EL MARISCAL DE CAMPO Y SU GENTIL BOSQUECITO

CAPÍTULO 22

La cara de Aiden se iluminó mientras conseguía recuperar el aliento. Acariciando suavemente mi enrojecida garganta, separó mis piernas y se acomodó. Mi estómago, un amasijo de mordiscos y semen, estaba ahora a la vista.

Imperturbable, Aiden pasó las manos por mi vientre plano y besó con calma mis rodillas levantadas.

"Es bonito, no te preocupes".

Dijo, con voz despreocupada, como si no tuviera que decirme lo que pensaba. Desvié la mirada avergonzado y puse mi mano sobre la suya en mi estómago. Por alguna razón, mis dedos sólo tocaron los que habían estado clavándose en mí mientras él hacía una pausa.

Como si nada, Aiden me agarró de la pelvis y me inmovilizó. Tensa la mandíbula y se muerde el labio, igual que yo antes. Entonces la punta de su grueso glande tocó mi reblandecida abertura. No era más grande que mi dedo. Tragué saliva y levanté la parte superior del cuerpo para mirar la unión entre él y yo.

Me resultaba tan extraño que no fuera mi propio cuerpo. Mis piernas abiertas, mi pene empezando a endurecerse de nuevo, la ridícula polla de Aiden apenas visible.... Se sentía erótico, como si estuviera viendo a otra persona hacerlo. Mientras miraba, algo aturdido por la falta de realidad, Aiden se sonrojó y me besó la mejilla.

"...Métela rápido, da más miedo cuando haces una pausa".

"¿Vas a mirar?"

"Sí. Voy a ver cómo va en....".

Mi cara se calentó de vergüenza. Aun así, no pude resistir mi curiosidad, así que soporté el temblor del codo que apoyaba.

Las yemas de sus dedos tantearon con cautela la holgada abertura y luego de agarró el pene y se apretó contra mí. La sensación de empujar dentro y fuera de mi agujero me hizo ver las estrellas.

"Ah, ah, ah... ahh...."

El dolor era el segundo problema. Aiden entrecerró los ojos y me pasó la lengua por el labio inferior. Pensé que había visto lo suficiente para saber que estaba excitado, pero el placer de la penetración no era nada comparado con lo que había experimentado antes. El dolor quedó ahogado por las maldiciones silenciosas que escapaban de entre sus labios apretados. Por un momento, me quedé mirándolo a la cara, hipnotizado. Quería desviar la atención del enorme agujero y volver a mí.

"Ugh, ugh...."

No fue tan doloroso como pensé que sería porque había tenido mucho cuidado. Simplemente no podía creer lo suave que se deslizó ese gran pene.

"Ha, realmente apretado...."

"...¿Quieres decir que es bueno?"

Aiden apenas asintió, empujando su pene dentro hasta que mi cuerpo se tragó el glande.

"Mmm, está dentro".

"¿Duele?"

"Está bien, no se mueve...."

Miré a Aiden nervioso, sin saber qué hacer a continuación. Tenía una mirada muy erótica mientras contenía el impulso de empujar dentro de mí, y esa mirada erótica hizo que mi pene medio erecto se pusiera completamente duro. Incluso me sentí lo suficientemente generoso como para permitirme empujar dentro de él ahora.

Pero cuando el pene se deslizó un poco más adentro, el dolor fue instantáneo.

"Ouch, ouch... ahora duele...."

"Sólo un poco... relájate".

El cuerpo tenso de él se tensó alrededor de la polla de él.

"Seowon...."