis de verdad- dije intentando que se levantasen, no quería que hacer de esto mucho problema.

Después de que ambas se volvieran a colocar de forma recta, ahora si, mirándome a los ojos la primera chica me dijo -Otra cosa, ¿fuiste tu quien puso esto?- preguntó mientras sacaba su teléfono.

La chica me enseño la pantalla con 2 posts más: uno en el que se corroboraba que los rumores sobre mi eran falsos con varias pruebas (no se de donde sacaron eso) y otro post que ponía:

“Las 2 chicas que hicieron el post sobre ese chico no son las menos indicadas para hablar, ya que una de ellas está con un profesor para subir sus notas y la otra se dedica a vender droga fuera del instituto. Una puta y una camella se creen las reinas del mundo, inventando rumores de la gente. Patético.
Dejen en paz a mi angelito.”

Leí el post y se me heló la sangre, ¿cómo puede ser posible que él supiera que?

-Y-yo no puse eso… ¿Qué cojones?- dije con la voz temblando, seguía completamente confundido.

-Eso nos habíamos preguntado nosotras-dijo una de ellas- ¿Quién puede haber puesto eso?

-Por cierto, soy Lia Kyun y ella es May Jeong- Dijo la otra chica, que ahora se que se llama Lia, sonriéndome, era muy mona, se le marcaban los hoyuelos.

-Un gusto- dije sonriendolas de vuelta, quizá era el inicio de una nueva amistad que no tuve hace tiempo.

Nuestra conversación fue interrumpida por la profesora. Entonces fuimos a nuestros sitios y prestamos atención a la clase.

Al acabarse, me fui hacia la parada del bus, con tiempo de sobra, cuando oí unos pasos viniendo hacia mi

-¡Tú, gilipollas! -gritaba una chica, ¿qué se supone que hice ahora?

Me giré y vi que eran dos de mi clase, corriendo hasta donde estaba yo.

-¿De que coño vas, subnormal? -dijo la otra, a lo que yo levante una ceja, expresando que no entendía nada de lo que pasaba.

-¿De que estáis hablando? – dije, interrogándolas con la mirada.

-No te hagas el gilipollas, ¿como coño sabes que hemos sido nosotras las del post? – espetó, ya se delataron ellas solas.

-¿Habéis sido vosotras? – dije, aunque sinceramente fue una pregunta demasiado tonta.

-¡Pues claro, idiota! -dijo una, acercándose a mi aún más, a lo que por inercia me alejé.

-Y tu te crees que por eso puedes ir diciendo por ahí nuestros secretos, ¿eh? -dijo la otra, en tono medio de burla, aunque se la notaba enfadada.

-¿De que estáis hablando?, si decís sobre el post, yo no fui, no sabía de vuestra existencia – dije con toda la sinceridad del mundo.

-¿Entonces quién? ¿el fantasma del segundo piso?- dijo la chica que estaba más cerca de mi, con claro sarcasmo en su voz.

-¡Y yo que se!, a lo mejor si no os hubieseis metido en la vida de otros, ahora no os perjudicaría nada- espeté ya algo bastante cansado.

-¿Qué acabas de decir? -manifestó con claro enfado la chica que estaba más lejos, acercándose a mi.

Antes de poder responder, una de ellas me pegó una patada en mi entrepierna, la otra me empujó para que cayera de bruces al suelo haciéndome caer al sueloy se sentó sobre mi espalda, agarrándome del pelo y subiendo mi cabeza para ver a la chica que me dio la patada.

-Venga, repítelo si tienes huevos, marica- dijo la chica que tenia delante, mientras que la que estaba subida a mi espalda se reía, parecían unas desquiciadas.

-¡Suéltame!... me haces daño, ¡subnormal! – medio grité, no sabía que un tirón de pelo podía  doler tanto.

Justo después de decir eso, la chica que tenía delante me dio una patada en la cara, haciendo que mi boca empezase a sangrar junto a mi nariz.

-Encima no vayas de listo, eres un amargado y un payaso, vete a la mierda, mamón- la chica que tenia encima se levantó, soltando mi pelo haciendo que mi cara cayera al suelo. Me sentía completamente mareado creo que tendría que haberme comido algo. Podía oír a las chicas riéndose y corriendo cuesta abajo. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi cuerpo se sentía débil. Fue así hasta que sentí que alguien me levantaba.

Un chico alto y fuerte me cogió en brazos. No pude diferenciar su rostro. Llevaba una mascarilla negra y su flequillo tapaba sus ojos. Mis ojos se cerraron poco a poco desmayándome en los brazos de este desconocido.

Cuando abrí los ojos, me encontraba en mi cama tumbado, mi cara llena de vendas y con un pijama completamente nuevo -¿pero que mierda? ¿quién me cambió de ropa?- dije aunque más para mi mismo.

Me levanté poco a poco, viendo que en mi regazo había una bolsa con comida y una carta:

“Vi lo que te hicieron y se me heló la sangre, esas dos gilipollas van a pagar y muy caro. Odio verte sufrir y que los otros se salgan con la suya, pero no te preocupes, ya queda poco para que sufran, no temas mi dulce angelito.”

Leí la carta y rápidamente miré dentro de la bolsa, donde había comida y una foto. Otra puta foto en la cual salían las 2 chicas y yo. Las dos chicas con una "x" en la cara y yo lleno de corazones. Las chicas tenían unas fechas a lápiz:

-La chica que me dio la patada; 23/10
-La chica que estaba encima de mí; 23/10

¿Las dos tenían la misma fecha? ¿Qué significaba?, lo más inquietante es que las fechas eran… ¿mañana? Y vi que también tenían una hora: 8:00 am.

Me levanté de mi cama y colgué la foto al lado de la otra y guardé la nota junto al resto y me comí la comida que este chico me dejó en la bolsa, muy rica la verdad.

Ahora sabia más cosas sobre este: sabía mas o menos su apariencia, tenia llaves a mi casa, sabía muchas cosas sobre mi y tenia algo planeado que no me daba buena espina.

Tenía mucho miedo, pero fui al baño a echarme agua en la cara par relajarme y cuando me miré al espejo y noté algo entre el cuello y el hombro, entonces me quité la camiseta para ver que era. Cuando lo vi, mis ojos se abrieron como platos.

-¿Qué cojones…?- dije en voz alta, entre medio asustado y confundido.

Tenía una marca de dientes junto a una mancha morada y roja. ¿Este tío me acababa de hacer un chupetón?, no voy a mentir, me sonroje un poco, pero no me culpéis. Un tío (que de lo que pude ver no era feo para nada) me estaba cuidando y me acababa de dar un chupetón. El miedo se apodero de mi cuerpo cuando oí un ruido viniendo de mi habitación, así que me puse mi camiseta lo más rápido que pude y fui hacia la habitación, viendo la ventana abierta, a la cual me asomé y vi como un chico encapuchado caía en un colchón viejo, miro hacia arriba y me lanzo un beso.

Llevaba una gorra con una capucha abajo y como era de noche, no le vi la cara, pero ya tenia claro quien era.

Cerré la ventana y vi que en mi cama había una foto. La cogí y me quedé mirándola sin poder decir nada: era una foto de cuando estaba en el baño, mirándome al espejo. La foto estaba hecha desde atrás y se veía su reflejo en el espejo, lo único visible eran sus gruesos labios perforados. Mi espalda estaba llena de corazones y detrás de la foto había una nota:

“Mi bello angelito, eres la persona más bella que conozco, se sintió muy bien poder tocar tu cuerpo antes. Perdón por dejar tu cuerpo marcado, pero no me pude contener. Pronto estaremos juntos mi bello angelito.”

Se me heló la sangre, no me podía mover ¿qué cojones estaba pasando? ¿quién era este chico y que quería de mi? ¿acaso está enamorado de mi? No, eso no puede ser, ¿verdad?

Querido admirador secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora